Cuando los niños son muy pequeños, solo cuentan con su llanto para alertar a los adultos sobre algún problema o dolor. No pueden hablar y decir qué parte del cuerpo les duele, lo que supone un desafío hasta para los propios doctores.
Esta situación puede comenzar a cambiar, pues un joven enfermero de Reus ha creado un sistema inteligente que permite monitorizar el dolor de los bebés neonatos cuando son ingresados en la UCI.
El objetivo de esta idea es atender a los bebés que han nacido prematuramente y necesitan estar en una incubadora por su bajo peso o por una dolencia grave.
La creación de Josep Oriol Casanova, que se desempeña como enfermero de urgencias pediátricas, forma parte de su tesis doctoral, con la que intenta tender una mano a los pequeños que solo pueden moverse y llorar.
Según lo informado por el propio enfermero, se trata de la primera tesis en la Universidad Rovira i Virgili en la que “participan en conjunto la ingeniería informática y la enfermería. Quería que la tesis tuviera una doble contribución, una científica y otra social”.
La herramienta se ha denominado Apanicu 1.0, que significa en inglés: Automatic Pain Assessment Neonatal Intensive Care Units, con la que se pueden identificar hasta 12 niveles de dolor.
Casanova consiguió elaborar un prototipo y realizar una prueba piloto en neonatos del Joan XXIII de Tarragona.
El instrumento capta información desde dos frentes. Por un lado, cuenta con los parámetros habituales de control que existen en una UCI, como los que miden la frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria, saturación de oxígeno y la tensión arterial.
Por otra parte, también recaba información mediante un micro y una cámara que valora los movimientos del rostro, como cuando frunce el ceño, los labios y la nariz, y también las extremidades, si es que se muestran temblorosas, rígidas o las mueve.
Además, mide el volumen, la intensidad, la frecuencia y la continuidad del llanto.
“Todos los gestos son clave”, asegura el enfermero, comentando que hay que tomar muy en serio el dolor de los bebés, ya que puede desencadenar mecanismos que empeoran al paciente: les causa fatiga e impide la reposición del sueño.