Divorciarse de la pareja para poner fin al matrimonio es una de las decisiones más complicadas que podemos llegar a tomar a lo largo de toda nuestra vida. Debido a ello, recurrir a un buen equipo de abogados para separaciones y divorcios resulta un primer paso que debemos dar con el máximo conocimiento de causa. De este modo, aseguramos que vamos a recibir un trato cercano y que va a ir en la defensa de nuestros intereses y, en caso de haberlos, los de nuestros hijos.
Los abogados matrimonialistas trabajan en el campo del derecho de familia y tienen una gran experiencia en las cuestiones más relevantes. Ejemplo de ello es la liquidación de gananciales, la pensión de alimentos, la custodia compartida, las medidas paternofiliales o las modificaciones en dichas materias. Si quieres que todo salga a la perfección, carente de sentencias abusivas que pongan en peligro tu integridad económica, entonces lo mejor que puedes hacer es ponerte en contacto con abogados que organicen una buena defensa en aras de resolver el litigio cuanto antes.
La gestión de las herencias es otra de las evidencias de que los abogados derecho familia se encargan de lidiar en los episodios más duros de nuestras vidas. La pérdida de un ser querido es ya complicada de asumir como para además tener que hacer frente a todas las cuestiones administrativas que se van a dar en lo que respecta al testamento. Por eso, los abogados asumen la gestión integral de este proceso para que todo se solvente lo antes posible.
Además de encargarse de la correcta ejecución de la última voluntad del fallecido y del pago de todos los impuestos correspondientes, los abogados también participan en los conflictos entre los herederos. Una situación realmente delicada que requiere el trabajo de un buen profesional, el cual se acogerá a lo que establece la ley en lo relativo a los herederos forzosos o incluso a los procesos de desheredar.
Cuando un menor de edad quiere irse de casa, tiene una serie de estipulaciones normativas que le impiden tomar esta decisión. No obstante, las emancipaciones existen y se basan en el ordenamiento jurídico de un menor para pasar a considerarse como mayor a ojos de la ley. Ahora bien, para que esto ocurra el individuo debe tener al menos 16 años.
Como puedes imaginar, estamos ante una prueba más de lo complejos que son los casos del derecho de familia. En caso de que seas el progenitor de la persona que se quiere emancipar, lo mejor es que delegues en abogados para que lleven a cabo el asesoramiento de manera eficiente. O, si eres el menor en cuestión, hagas lo propio para conseguir una resolución favorable.
El último ejemplo que traemos para evidenciar el importante rol que desempeñan los abogados de familia es el de la discapacidad jurídica de personas (lo que antiguamente se denominaban incapacitación). Un procedimiento por el cual se impide a un individuo, generalmente anciano con problemas cognitivos, a tomar decisiones por cuenta propia con validez legal. La discapacidad también se da en gente que no sea anciana siempre y cuando haya problemas cognitivos, o incluso de malversación de sus propios caudales que ponen en peligro su subsistencia o la de su familia.Desde este momento, dicha persona tendrá un tutor asignado que se encargará de garantizar su bienestar. Hay tres tipos de protección: la patria potestad prorrogada, la curatela y la defensa judicial. Eso sí, en todos los casos se antoja prioritario acudir a un despacho de reconocido prestigio en estos asuntos para así resolver los trámites pertinentes con la máxima rapidez posible.