En jardinería, cada estación es importante y cumple con un rol determinado. En este sentido el verano y el invierno son las temporadas más sufridas y la primavera y el otoño son las estaciones que se denominan de transición.
Cuando hablamos de estaciones de transición nos referimos no solo al calendario sino también a aquellos momentos del año donde el cambio climático impulsa cambios visibles en las plantas que buscan prepararlas para la estación siguiente.
Por eso es necesario conocer en profundidad los procesos que viven nuestras amigas vegetales para poder asistirlas y atender sus necesidades de la mejor manera y de forma efectiva, así de esta forma la ayudaremos a que pase los períodos difíciles estando saludable y no en modo supervivencia.
Una de las características más crudas que ostenta el invierno es la marcada baja de temperatura, las heladas e incluso la nieve, por eso, la mayoría de las plantas en estos momentos entran en lo que se denomina el letargo vegetativo. Esto implica que ingresan a un modo de piloto automático en el cual prácticamente no crecen y en el que debido a esta baja notoria en sus funciones requiere menos cuidados, pero no nos dejemos engañar por su apariencia y sepamos que todo lo que suceda en este período tendrá repercusiones en su desarrollo futuro.
Aunque el clima sea menos agradable que en primavera debemos hacernos a la idea de que el otoño es el momento para dispensar a las plantas los cuidados que requieren y de esta manera no solo disfrutar de los tonos rojizos, anaranjados y amarillos que nos regalan sino también de la buena salud que las acompañará no solo en otoño, sino que también el resto del año.
Pensar esta estación como el proceso de preparación para pasar el examen más difícil del año, nos da la perspectiva de lo importante que es mantener la salud de nuestras plantas, para dicha tarea contaremos con herramientas adecuadas, como por ejemplo la desbrozadora Stihl. Mantendremos así las mejores condiciones y así propiciar el escenario adecuado para que, aunque sufran la crudeza del clima invernal no las afecte en su desarrollo actual ni futuro, y entonces alcanzar su plenitud primaveral y que nos puedan agasajar con sus bellas flores de colores.
¿Qué cuidados hay que tener en otoño?
Aquí hablaremos de aquellos cuidados que son específicos de esta temporada y que nuestro jardín demanda, pero también de algunas acciones que podemos realizar para preparar mejor a nuestras plantas antes de que llegue definitivamente el invierno.
Tener especial cuidado con la invasión de hongos a raya
En esta estación, sin dudas es una de las mayores amenazas que sufren nuestras plantas, y esto sucede porque esta estación brinda todas las condiciones necesarias para que los hongos se reproduzcan y esto puede ocasionar un verdadero desastre en nuestras plantas.
Una estación húmeda con lluvias que son recurrentes y en la que las temperaturas aún se mantienen cálidas son el contexto ideal para el cultivo de estos enemigos que pueden lograr afectar y colonizar cualquier planta en un corto período de tiempo.
Podar correctamente es uno de los mejores cuidados que podemos dar en otoño
Durante el otoño se realiza la poda de saneamiento y la mejor manera de hacerla es usando las herramientas correctas como puede ser una desbrozadora Stihl que nos simplifica notablemente la tarea.
Sucede que al cortar las ramas secas permitimos que la planta use sus recursos correctamente al mismo tiempo que permitimos el ingreso de mayor volumen de luz solar que en esta temporada es realmente escasa.
Cuidar el césped y ayudar a que se prepare para el frío
Aunque parezca que las hojas secas no representan un problema, lo cierto es que su presencia en nuestro jardín puede perjudicar seriamente el césped.
Y es que tienen varias contraindicaciones, por un lado, al formar un colchón que termina pareciendo una alfombra y dificulta el paso de la luz y también impide la correcta respiración de nuestra hierba y por otro, si se humedecen plantean el escenario perfecto para la proliferación de hongos.
Reducir la cantidad de riego
Como regla general, la cantidad de riego que una planta necesita es directamente proporcional a los cambios en la temperatura, es decir, cuando la temperatura aumenta el riego debe ser más intenso y viceversa.
De esta forma ayudaremos a nuestras plantas a ir adaptándose a los cambios climáticos que se suceden y a prepararlas con la época más lluviosa del año.
Así habrán transitado el otoño con el correcto caudal de riego y de luz solar para poder afrontar el invierno en un estado de salud plena.
Propiciar techos o armar invernaderos para proteger del frío a las plantas del frío
Ya hablamos que este momento de transición nos sirve para preparar a las plantas y su espacio de la mejor manera para pasar el invierno.
En este sentido, lograr armar pequeños espacios que les sirvan de protección para las heladas es ir un paso delante del cambio en el clima y de las necesidades de nuestras plantas.
Si nos resulta muy complicado o imposible protegerlas de manera aérea, recomendamos por lo menos proteger las raíces que son las que alimentan al resto de la planta.
Como todo, en la variedad se encuentra el gusto y en la jardinería encontraremos especies que son más delicadas y requerirán más de nuestros cuidados y especies que son menos sensibles y con mínimos cuidados lograrán vivir, crecer y ser sanas.
Sacar las malas hierbas y limpiar el espacio de cada planta es otro de los cuidados que resultan claves para pasar el otoño con bienestar
Mientras las plantas permanecen en su letargo y detienen o lentifican su proceso de crecimiento, las denominadas hierbas adventicias siguen su curso y se aprovechan de este momento.
Entonces hay que limpiarlas y eliminarlas, no sólo porque resultan antiestéticas y no favorecen para nada la vista de nuestras plantas, sino que también resultan ser perfectas ladronas del agua, la luz y los nutrientes que nuestras plantas necesitan.
Y lo que empeora por completo la situación es que son verdaderos imanes de hongos y plagas, haciendo un combo para nada tentador para nuestro jardín, balcón o espacio de naturaleza sea cual sea el tamaño y el fin.
Por eso es ideal aprovechar el otoño para eliminar por completo las malas hierbas y así sumar acciones de cuidado que brindarán salud y bienestar a nuestro jardín. Aunque no sea la tarea más disfrutable del mundo es realmente importante y fundamental.
Abonar nuestra tierra es una forma de nutrir y también de proteger nuestro jardín
Cuando pensamos en fertilizar la mayoría de las veces lo que primero se nos viene a la mente es impulsar el crecimiento. Pero nada más errado ya que fertilizar durante esta estación de transición es la clave para nutrir nuestras plantas y así prepararlas para que puedan realizar el letargo invernal sin sobresaltos.
Si bien todas las acciones en su conjunto contribuyen en mayor o menor medida al bienestar y la salud de nuestro jardín, fertilizarlas y nutrirlas es quizás la mejor forma de favorecer que soporten las temperaturas bajas con la suficiente fortaleza como para sobrevivir y renacer triunfantes.
