Desde que ser humano y las ciudades empezaron a modernizarse, necesitaron cada vez más del uso energético y de recursos naturales para el funcionamiento de las industrias. Sin embargo, ha generado problemas críticos como el calentamiento global y variedad de contaminaciones como, en este caso, la contaminación lumínica. Para conocer más sobre la contaminación de la luz, te invitamos a seguir leyendo.
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Cuando se habla de contaminación luminosa la definición de polución, fotocontaminación o contaminación lumínica es la misma; se refiere a la luz artificial no deseada, al uso excesivo, mal dirigido o invasivo de la iluminación exterior que no es natural (luz ambiental).
La iluminación mal administrada en un ambiente lumínico exagerado, hace que se altere el color y el contraste del cielo nocturno, debido a que eclipsa la luz natural que emana de la Luna y de las estrellas e interrumpe los ritmos circadianos, que son los procesos de 24 horas de la mayoría de los organismos vivos; es decir, también puede afectar la vida de las plantas, los animales, y del medio ambiente en sí.
La definición de contaminación lumínica también tiene que ver con el impacto negativo en los recursos energéticos, la investigación de la vida silvestre y también la astronómica. En este sentido, la descripción de energía lumínica engloba una amenaza que cada vez continúa creciendo, debido a la alta demanda de luz artificial, la cual se eleva con el pasar de los años.
Tras haber hablado sobre qué es contaminación lumínica o contaminación de la iluminación ambiental, se puede abordar el tema desde la raíz. Pese a que parece ser un tema de importancia reciente, la fotocontaminación o la luz no es un fenómeno nuevo; de hecho, existen al menos cuatro tipos de contaminación lumínica (los definiremos más adelante), los cuales son: traspaso de luz, deslumbramiento, resplandor en el cielo y luces desordenadas.
En los últimos 50 años, a medida que los países empezaron a desarrollarse y establecerse, la demanda de iluminación exterior se fue elevando y, por consiguiente, la contaminación lumínica se extendió más allá de los límites de la ciudad y alcanzó zonas suburbanas y rurales. Si observamos un mapa de contaminación lumínica, queda en evidencia que esta forma de contaminación con fuentes artificiales de luz prevalece en casi todo el mundo y va desde Asia, hasta Europa, América del Norte, y América Latina.
Evidentemente, con el paso del tiempo, la contaminación de la luz ha tenido fuerte presencia en todo el mundo, se puede evidenciar en los distintos tipos de contaminación lumínica. Sin embargo, es un mal que aún se puede revertir.
Como se dijo anteriormente, existen varios tipos de fotocontaminación, porque la fuente de luz puede resultar en múltiples formas, desde la contaminación ambiental hasta la contaminación visual. A continuación identificamos los diversos tipos de contaminación lumínica.
El traspaso de luz (luz dispersa) ocurre cuando un artefacto de iluminación artificial arroja luz más allá de los límites de la propiedad, iluminando involuntariamente otros espacios, los cuales pueden ser hogares, negocios o áreas comunes. En la definición de energía lumínica, este caso tiene que ver con luz derramada no deseada ni controlada; por ejemplo, la luz dispersa puede salir de una farola y entra por la una ventana de un dormitorio.
Por otro lado, está el deslumbramiento, el cual encaja en la definición de contaminación visual, y se refiere a la sensación visual que se experimenta cuando la luz perdida impacta directamente en la vista de una persona. Por ejemplo, transitando por una carretera concurrida, lo qué es la energía lumínica se puede evidenciar en luces muy fuertes de los coches, las cuales pueden afectar la percepción del color y el rendimiento visual al impactar en la vista.
Seguidamente, otro tipo de contaminación es la luz de la superficie, más conocida como brillo del cielo, el cual se origina por las luces artificiales mal diseñadas y dirigidas, que son la principal causa de contaminación del cielo nocturno. Cuando la luz se emite directamente a la atmósfera intencionada o accidentalmente, la contaminación del cielo se traduce en moléculas de polvo y gas que se mezclan con el resplandor para crear un aura naranja cuando cae la noche.
Otro tipo de contaminación de la luz es el desorden de luces, que en la definición de energía luminosa, se refiere a la agrupación exagerada de luces brillantes que generan confusión y distracción tanto en el entorno como en el campo visual. Por ejemplo, las vías que están repletas de farolas sin protección o que tienen anuncios muy luminosos pueden representar un peligro para los conductores, quienes deben luchar por identificar las señalizaciones y señales de tráfico.
Ahora bien, ya que hicimos una especie de cuadro sinoptico de la contaminación del aire a causa de la luz, podemos definir cuáles son los principales focos de contaminación lumínica o los ejemplos de contaminación lumínica que existen actualmente.
Las luces brillantes, conocidas como reflectores, que se instalan en los grandes estadios deportivos para alumbrar los espacios y el campo de juego, contribuyen significativamente a la contaminación lumínica, puesto que la potencia de las luces artificiales, que por lo general son blancas, termina perturbando la iluminación natural del cielo nocturno.
Las luces de las carreteras que se producen por los postes de luz o farolas, y también por las luces de los coches, son otras de las principales fuentes de contaminación lumínica. En grandes ciudades con carreteras altamente transitadas, o en las ciudades que “nunca” duermen, es donde más se ven los casos de contaminación lumínica, ya que las farolas permanecen encendidas toda la noche y/o el día.
Seguidamente, otro foco de contaminación de la luz son las zonas residenciales. Las luces de la calle o del propio hogar pueden ser fuentes de contaminación lumínica debido al desbordamiento y deslumbramiento de las luces artificiales. Por ejemplo, cuando se utilizan luces de techo, de paisaje y de jardín para seguridad del hogar o para mejorar la estética del entorno, puede generar perturbación y molestia, debido a la luminosidad sin control en la zona residencial.
Además, en la definición de lumínica, la falta de conciencia con respecto al uso de las luces en lugares residenciales, contribuyen al aclaramiento de los cielos y a la interferencia de la iluminación natural del cielo nocturno.
Las grandes pantallas electrónicas y vallas publicitarias iluminadas que se encienden inmediatamente en la noche, y que alumbran de una forma u otra las carreteras, suelen ser muy potentes e invasivas. Golpean el campo visual al tiempo que se dispersan o se reflejan en áreas no deseadas; alcanzan el cielo y las áreas adyacentes en donde se ubican, e iluminan el entorno opacando la luz natural nocturna.
Por otro lado, los sitios de esparcimiento público como los parques de la ciudad, y los centros públicos como aeropuertos, estaciones de autobús y tren son otros de los principales focos de contaminación lumínica, puesto que estos sitios generalmente están iluminados con luces potentes que no son a prueba desbordamiento y deslumbramiento, y esto hace que la luz se vaya hacia el cielo y a las zonas circundantes no deseadas. En este tipo de sitios se pueden presentar casi todos los tipos de contaminación de la luz.
Al principio de esta entrada se dijo que la contaminación lumínica aumentó con el establecimiento de grandes y pequeñas urbanizaciones, y por la densa tasa de crecimiento de la población en las grandes ciudades; justamente, estos son dos de los factores más influyen en la contaminación de la luz, en vista de que hay muchas áreas residenciales, negocios y expansiones de carreteras, que se traducen en la causa de los diversos tipos de contaminación lumínica.
Asimismo, los pubs, bares, restaurantes, discotecas, los centros comerciales y sitios de juegos, también forman parte de los focos de contaminación lumínica que existen en la actualidad, puesto que son algunas de las principales áreas dentro de las ciudades que contribuyen a que se dé este tipo de contaminación qué es lumínica.
En vista de que la contaminación de la luz es un problema que se incrementa cada vez más, es importante destacar cuáles son las causas de la existencia de los distintos tipos de este mal producido por la luz artificial descontrolada.
Principalmente, podemos decir que el ser humano es el principal causante de toda la contaminación en el mundo, no solo la del aire o los mares, sino también la contaminación sónica y la lumínica. No es raro ver casas que pasan toda la noche con las luces encendidas, aunque no esté necesitándolas. Por ejemplo, algunas personas dejan sus habitaciones u oficinas iluminadas durante el día o la noche; esto no representa únicamente un caso de contaminación lumínica, también es ambiental.
Por supuesto, el uso excesivo de la luz artificial, una de las causas de la contaminación lumínica es el uso excesivo de la luz eléctrica. Aunque en principio la electricidad fue económica a nivel mundial, en algunos países más desarrollados tienen altos costos para el consumo eléctrico. Sin embargo, eso no ha impedido que exista un uso inconsciente de la luz artificial, tanto en empresas como en zonas residenciales.
Otra de las causas de que exista la polución lumínica o la contaminación de la luz, es la superpoblación y la mayor densidad de población que se fue incrementando al pasar de los años. En este sentido, una mayor densidad de población implica más consumo eléctrico porque los dispositivos electrónicos la necesitan para su funcionamiento, también implica más uso de luces y, por consiguiente, contribuye a la contaminación lumínica.
Con respecto a lo anteriormente dicho, en una era moderna que necesita de conexiones eléctricas para el funcionamiento de cada aparato, sean electrodomésticos, dispositivos inteligentes, etc. No obstante, la contaminación lumínica puede suceder sencillamente porque el vecino dejó sus luces encendidas incluso toda la noche y, aunque no se crea, la luz puede llegar a otras casas cercanas, y se puede infiltrar en las distintas habitaciones.
Por otro lado, las farolas o lámparas de la calle también pueden causar contaminación lumínica si no cuentan con las medidas y el control necesario para evitar la dispersión y el deslumbramiento. Estas lámparas pueden afectar a las personas de zonas residenciales si se construyen demasiado cerca de las casas, debido a la mala planificación de las calles. Es por ello que tanto en carreteras como en sitios urbanizados, deben establecer medidas para situar las lámparas.
Generalmente, las ciudades grandes y céntricas tienen como característica su alta iluminación, la cual se puede evidenciar en los centros públicos, en las zonas de esparcimiento y también en los edificios que alumbran toda la noche hasta los alrededores de su ubicación. En estas ciudades es donde más se ve la contaminación lumínica, pues se mantiene activa las 24 horas del día, todos los días, incluyendo los fines de semana.
El smog (niebla contaminante) y las nubes pueden reflejar la luz que emiten las ciudades, y dejan ver la mezcla de polvo y gas que hacen que se genere el brillo en los cielos nocturnos en ciudades con altos niveles de contaminación lumínica. En este caso, la luz artificial, combinada con el smog, que se mueve por los entornos circundantes, hace que el cielo se vea mucho más brillante, y esto se traduce en la contaminación de la luz.
Después de identificar las causas de la contaminación de la luz, es momento de nombrar las consecuencias de la contaminación lumínica, las cuales impactan de forma negativa en la vida humana, generando afecciones en la salud; también impacta en la atmósfera, por las emisiones de CO₂ y otros gases nocivos. Asimismo, afecta a la fauna y la flora, y afecta al ambiente de forma general.
La contaminación lumínica puede causar efectos negativos para la salud de las personas, puesto que los humanos rigen sus actividades fisiológicas por el reloj circadiano, el cual se encarga de regularlas mediante la producción de hormonas y la regulación celular.
Los ritmos circadianos responden a la luz y la oscuridad en los organismos vivos, y es por ello que la interrupción de estos ritmos puede provocar problemas de salud como ansiedad, trastornos del sueño, depresión, diabetes, cáncer de mama y de próstata. También puede causar infartos, obesidad y trastornos inmunológicos.
En efecto, las alteraciones del sueño a causa del exceso de luz –que tiene efectos negativos en la melatonina (hormona del sueño)– puede traducirse en problemas mentales, cuadros de estrés, agotamiento físico y problemas del corazón. La contaminación lumínica impacta directamente en aquellas personas que no están acostumbradas a dormir con distracciones de luz, sino que prefieren los ambientes oscuros.
Por otro lado, la contaminación lumínica también puede tener un efecto adverso en el tráfico de automóviles por la mala distribución de la luz. En estos casos, si hay luz artificial exagerada el área del tránsito, o está posicionada en el ángulo incorrecto, pueden causar ceguera temporal a los conductores. La contaminación de la luz en el tráfico, puede hacer que se produzcan más accidentes viales en zonas que son muy concurridas.
Como se dijo anteriormente, la contaminación por luz artificial no solo afecta el cielo nocturno, sino que también desencadena en la contaminación del aire con CO₂, puesto que se eleva el proceso de calentamiento global, puesto que el CO₂ se considera un gas de efecto invernadero. La emisión de altos niveles de CO₂ a la atmósfera apoya el progreso del cambio climático. Por lo tanto, la contaminación lumínica también contribuye al problema del calentamiento global.
Otro de los efectos negativos de la contaminación lumínica es su daño a ecosistemas enteros, los cuales pueden verse afectados significativamente por la contaminación lumínica, ya que son extremadamente sensibles a los cambios drásticos en sus entornos; la contaminación de la luz puede hacer que los ecosistemas, que también necesitan de la oscuridad, no logren adaptarse adecuadamente a las nuevas condiciones generadas por la luz artificial.
En consecuencia, la contaminación lumínica también puede afectar a los animales y las plantas que viven cerca de las ciudades, puesto que quedan totalmente expuestos a los efectos de la luz artificial descontrolada. Animales y plantas están en una condición vulnerable ante las alteraciones y sensibilidades que pueden sufrir debido a la contaminación lumínica.
En estos casos, los animales buscarán lugares más oscuros si así lo necesitan, mientras que las plantas podrían dejar de crecer y desarrollarse.
La contaminación lumínica también puede afectar negativamente a los estudios que se llevan a cabo en materia de astronomía. Los astrónomos requieren de entornos oscuros para poder detectar estrellas y galaxias, es por ello que la contaminación lumínica tiene tanto peso en cuanto a los efectos negativos de contar con demasiada luz circundante, ya que puede dañar el proceso de observación.
En este sentido, las grandes ciudades que suelen ser luminosas no son un espacio óptimo para que los astrónomos hagan sus estudios durante la noche. Con mucha razón los observatorios se están alejados de zonas luminosas.
Finalmente, otra de las consecuencias generadas por la contaminación de la luz es el desperdicio de recursos fósiles, puesto que se consumen todos los días. En este caso, para que la electricidad se mantenga constante, es necesario utilizar enormes cantidades de carbón en los procesos industriales; es decir, no solo es un desperdicio de recursos naturales, sino también de energía.
Para tener un cielo sin contaminación es necesario enfocarse en crear conciencia sobre lo que representa este problema para la vida humana, silvestre, y para cualquier organismo vivo. Es imperativo buscar soluciones a la contaminación lumínica y, a continuación, presentamos algunas que pueden servir para disminuir los impactos de la contaminación de la luz.
La cultura irresponsable y despreocupada debe dejar de existir porque conduce al desperdicio de recursos naturales y, en consecuencia, a la contaminación lumínica. Para erradicar o disminuir este pensamiento en la sociedad es necesaria la educación familiar y en planteles educativos. Desde dibujos sobre contaminación lumínica hasta charlas de concientización invitando a la reflexión sobre la contaminación, son necesarias para ir reduciendo los impactos de la contaminación lumínica y ambiental.
El Movimiento del Cielo Oscuro es un movimiento de base de astrónomos profesionales y aficionados que se han enfocado en unir esfuerzos para reducir la contaminación lumínica, al tiempo que crean conciencia sobre el impacto negativo la fotocontaminación y resaltan las ventajas de reducir el consumo energético.
En 1988 se creó la Asociación Internacional del Cielo Oscuro (IDA), la cual es una organización sin fines de lucro que, desde su fundación, ha sido reconocida como la autoridad internacional en materia de fotocontaminación y la conservación del cielo nocturno. Asimismo, otras organizaciones de este tipo son:
En 2020, desde España, Galicia, Coque Alcázar y Raquel Valiño crearon el movimiento Slowlight para “llevar el mensaje de una nueva cultura de iluminación sostenible en los espacios públicos” y también para “proteger la noche misma, viéndola como algo de valor que todos tenemos la responsabilidad de cuidar”. La iniciativa se estableció y esparció a otros lugares del mundo para que las instituciones públicas y privadas, y las personas comprometidas con la causa puedan sumarse al movimiento, porque “todas las ciudades necesitan de la noche para ser sostenibles”.
El Slowlight trabaja con la premisa de que una iluminación adecuada “hará que nuestras ciudades sean más sostenibles”, en consecuencia, hará que la salud de las personas sea mejor, y también ayudará al mantenimiento de los ecosistemas, la fauna y la flora.
Cambiar de luz fría a luz cálida, puede ayudar a reducir los problemas causados por la contaminación lumínica. La primera tiene una longitud de onda corta que afecta la visión nocturna, mientras que la luz cálida puede prevenir la afección hasta cierto punto. Por otro lado, los expertos en el área también recomiendan instalar escudos de luz para evitar que la luz se propague a las áreas cercanas o se concentren en lugares no deseados.
Al menos en zonas residenciales, se recomienda instalar sensores de movimiento para que la iluminación se active únicamente cuando sea necesario. Además, los defensores del cielo nocturno recomiendan que las personas y empresas se guíen por los lineamientos de la IDA y sus certificaciones, para tener luminarias que no contribuyan a la contaminación de la luz.
Antes de finalizar esta entrada, nombraremos algunas de las ciudades y países que son focos de la contaminación lumínica que, como se ha dicho antes, es un mal que se extiende a nivel mundial.
La capital, Moscú, y la ciudad de Saint Petersburg, ubicada en el mar Báltico, son dos de las localidades de Rusia que más destacan por su alta contaminación lumínica, que alcanza niveles de 8.1.
En Mecca, la ciudad ubicada en el oeste de Arabia Saudí, tiene un rango de 7.4 en los niveles de contaminación lumínica. En este caso, las personas no tienen tanta posibilidad de observar cielos estrellados.
Por otro lado, otra de las imágenes de la contaminación lumínica se centra en gran parte de América del Norte, y Estados Unidos en general, está atestada de luces en sus áreas metropolitanas, cerca de San Francisco, Los Ángeles; también el área de Washington D.C., que se extiende de Baltimore, Filadelfia y Nueva York hasta Boston.
La ciudad de Kuwait, su capital, es otra de las ciudades más brillantes del mundo, alcanzando un nivel 7,0 en contaminación de la luz. Kuwait forma parte de los países de Oriente Medio que más tiene polución lumínica.
Con un nivel de contaminación de 5.9 en cuanto a luminosidad, Helsinki, la capital de Finlandia, es otra de las ciudades que forma parte de la lista de focos de contaminación lumínica a nivel mundial.
En el último lugar de las imágenes de contaminación lumínica, en menor escala de brillo (5.3), está Tánger, la ciudad de Marruecos que está ubicada en el estrecho de Gibraltar, figura como otra de las ciudades del mundo que no puede observar a totalidad un cielo estrellado debido a la contaminación lumínica..
En otras partes del mundo, como América Latina también hay presencia de esta polución; por ejemplo, hay presencia de contaminación lumínica en México, Argentina, Chile, Brasil, entre otros, Para cerrar, en este mapa de polución lumínica reciente se puede observar cómo el mundo ha sido impactado por el alto brillo de las ciudades, que emanan la luz hacia la superficie.
En síntesis, todos los tipos de contaminación ambiental, hasta la contaminación de la luz que causa el cielo contaminado, se pueden reducir si todos los líderes de países claves se enfocan en crear conciencia sobre la importancia que representa la contaminación lumínica en la sociedad. Es necesario que el cambio empiece por cada casa, empresa, y cada persona, para ir sumando esfuerzos en la disminución de la fotocontaminación.