Una correlación en psicología es un estudio en el que se busca determinar si el cambio de una variable afecta o no (y de qué manera) a otra, pero ¿qué significa correlación ilusoria? Desde su descubrimiento hace más de 50 años ha sido estudiada y observada junto a otros sesgos cognitivos como el de disponibilidad, así como su relación con los estereotipos y el pensamiento mágico.
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La correlación ilusoria en psicología es definida como la tendencia a percibir la existencia de una relación entre dos cosas, cuando en realidad no existe tal relación o es considerablemente más débil a lo que se percibe.
Esto puede ocurrir con la asociación de características llamativas que, con el paso del tiempo, o con la propia repetición o exposición a dichas variables se generan los sesgos cognitivos.
Este fenómeno interfiere con la cognición social de las personas, lo que quiere decir que les dificulta de una u otra forma la integración a aspectos específicos de la sociedad, especialmente si la persuasión de estas ideas es muy intensa.
A pesar de que en la actualidad es utilizado en ramas como la psicología social o la sociología, este concepto originalmente fue desarrollado por Chapman y Chapman (1967) para explicar errores dentro de la práctica de la psicología clínica.
Durante su investigación se enfocaron en el diagnóstico que algunos psicólogos obtenían con la aplicación de tests proyectivos como el T.A.T. (test de apercepción temática) C.A.T. (children aperception test), H.T.P. (house tree person), el test de Rorscharch y especialmente el test de la figura humana de Machover, utilizando este último para sus experimentos.
La teoría psicoanalítica explica el funcionamiento de los test proyectivos como, una actividad que le otorga una ruta de escape al contenido del inconsciente del paciente gracias al mecanismo de defensa conocido como proyección (de ahí el nombre test proyectivo).
En el caso de la figura humana de Machover se le pide al paciente que dibuje a una persona, ese dibujo es analizado e interpretado por el psicólogo que observa la existencia o ausencia de ciertos elementos específicos en el dibujo, para obtener información sobre la personalidad de su paciente.
En sus experimentos Chapman y Chapman (1967) le entregaron los dibujos (previamente manipulados) a un grupo de psicólogos expertos y no tan experimentados junto a una lista de síntomas y descubrieron que existía un nivel de inconsistencia entre los diagnósticos. En algunos casos se especula que la propia experiencia de algunos de estos psicólogos se interpuso en el camino de observar los elementos que debían analizar y por el contrario sus experticias les hicieron trabajar casi por inercia.
Las correlaciones ilusorias pueden entrar en la categoría de sesgos cognitivos, los cuales son definidos como una forma de malinterpretación de la información disponible que afecta el procesamiento de los pensamientos, el juicio y como resultado final la toma de decisiones.
Existen muchos tipos de sesgos cognitivos y no es raro que la persona promedio tome decisiones bajo la influencia de estos sin darse cuenta, ya sea el cómo dirigirse a un grupo de personas en particular, cómo invertir su dinero o reservarse alguna información, los sesgos cognitivos y por ende las correlaciones ilusorias afectan notoriamente las vidas de las personas diariamente.
El fenómeno de correlación ilusoria reúne características muy interesantes que agregan aún más misterio sobre esta situación. Las siguientes son algunas de ellas.
La principal característica es que la correlación ilusoria es que prevalece gracias a la falta de información, precisamente porque al contar con todos los datos la correlación se vería desmantelada. Por el contrario, si solo se toma en consideración un pequeño número de casos es sencillo generalizar el resultado a ocasiones futuras.
El cerebro busca constantemente formas de optimizar sus procesos, en el proceso de toma de decisiones es mucho más sencillo tomar información puntual y generar una correlación desinformada, que analizar todos los datos disponibles para juzgar si existe o no una relación en primer lugar.
Al contrario, cuando el significado ilusorio es retado genera en la persona una disonancia cognitiva (conflicto entre las ideas).
Otro aspecto relevante es como estos sesgos son perpetuados, ya que los sesgos no ocurren solo a nivel micro (individuos) sino a nivel macro (comunidades por ejemplo), se ha visto que las correlaciones ilusorias son más atractivas y prácticas para el cerebro estas mismas características son las que le permiten propagarse fácilmente.
Los siguientes ejemplos de correlación ilusoria servirán para conocer más a profundidad el fenómeno y al mismo tiempo identificarlo de ser necesario. Algunos de los casos más comunes son los siguientes.
La magia o creencias mágicas son un ejemplo que ha estado presente por siglos, la coincidencia de que un amuleto o ritual mágico haya acompañado al efecto esperado es algo que data desde la época de las cavernas.
Una tribu realiza un ritual de adoración a una deidad con el fin de acabar con la sequía, unos días después empieza a llover, esto genera el sesgo de correlación ilusoria pues se relacionan dos variables bajo la casualidad en lugar de tener en cuenta el ciclo del agua.
El descubrimiento del fenómeno de correlación ilusoria vino acompañado por el ejemplo del sesgo dentro de la práctica clínica, en el que se ignoran algunos signos y síntomas a favor de la experiencia del profesional lo que pone en peligro la integridad del paciente.
Ejemplo, un paciente asiste a consulta expresando sentimientos de tristeza y desánimo, su psicólogo encuentra similitudes con pacientes que ha atendido en el pasado y lo diagnostica con depresión ignorando que no cumple con todos los criterios para hacer tal diagnóstico.
Uno de los campos más asociados con la correlación ilusoria son los prejuicios y estereotipos pues es una de las formas más aparentes y comunes en las que se presenta. Se aprecia la generalización de unos individuos a todo un grupo, raza, nación o sociedad.
Un ejemplo puede ser que alguien ve una noticia acerca de una ola de crímenes centrada en una zona residencial y crea el sesgo ilusorio de que todos los residentes del conjunto son criminales.
El efecto halo como es conocido popularmente es un prejuicio dirigido a lo positivo, en el cual después de observar una cualidad positiva en alguien se empiezan a atribuir otras características positivas sin ningún tipo de evidencia.
Por ejemplo, alguien ve a una persona atractiva y con buenos modales al otro lado de la calle, después de ese encuentro llega a la conclusión de que es una persona inteligente, responsable y con dinero.
Otro de los casos más comunes es la percepción de la suerte, al ignorar información estadística o datos acerca de las probabilidades se suele pensar en la buena o mala suerte.
La mayoría de los juegos de azar tienen cálculos estadísticos útiles para comprender la probabilidad de obtener ciertos resultados, sin embargo, es común ver a los jugadores ejecutar pequeños rituales o utilizar algún amuleto de la suerte con la creencia de que eso aumentará las probabilidades de ganar.
Los sesgos cognitivos son un amplio y profundo tema diversificado en varios tipos y categorías, hay algunos que resaltan y pueden ser asociados con las correlaciones ilusorias.
Este sesgo es conocido por varios nombres entre ellos están heurístico de disponibilidad, heurístico de accesibilidad y sesgo de disponibilidad. Todos estos se refieren a cuando una persona calcula la probabilidad de que ocurra algo basándose en la facilidad o dificultad que tenga para generar ejemplos de ese evento.
Al igual que otros sesgos este está relacionado a la experiencia y perspectiva personal, por lo tanto, es limitado y no toma en cuenta datos confiables sobre la ocurrencia de los eventos.
Otro sesgo es la ilusión de control, en donde las personas creen tener influencia o directamente controlan eventos alrededor de ellos, cuando realmente no es el caso.
En párrafos anteriores hay un ejemplo de sesgos de correlación ilusoria relacionado con la magia y otro con la suerte, estos pueden ser vistos como ilusiones de control.
Aunque no lo parezca no todos estos fenómenos son negativos, bajo las circunstancias correctas algunos pueden generar efectos positivos en las personas, como en el caso del optimismo ilusorio.
El estrés ilusorio hace referencia a la creencia de tener más probabilidades (a comparación con el resto de la población) de que les pasen cosas buenas y menos probabilidades de que les ocurran cosas malas. Este sesgo ha sido estudiado y relacionado con menores indicadores de depresión y menores cantidades de estrés post operatorio.
La correlación ilusoria y los sesgos cognitivos están presentes en la vida diaria y en muchas presentaciones, entender sus orígenes y tipos dan mayor perspectiva a fenómenos sociales y psicológicos, así como también ayuda a comprender algunos comportamientos humanos. Nadie es inmune a ellos, pero reconocerlos es un paso importante.