Siguen permaneciendo vigentes algunos de los aportes de las culturas antiguas del mundo: Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma. Por medio del siguiente artículo, descubrirás la historia, aportes y cuáles son las características de las civilizaciones antiguas del mundo, elementos fundamentales para saber por qué las acciones de estas sociedades antiguas influyeron en gran medida en el desenvolvimiento de todas las civilizaciones que emergieron posteriormente, sobre todo dentro de su estructura política, económica, social y cultural, tomando como referentes las mencionadas culturas de la Antigüedad. Esta información precisa ayudará a conocer qué son las civilizaciones antiguas y la vigencia de su legado en la actualidad. Ordenamos este listado desde la cultura más antigua a la más reciente.
Las 15 ciudades griegas de la Antigüedad que han resistido el paso de los milenios
Éste es de los nombres de las civilizaciones antiguas mayormente mencionados dentro de la historia universal. Esta región estuvo establecida entre los ríos Tigris y Éufrates, donde se encuentran las actuales Irak, Siria, Irán, Turquía y Kuwait. Sus orígenes se remontan alrededor del IV milenio a.C. en el sur de este territorio, en un área llamada Sumeria, frecuentemente mencionada en la Biblia por ser, según este texto sagrado, el escenario de importantes acontecimientos como el desarrollo de los primeros humanos en el paraíso terrenal y el gran diluvio.
Se trató de una de las primeras civilizaciones de la Edad Antigua en contar con una organización político-territorial determinada, al constituirse sus más importantes localidades en ciudades – imperio que, a lo largo de la existencia de esta cultura, asumieron el poder en diferentes periodos dinásticos, siendo estas entidades Sumeria, Acadia, Babilonia (o Caldea) y Asiria, cuyo desarrollo determinó su vida política, económica, social y cultural marcando diferencias entre una etapa histórica y otra.
La agricultura y la ganadería fueron las principales actividades económicas de Mesopotamia, con tal progreso que dicha civilización fue autárquica, es decir, autosuficiente. No obstante, lograron entablar vínculos comerciales con otras civilizaciones aprovechando su privilegiada ubicación geográfica que les permitía comunicarse con Occidente y Oriente, aspecto que afianzó la prosperidad de esta cultura.
Entre los más importantes legados de las civilizaciones antiguas se encuentran los aportes que Mesopotamia dio al mundo, como es el caso de la primera obra jurídica conocida como Código de Hammurabi, la invención del sello cilíndrico y la aparición de la escritura cuneiforme.
El arte de Mesopotamia tuvo una evolución acorde a los periodos dinásticos vividos en dicha época, por lo que el desarrollo creativo se generó principalmente para enaltecer visualmente la preponderancia de la ciudad – imperio gobernante o de su máximo líder, además de servir de complemento ornamental para los diversos monumentos funerarios construidos en dicha era histórica. En el ámbito arquitectónico, sobreviven importantes templos como el de Anu, Innana y Ekur, edificaciones mesopotámicas que estaban conformadas por una torre escalonada o zigurat, principal referente de esta cultura.
Por otra parte, la escultura representaba figuras fantásticas mitad humano, mitad animal, con estatuas que muchas veces se ubicaban a los lados de las puertas de palacios o tumbas como espíritus protectores. Un buen ejemplo de arte escultórico mesopotámico es el Lamasu del palacio de Ashurnasirpal II. Además, también era frecuente la creación de relieves como altorrelieves y bajorrelieves o estelas para decorar edificios públicos, palacios, residencias reales y recintos funerarios.
Esta civilización antigua recurrentemente se vio amenazada por fuerzas extranjeras que pretendían conquistar su territorio, tal y como se vivió a fines del siglo V a.C., cuando Mesopotamia sucumbió ante el creciente imperio Aqueménida (de origen persa) que comenzaba a dominar gran parte del Medio Oriente, del Mediterráneo y de Asia Central.
Siguiendo con los ejemplos de civilizaciones antiguas nos topamos con esta cultura, también conocida como civilización del Valle del Indo por haber estado ubicada alrededor de la cuenca de dicho río, en el territorio que hoy ocupa Afganistán, Pakistán y el noreste de India. Si bien no es tan reconocida como Mesopotamia o Egipto, lo cierto es que, junto con estas culturas ya mencionadas, resaltó como una de las primeras civilizaciones antiguas al tener su origen en el 3.300 a.C. aproximadamente, sin dejar de mencionar que, antes que las culturas egipcia, griega y romana, por nombrar algunas con considerable extensión territorial, la civilización del Indo abarcó una superficie de 1.250.000 km².
Como es natural en un asentamiento cercano a un río, la civilización del valle del Indo tuvo dicha ventaja para cultivar las extensas tierras fértiles, por lo que sustentó su economía en la siembra de cebada, trigo, sésamo, dátiles y legumbres. Además, pusieron en práctica la crianza de animales domésticos como el buey, el asno y el búfalo de río, la producción de textiles de lana y algodón y la metalurgia para la elaboración de armas, utensilios, instrumentos y ornamentos.
Aprovecharon estos recursos económicos para el intercambio comercial con Mesopotamia y Egipto, actividad que se intensificó en el tercer milenio a.C. gracias a las rutas marítimas establecidas para esta práctica, lo cual garantizó prosperidad y riqueza a la cultura Harappa.
Los descubrimientos arqueológicos evidencian la abundante producción artística y cultura de esta civilización, de la cual sobresale su sistema de escritura compuesto por signos y caracteres realizados por sellos de barro cocido, el diseño de joyas de oro, plata y piedras preciosas y semipreciosas, su arte escultórico elaborado en barro y terracota (sobre todo creaciones de sellos y figurillas) y su producción cerámica manifestada en vajillas, copas y jarras.
Asimismo, esta civilización destaca por sus amplios conocimientos de planificación urbanística, de acuerdo a hallazgos encontrados en ciudades como Harappa y Mohenjo-Daro, donde se observaron trazados de calles, la disposición de edificios públicos y casas, una novedosa red de cloacas y un sistema de canalización de agua.
Muchas hipótesis han determinado que el fin de esta civilización se dio producto de la sequía y del cese del comercio con Egipto y Mesopotamia, lo que lógicamente afectó la economía de la cultura Harappa y provocó la dispersión de su población hacia el año 1.600 a.C.
Este resumen de las culturas antiguas no estaría completo si se obviara a la antigua Egipto, civilización formada a orillas del río Nilo producto de la unificación territorial del Alto y el Bajo Egipto hacia el 3.150 a.C., si bien sus orígenes se remontan a muchos años atrás. Se caracterizó por su aislamiento, aspecto que no impidió que se desarrollara como una cultura bastante avanzada a su tiempo, dejando huellas significativas para la posteridad.
La antigua Egipto estuvo regida por un sistema centralista autocrático encabezado por el faraón que, a su vez, se apoyaba una administración autárquica establecida en las principales ciudades del imperio. Su religión politeísta estaba vinculada a la vida política, siendo el faraón el representante en la Tierra de la principal deidad, Amón Ra, característica que le permitía poseer el poder de forma absolutista.
Debido a su asentamiento cercano al curso medio y bajo del río Nilo, Egipto aprovechó esta ubicación para el florecimiento de actividades económicas como la agricultura y la ganadería de subsistencia.
Quizás el mayor legado que Egipto heredó al mundo se relaciona con su producción artística y cultural. En esta importante civilización se difundieron las primeras nociones de matemáticas, astronomía y otras ciencias, la escritura jeroglífica y técnicas hidráulicas para el regadío a gran escala con el fin de sostener la actividad agrícola.
Su compleja religión fomentó la construcción de ciudades y de majestuosos templos dedicados a diversos dioses, destacando entre ellos Karnak, Abu Simbel y Luxor. Por otra parte, la creencia egipcia de su paso a otra vida después de la muerte, motivó a la edificación de imponentes monumentos funerarios como las reconocidas pirámides levantadas en Giza, las cuales resguardan los restos de los faraones Keops, Kefrén y Micerinos.
Luego de sufrir constantes asedios de persas, asirios y libios, el próspero imperio egipcio fue conquistado por el célebre rey de Macedonia Alejandro Magno en el 332 a.C., siendo anexado en el año 31 a.C. al Imperio romano. Su fin llegó un año después ante la muerte de la última gobernante egipcia Cleopatra.
En la búsqueda por saber cuáles fueron las primeras civilizaciones del mundo, despunta esta civilización establecida en Mesoamérica durante la época precolombina, sobreviviendo desde el año 3.000 a.C. hasta el 1546 d.C. y que en la actualidad tiene una notable descendencia de más de dos millones de personas. Estuvo ubicada en la península de Yucatán, hoy ocupada por Guatemala, Belice y los estados mexicanos de Yucatán y Chiapas.
Contó con una organización territorial conformada por diversas ciudades-estados lideradas por un halach uinic, que gobernaba de forma autocrática acompañado de autoridades locales, militares y legislativas.
Como las anteriores civilizaciones, los mayas sustentaron su economía en la actividad agrícola, a través del cultivo de maíz, tomate, algodón, cacao, frijol, zapallo y tabaco.
Saber el ámbito cultural y artístico de las sociedades primitivas ayuda a entender por qué son importantes las civilizaciones antiguas para la comprensión de la humanidad. En el caso de los mayas, dejaron grandes aportes como la invención del cero como cifra, el sistema matemático vigesimal y, por supuesto, la creación del calendario como ordenador cronológico e instrumento de registro de fenómenos naturales. Para ello, utilizaron su propio sistema de escritura jeroglífica, registrada en tiras de papel llamadas códices.
Su cosmovisión regida por la religión politeísta fomentó la edificación de fastuosos templos religiosos para ceremonias y cultos de dioses, como por ejemplo, las pirámides de Tikal y Chichén Itza. Por otro parte, su libro sagrado, el Popol Vuh, es la herencia literaria más trascendental de la época prehispánica.
Contraria a las civilizaciones de la Antigüedad de Europa, Oriente Medio y América, la milenaria cultura china, a pesar de sus profundos cambios políticos, económicos y sociales, ha perdurado hasta el presente. De acuerdo a sus registros históricos, fue establecida en la cuenca del río Amarillo (centro-oeste de la China actual) en el 2.070 a.C., periodo en el que se afianzó su primera dinastía, Xia, dando apertura al llamado ciclo dinástico que dirigió de forma sucesiva el destino del imperio hasta la consolidación de la República a inicios del siglo XX.
Desde su origen, la cultura china estuvo regida de forma alterna por reyes y emperadores, los cuales accedían al poder gracias a sus conquistas militares. La llegada de un nuevo gobernante significó muchas veces el fin de una dinastía y el comienzo de otra, los cuales tuvieron que hacer esfuerzos para preservar la unificación territorial, enfrentando así rebeliones internas y amenazas externas.
En líneas generales, la cultura china tuvo una economía basada en el cultivo de arroz, actividad que garantizaba el abastecimiento de su población y la exportación de este recurso a otras regiones. Otros rubros económicos llevaron a China a la prosperidad, como lo fue el comercio con tres de los productos más costosos y altamente valorados tanto en Oriente como en Occidente: el té, la seda y la porcelana.
El arte chino es uno de los más ricos del mundo, del cual han emergido diferentes manifestaciones creativas con el paso de los ciclos dinásticos, línea cronológica que también es utilizada por la historia para periodizar el desarrollo artístico de esta cultura. De aquí destacan expresiones como la caligrafía, la producción de textiles de seda, porcelana y las tradicionales artes: pintura, escultura y arquitectura, muchas veces influenciada por las creencias religiosas y doctrinas filosóficas que florecieron en esta legendaria civilización, como el budismo, el taoísmo y el confucianismo.
Con el tiempo, el intercambio entre China y otras civilizaciones no fue solo comercial, ya que por medio de la Ruta de la Seda se dio un significativo flujo de materiales, técnicas e incluso de artistas que influyeron en la producción artística de esta cultura. Además, por esta misma vía, el arte chino pudo llegar a otras latitudes, inspirando en gran parte del ámbito creativo de otras sociedades; un ejemplo de ello es la llegada al Japón del alfabeto pictográfico desarrollado en China.
Entre sus inventos se encuentra la pólvora, sustancia explosiva que luego fue fundamental para la modernización de las armas de fuego.
Las civilizaciones antiguas de Grecia y Roma ocuparían la atención de la llamada Antigüedad Clásica, tomando elementos de las culturas predecesoras para así poder mantenerse como las dos sociedades más destacadas de esta época. La invasión de dorios, aqueos, jonios y eolios durante el 1.200 a.C. fue determinante para el surgimiento de la civilización griega, dando fin a la llamada Edad Oscura que se estableció durante la existencia de la cultura micénica. Su dominio se extendió por el Mediterráneo, el litoral del mar Egeo y el sur de Italia y Sicilia (Magna Grecia).
En la antigua Grecia se originaron ciudades-estado o polis, siendo el hombre provisto de derechos y deberes propios, con capacidad de tomar decisiones para beneficio colectivo, siendo esto uno de los antecedentes primigenios de lo que actualmente se conoce como democracia. Entre estas localidades sobresalieron Atenas, Esparta, Mileto, Rodas, Halicarnaso, Corinto y Tebas.
Grecia se apoyó en su economía comercial y expansiva a través del aprovechamiento de su desarrollo como civilización marítima, lo que garantizó el intercambio de materia prima y de productos con muchas regiones extranjeras, mayormente con los Balcanes.
¿Buscas saber cuáles son las primeras civilizaciones con mayor legado cultural? Grecia fue una de ellas, dando valiosos aportes como sus ideas filosóficas, su reconocida mitología, sus avances en materia científica y tecnológica y su abundante desarrollo intelectual, aspectos que inspiraron a toda la cultura occidental.
No hay que olvidar sus hermosas esculturas dedicadas a los dioses y personajes mitológicos y su patrimonio arquitectónico, donde relucen edificios como la Acrópolis de Atenas, el Partenón y el Erecteion. De igual manera, obras literarias como la Ilíada y la Odisea son las máximas referencias de la literatura épica griega.
En diversos momentos, Grecia se enfrentó a poderosos enemigos que pretendían invadir su territorio, como los egipcios y los persas. Bajo el dominio de Alejandro Magno, esta civilización cedió ante el creciente Imperio romano en el 146 d.C.
Entre las civilizaciones antiguas de Europa destaca Roma, constituida como ciudad-estado durante el siglo VIII a.C., llegando a sobrevivir por muchos siglos. Su superficie abarcaba la península itálica, el Mediterráneo, la antigua Mesopotamia y la actual Gran Bretaña, además de tener dominios en Asia y el Oriente Próximo.
La Antigua Roma estuvo dividida en periodos sucesivos, como la Monarquía Electiva, la República romana, el Principado y la Roma imperial, última etapa donde consolidó su poder por más de cinco siglos. Era gobernada por un emperador que llegaba al mando por vía hereditaria o por méritos militares, situación que originó cientos de enfrentamientos en toda la compleja historia de la civilización romana.
Como la mayoría de las culturas antiguas del mundo, Roma también tuvo como base económica la agricultura, acompañada a su vez de otras actividades como la minería y el comercio interno y exterior. El pago de tributos e impuestos por parte de diferentes sectores de la población aseguraba el mantenimiento del ejército romano y gastos públicos.
Muchos se habrán preguntado cuáles son las civilizaciones antiguas que presentan similitudes en su arte y cultura. Pues bien, Grecia y Roma presentan aspectos similares en estos ámbitos, recordando que una vez que el territorio griego pasó a ser dominio romano, este Imperio adoptó muchas de las tradiciones y costumbres que venía desarrollando la civilización predecesora.
De aquí surge el sincretismo grecolatino visto en la filosofía, la mitología y en las primeras etapas del arte romano, que no solo se encargó de copias las técnicas griegas sino de tomar referencias y orientar la actividad artística hacia una finalidad más funcional. Esto se hace evidente en la arquitectura romana, que recibió influencia de los estilos de construcción dórico y jónico para la edificación de espacios como los anfiteatros, basílicas, termas y otras obras de gran envergadura, además de acueductos, calzadas y caminos para beneficio de la colectividad.
A esto hay que sumar el importante legado aspecto legislativo y jurídico manifestado en el Derecho Romano como antecedente de los códigos civiles de muchos países, el surgimiento del latín como base lingüística para otros idiomas, el florecimiento de la danza, el teatro y la escultura y la invención de los números romanos. El cristianismo como religión también tuvo su origen en Roma, aunque, paradójicamente, su aparición aceleró su decadencia.
La imposición del cristianismo como religión oficial, el debilitamiento del Imperio luego de su división en las secciones de Occidente y Oriente y las frecuentes invasiones de los bárbaros, fueron las causas para que en el año 476 d.C. tuviera fin el Imperio romano y con él la Edad Antigua. Ya descubriste cuáles fueron las civilizaciones del mundo antiguo que influyeron en el devenir de la cultura occidental, siendo Grecia y Roma las que más impactaron al mundo.
Vale la pena mencionar que, gracias a las investigaciones arqueológicas y antropológicas realizadas en las últimas décadas, la historia de las civilizaciones se ha dedicado a analizar los antecedentes de las civilizaciones antiguas del mundo, tomando en cuenta que éstas florecieron debido a los avances, conquistas y otros logros obtenidos por las primeras comunidades humanas que dejaron de lado su carácter nómada (algo habitual en todos los tipos de civilizaciones prehistóricas) para establecerse en determinados territorios y organizarse social, política y económicamente.
Por otra parte, si indagamos cuáles son las características comunes de las civilizaciones antiguas, encontramos que todas tuvieron una determinada organización político – administrativa encabezada por una figura importante, sea un faraón, emperador, rey, líder o gobernante, cuya llegada al poder giraba en torno de la teocracia, es decir, era compartido por el clero o sumos sacerdotes.
De igual manera, estas primeras culturas antiguas del mundo profesaron religiones politeístas, con deidades relacionadas con elementos de la naturaleza a las cuales dedicaban y homenajeaban por medio de fastuosas ceremonias, rituales y sacrificios. Cómo olvidar los avances en materia intelectual, jurídica, científica y tecnológica desarrollados por estas primeras civilizaciones del mundo, ya que de allí surgieron muchas de los inventos, creaciones y normas aún vigentes en la actualidad. Adicionalmente, el desarrollo de la política, economía y cultura de la Edad Antigua, afianzada en estas grandes sociedades, viene a demostrar cuán adelantada estuvo su población en su tiempo, por lo que hasta el día de hoy, algunos de los hallazgos y descubrimientos realizados en las regiones que alguna vez albergaron a estos poderosos pueblos siguen siendo todo un enigma para la historia y para las ciencias sociales en general.