En mi blog dedico un espacio a hablar en público porque entiendo que el trabajo de la voz no es un fin en sí mismo.
Hablamos para comunicarnos ya sea con una, con cien o con mil personas y, en ese acto comunicativo en el que el 80% del proceso está en la voz y en el lenguaje no verbal, tenemos que tener en cuenta algunos consejos para que nuestro mensaje llegue al interlocutor de una manera eficaz.
La oratoria es una técnica y se puede aprender. Si bien es cierto que hay personas con mayor facilidad de palabra que otras (como en cualquier otra disciplina), todos pueden aprender a hablar en público y no caer en los siguientes errores garrafales que provocarán en la audiencia la necesidad de salir corriendo.
Jamás leas, solo hay dos excepciones: que se tengan que dar cifras o datos difíciles de retener y que sea una cita literal.
En la mente del público aparecen pensamientos del tipo: «que me lo dé en un papel y ya me lo leo yo luego», o «por qué tengo que confiar en una persona que no se ha tomado el tiempo de preparar lo que quiere decir,» «por qué le tengo que escuchar si él no le da importancia a lo que tiene que decir»….
Escuchar leer a alguien es sumamente aburrido, además se tiende a leer más rápido de lo que hablamos y, por lo tanto, a la audiencia no le da tiempo de procesar el mensaje.
¡Olvídate de leer!
Si te falla la tecnología, tienes que ser capaz de transmitir tu mensaje igualmente.
Las presentaciones y diapositivas deben ilustrar, pero no deben sustituir tu discurso.
Has de tener la flexibilidad de poder agilizarlo y si atiborras las diapositivas de información te costará mucho hacerlo y se notará que te dejas información interesante por decir.
Si te falla el ordenador, no paralices tu exposición. Improvisa, sigue hablando y nunca hagas esperar a que se solucionen los problemas técnicos.
En muchas ocasiones el tiempo de exposición que te dan desde la organización se ve reducido por cuestiones logísticas.
Has de ser capaz de simplificar el discurso y resumir las conclusiones.
Olvídate de decir cosas del tipo: «voy a tener que ir deprisa», «esto me lo salto que no me da tiempo», o «hablaré deprisa para que me dé tiempo a decirlo todo»…
La audiencia no sabrá si te dejas algo secundario y «acelerarte» provocará estrés en el público que ha ido a aprender o a disfrutar y, por tanto, el mensaje no llegará de manera efectiva. Una charla no debe ser una carrera contra el reloj (y el noventa por ciento de las que he presenciado lo parecían).
Nunca, ante una audiencia, ni de broma.
No digas cosas del tipo: «gracias a mi equipo por aguantarme», sobran las dos últimas palabras.
El cerebro es un imán de situaciones negativas y recuerda antes con un no que con un sí.
Si puedes, no te quedes atrapado tras un atril, una mesa, una pantalla… Utiliza el escenario, todo el espacio disponible.
En ocasiones esto no es posible, por ejemplo, en una mesa redonda con varios ponentes. Aún así, ten en cuenta que, si utilizas más espacio, te sentirás mejor y captarás mayor atención de tu audiencia.
Isabel Villagar es coach vocal. Experta en Técnica Vocal y en voces infantiles y juveniles. Titulada Superior en Pedagogía del Canto. Titulada en Canto, Piano e Ingeniería. Full Member National Assoc. Teachers Singing (EE.UU.). Deleg. Asoc. Española de Profesores de Canto y Dir. Asoc. de Músicos Profesionales de España-CV. Facebook | Twitter | Instagram | YouTube | Web