Felice Jacka es especialista en establecer la relación entre la alimentación y el estado de ánimo. Trabaja en la Universidad de Deakin (Victoria, Australia) y ha publicado en la revista BMC Medicene los resultados de un innovador estudio que promete cambiar la vida de las personas que siguen un tratamiento para la depresión.
El estudio demuestra que los individuos con depresión pueden mejorar su estado de salud mental siguiendo los hábitos alimenticios enmarcados en la dieta ModiMed (similar a la dieta mediterránea, salvo en ciertos aspectos).
Para llegar a esta conclusión, Jacka reclutó a 67 personas de ambos sexos con depresión moderada y severa cuyos hábitos alimenticios distaban de ser saludables. La mayoría de los voluntarios estaban bajo prescripción médica y/o acudían a psicoterapia de forma regular.
El experimento
Durante 12 semanas la mitad de esas personas se alimentaron siguiendo la dieta ModiMed y, además, asistieron a sesiones de ayuda dietética con una nutricionista. Entretanto, la otra mitad siguió manteniendo su dieta habitual, pero se les pidió que asistiesen a sesiones de apoyo social.
Hay que precisar que, tanto antes como después del período de prueba, los síntomas de depresión de todos los participantes fueron evaluados y clasificados usando la escala MADRS (Escala de Valoración de Depresión de Montgomery-Åsberg), que cataloga el estado de ánimo en una escala de 0 a 60, siendo 60 la depresión más severa.
Al finalizar la prueba, las personas del grupo de dieta ModiMed vieron que sus calificaciones MADRS mejoraban en un promedio de 11 puntos.
El 32% de ellos (10 de los 31 que completaron el test) tenían puntuaciones MADRS tan bajas que ya no cumplían los criterios mínimos para diagnosticarles una depresión.
Por el contrario, las personas del grupo que no realizaron dieta no mejoraron más de 4 puntos en la prueba de MADRS, y solo el 8% (solo 2 de 25 terminados) logró una disminución en sus síntomas depresivos.
La dieta
Como ya apuntamos con anterioridad, la dieta ModiMed es una variante de la dieta mediterránea que recomienda el consumo de granos enteros, frutas, verduras, legumbres, productos lácteos bajos en grasa (no edulcorados), nueces sin sal crudas, carne roja magra, pollo, pescado, huevos y aceite de oliva.
Por el contrario, la dieta no recomienda la ingesta de dulces, cereales refinados, frituras, comida rápida y carne procesada.
En cuanto a las bebidas, sugiere la ingesta de un máximo de una bebida azucarada por semana y/o dos bebidas alcohólicas al día, preferiblemente vino tinto. Beber agua se puede hacer sin restricción.
Entre las ventajas de la dieta se encuentran que casi no contiene hidratos de carbono refinados, que son los que desestabilizan el estado de ánimo. Contiene grasa natural y colesterol, que el cerebro necesita para funcionar correctamente.
Es baja en aceites procesados de semillas, contiene fuentes de proteína animal y se basa en alimentos enteros, ya que los seres humanos están bien adaptados a su absorción.