Comer es una de las actividades más placenteras de la vida. Existen pocas cosas que nunca nos cansamos de repetir y que abordamos con entusiasmo varias veces al día, cada vez como si fuera la última. Nadie podría pensar que hubiera algún motivo para odiar esta maravillosa rutina, pero, la verdad, es que existen muchos. Y no nos referimos a trastornos alimenticios o a problemas médicos. Solo hablamos de simple mala suerte, pero de una mala suerte repugnante y traumática.
Esperemos que disfrutes, si es que puedes, de estos asquerosos intrusos que varios clientes tuvieron que ver y saborear en sus platos.
NOTA: No hemos incluido las imágenes reales de los acontecimientos en el artículo para no herir la sensibilidad gastronómica de los lectores y no rebasar los límites del buen gusto. Y pensar que hay países en los que fotos así provocarían hambre en lugar de nauseas…
Una suculenta hamburguesa… de cucarachas
Comenzamos la lista con un pobre comprador que, mientras degustaba una sabrosa hamburguesa de McDonald’s, notó que el paladar registraba un sabor extraño, como agrio y muy diferente a como recordaba que sabía la carne de vacuno.
Acto seguido la abrió para descubrir que su anhelada proteína venía acompañada de una enorme cucaracha negra con las alas extendidas.
Como compensación, el director del establecimiento le ofreció comer gratuitamente lo que quisiera la próxima vez que volviera al restaurante. Hay que estar loco para volver a comer en ese sitio, después de la experiencia, salvo que tengamos a una familia vietnamita de visita y queramos que se sientan como en casa.
Té con sabor a saliva
Esto ocurrió en el condado de Jackson, localizado en el estado norteamericano de Missouri. Al parecer, dos mujeres pidieron té en un establecimiento y, al comprobar que no estaba tan bueno como recordaban, pidieron dos nuevas tazas. Al probar el té recién servido notaron que seguía teniendo un sabor extraño, por lo que lo pidieron para llevar y se fueron a casa para endulzarlo a su manera.
Cuál habrá sido su sorpresa cuando vieron que dentro de los recipientes había nada menos que restos de saliva. Y aunque era la primera vez que probaban saliva ajena en una infusión, no quedaba la menor duda de que aquellos grumos verdosos flotando en la superficie del líquido no pertenecían a la bebida que habían pedido.
Un camarero enfadado puede arruinarte la vida. Trátalos bien, por si acaso…
Un alimento a prueba de enfermedades venéreas
Otro consumidor de hamburguesas protagonizó en el año 2007 una experiencia surrealista, esta vez en un restaurante de la cadena de hamburgueserías Burger King. Al morder lo que probablemente sería su almuerzo sus dientes capturaron algo elástico, muy elástico, que salía de la carne.
En un principio pensó que era parte del plato y lo masticó durante un buen tiempo en su boca antes de tragarse el bocado por completo. En la siguiente mordida descubrió que se estaba comiendo un condón. Esperemos que no estuviera usado…
Como era de esperar, la persona emprendió acciones legales contra la franquicia, alegando daños y perjuicios contra su persona. Aunque no hay dinero que compense una experiencia como esa.
Domino’s Pizza, para clientes especiales
En el año 2009 circuló por las redes sociales un vídeo que se hizo viral rápidamente, en el que aparecían varios trabajadores de la franquicia Domino’s Pizza preparando pedidos de clientes saltándose todas las medidas éticas y sanitarias conocidas.
Manipulaban la masa sin lavarse las manos, estornudaban encima de los ingredientes, y se los arrojaban unos a otros antes de colocarlos sobre pizza.
El escándalo llegó a instancias legales. Aunque los acusados siempre dijeron en su defensa que se trataba de una broma y que nunca llegaron a enviar los productos a los clientes, fueron procesados y despedidos de la cadena.
Al parecer, entendieron mal la orden de dar una atención “especial” a la clientela.
Una hamburguesa muy adictiva
Seguimos con historias de hamburguesas sorpresa, esta vez, en el estado de Massachusetts, Estados Unidos. Un joven de catorce años descubrió dentro de su emparedado un objeto peculiar. No se trataba de una cucaracha ni de un condón usado, sino de algo mucho más extraño de procesar mentalmente: una aguja de jeringuilla.
Cuando se analizó el caso, las autoridades sanitarias solo pudieron especular que, por alguna razón azarosa, atravesó toda la cadena alimentaria hasta llegar a sus manos sin ser detectada en los diferentes controles de calidad durante la producción.
¿Para qué había sido usada? ¿Era una simple herramienta culinaria para añadir condimentos a la receta de la carne, o el utensilio de un drogadicto que usaba la cocina del restaurante para sus delirios psicotrópicos? A veces, es mejor no preguntar…
Un sandwich de armas tomar
En la vida todos sufrimos despistes, pero el que le ocurrió a este trabajador de Subway desembocó en un proceso judicial con un cliente por valor un millón de dólares.
El agraviado en cuestión cenaba su delicioso emparedado cuando, tras un buen bocado, se percató de que algo quedaba al descubierto en la entre las rodajas de pan. Era la punta de un cuchillo de unos dieciocho centímetros aproximadamente.
El camarero se tomó el pie de la letra lo de “con mucho picante”. ¿O es que habrá notado en el cliente una falta de hierro preocupante? No lo sabremos.
Esperamos que hayáis pasado un buen rato, que era el objetivo de este artículo, y que, a partir de ahora, echáis una ojeada a la comida antes de empezar a engullirla. Nunca se sabe el ingrediente especial fuera de carta con el que pueden habernos agraciado.
Si eres un valiente y quieres ver las imágenes reales de las historias contadas aquí, busca en Google cada caso y disfruta del espectáculo. ¡Aviso! Algunas fotos pueden permanecer en tu subconsciente durante lustros.