El dominio de la habilidad numérica siempre ha sido visto como una muestra de grandes talentos racionales, especialmente en el área de las ciencias. La verdad es que no les falta razón, pues la gran mayoría de las personas que hacen vida en ese mundo son muy amigos de los números.
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Pero un estudio ha dado con una simple modalidad que hace que no solamente calcular estimule a nuestro cerebro. Además, es fácil, efectivo y hasta divertido para algunos.
Se trata de algo tan simple como hacer operaciones matemáticas contando con los dedos y no mentalmente.
A este resultado llegó el estudio publicado por la Universidad de Gallaudet donde se afirma que los niños que han calculado las operaciones numéricas con sus propias manos resultan ser más inteligentes y tienen mejor promedio que los demás.
¿Cómo se explica esto? Pues parece que el contacto con los dedos estimula dos secciones importantísimas del cerebro.
Los beneficios de la operación manual
Uno de los profesores hizo el siguiente experimento para sustentarlo: escaneó los cerebros de los niños (cuyas edades oscilaban entre los 8 y los 14 años) a su vez que resolvían operaciones simples como restas y multiplicaciones.
Durante ese proceso el escáner reveló que el cerebro puede asociar dos zonas diferentes al operar con los dedos.
Por una parte, está el área llamada somato sensorial, que responde a los estímulos externos como pueden serlo el frío, las caricias, etc. Y, por otra parte está la motora, que se activa con cualquier movimiento que hacemos por muy simple que sea.
Síntesis perfecta… en algunas ocasiones
Esta conexión se dio durante las operaciones de resta. No obstante, cuando se trataba de las multiplicaciones no ocurría.
Los especialistas argumentan que restar es una actividad mucho más sencilla que multiplicar, por lo que los dedos prácticamente pierden su función cuando la operación se complica.
Así que algunos estudiosos no saben muy bien quién beneficia a quien, si los dedos a las matemáticas o las matemáticas en sí a la inteligencia.
En todo caso, una cosa sí es segura: cuando los niños tienen mejor percepción de sus dedos, tienen mejores condiciones para hacer cálculos que aquellos que solo lo hacen mentalmente.