El arcoíris es uno de los fenómenos de la naturaleza que más capta nuestra atención, posiblemente por el misticismo que le rodea, siendo un hermoso puente entre un día de lluvia y uno bañado por el sol.
A lo largo de la historia, los arcoíris han sido el centro de letras de hermosos poemas y canciones, como la mundialmente conocida «Somewhere over the rainbow», que aparece en la película el Mago de Oz. Además, según dice la leyenda, al final de cada arco iris se puede encontrar un gran tesoro de monedas de oro que fueron enterradas por duendes.
A pesar de todo, la verdad es que conocemos muy pocos hechos científicos sobre este fenómeno. Más allá de los mitos, las fábulas y las leyendas, aquí te dejamos algunos datos reales, pero también curiosos y poco conocidos, sobre los arcoíris…
1. La verdadera forma del arcoíris no es un arco
Puede parecer una contradicción o una locura, ya que, al observar un arcoíris, todos solemos ver un arco o semi-círculo. Sin embargo, la verdad es que los arcoíris forman círculos completos, aunque desde la superficie del suelo no somos capaces de observar su forma completa.
Desde las alturas de un avión, helicóptero o en el pico de una montaña se puede apreciar la forma total circular del arcoíris, ya que se tiene una vista completa del horizonte.
2. No todos vemos la misma cantidad de colores
En realidad, la variación de los colores de un arcoíris es en degradado, no es una separación de colores en bloques. Es nuestro cerebro y la forma como percibimos y procesamos las imágenes lo que dan esa variación de colores divididos en bandas distintas.
Algunos investigadores aún estudian si esta división se da únicamente en el cerebro humano o si los ojos también juegan un papel fundamental en ello.
La verdad es que la cantidad de colores que una persona ve en el arcoíris es totalmente intrínseca y depende totalmente de la forma en que su cerebro procesa la luz. A pesar de que normalmente se dice que los arcoíris tienen 7 colores, el número real excede los mil.
Lo que sucede es que el ojo humano no está capacitado para ver todos esos colores. De hecho, dos personas mirando el mismo arcoíris pueden ver colores totalmente diferentes.
Aristóteles describió solo tres colores para el arco iris según su percepción: verde, rojo y violeta. Igualmente, eruditos islámicos vieron tres colores, que en este caso eran amarillo, rojo y verde. Fue el científico Roger Bacon quien dio con dos colores adicionales para hacer un total de cinco.
Mucho tiempo después, el físico Sir Isaac Newton descubrió que los colores estaban relacionados con las notas musicales de la escala occidental, pasando a ser los siete tonos que conocemos actualmente.
3. Es el efecto de un fenómeno meteorológico
Para que se genere arco iris, la luz del sol, que incluye todas las longitudes de la onda de luz visible que forman una luz blanca, forma pequeñas esferas dentro y fuera de las gotas de agua de lluvia, del rocío, la niebla o neblina.
Una parte de esa luz se refleja en la superficie externa de las gotas de agua, mientras que el resto de la luz penetra en la gota, provocando una refracción de la luz.
Esto se da como consecuencia de la densidad del agua que es mayor a la del aire. Estando la luz dentro de la gota, se da una segunda refracción, que sale del agua para llegar nuevamente al aire.
Dado que las gotas de agua son esféricas, los deslizamientos o refracciones de luz se dan en distintos ángulos y longitudes de la onda de luz visible, generando la división de la luz blanca en distintos colores.
A este fenómeno hay que añadirle el hecho de que el eje del arcoíris se encuentra en una línea que traza el sol hasta nuestra sombra posterior, justo detrás de nuestra cabeza.
Es por eso que cada persona ve uno distinto, aún cuando estén frente al mismo arcoíris: cada uno lo verá desde el eje que traza desde el sol hasta la parte posterior de su cabeza.
4. Existen arcoíris múltiples
Aunque no es muy común, este fenómeno puede llegar a verse multiplicado. Esto sucede cuando la luz rebota dentro de una gota de agua, y se divide en 2, 3 ó 4 partes, lo que permite ver arcoíris dobles, triples y hasta cuádruples.
Sin duda alguna, la visión de 4 arcoíris juntos parece un paisaje sacado de un cuento de fantasía.
5. El mediodía no es el mejor momento para encontrar arcoíris
Según el sitio web de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), para que un arcoíris pueda formarse es necesario que la luz solar toque una gota de lluvia con una temperatura de aproximadamente 42ºC, lo que hace a las mañanas o las noches los momentos más propicios para que se desarrolle este fenómeno.
6. Sí, hay arco iris nocturnos
Puede parecer un mito, pero la verdad es que los arcoíris al final de la tarde o en la noche existen realmente y se llaman «moonbow» o arcoíris lunar. Se producen cuando las gotas de agua en el aire son golpeadas por la luz reflejada por la luna. Sin embargo, es necesario que haya luna llena o casi llena para que puedan formarse.
Lugares tropicales como el Caribe o Hawái suelen tener lluvias que pueden durar toda la noche, por lo que es más común ver un arcoíris lunar en estos lugares.
La naturaleza está llena de increíbles fenómenos repletos de belleza, misticismo y color que inspiran canciones, historias, poemas y leyendas al dejar una huella en aquellos que tienen el privilegio de disfrutarlos.
7. Los «arco iris de fuego» y los «arco iris» no son lo mismo
Aunque ambos están siempre frente al sol (o la luna, como acabamos de ver), no son iguales.
Los arcoíris de fuego, o arcos circunhorizontales, no son producto de gotas de agua, sino de cristales de hielo que se encargan de refractar la luz.
8. Parece que no son portales a otros mundos
Diferentes culturas afirman que los arco iris son puentes para encontrar tesoros o para llegar a otros mundos o dimensiones.
La creencia de que las mascotas van al cielo a través de uno tiene su origen en el arcoíris de la leyenda de la mitología nórdica, Bifröst.
Según las creencias nórdicas, este arcoíris une la Tierra con el mundo de los dioses y sirve de puente para que las almas nobles lleguen al paraíso de los héroes, el Valhalla.
Otra leyenda de la mitología greco-romana también los relaciona con la diosa mensajera Iris. Y varias tradiciones nativo-americanas y asiáticas lo ven como un punto de unión entre este mundo y el más allá.
Hasta ahora, los descubrimientos de la ciencia echan por tierra estas teorías y creencias… Todo es cuestión de seguir investigando.