La construcción de una casa o un edificio no se da de la noche a la mañana, ya que previo a este paso, se debe hacer un boceto de la edificación de acuerdo a una planificación y un diseño de arquitectura siguiendo los requerimientos del cliente, a la vez que la futura obra cumpla con ciertos parámetros que expresen el sentido estético y a la vez funcional del proyecto, sin olvidar el toque creativo que queda de parte del arquitecto ejecutor. Por tal importancia, saber en líneas generales qué es diseño arquitectónico es el tema del siguiente artículo, donde estaremos ahondando acerca de la definición, proceso, etapas, principios, metodología y algunas ideas de diseño arquitectónico que son tendencia en tiempos actuales.
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Para desarrollar cómo hacer un diseño arquitectónico de una casa, lo primero que debe dejarse en claro es de qué se trata este concepto y cuál es el proceso que se genera desde su creación hasta su puesta en marcha a manos de un contratista. Es por ello que, a continuación, estaremos detallando todos los aspectos necesarios para saber qué es un concepto arquitectónico y cómo se da forma al mismo.
El concepto de diseño arquitectónico refiere que se trata de una disciplina integrada al mundo de la arquitectura encargada de la representación de una edificación, que se da en un primer momento de forma imaginaria, para luego ser plasmada en papel en forma de boceto, siguiendo ciertos pasos que surgen tanto de la planificación del proyecto como del sentido estético que se le quiera dar a la obra, añadiendo a ésta su carácter funcional y la distribución del espacio.
En palabras resumidas, para saber cómo hacer un concepto de diseño arquitectónico específico, el arquitecto debe tener siempre presente las necesidades del cliente o grupo de clientes que requieren sus servicios, mismas que, posteriormente, serán interpretadas en forma de bosquejo donde, a la par de la propuesta, se dará desarrollo a la creatividad del proyecto.
Como todo proyecto de gran envergadura, el diseño de arquitectura cumple con un amplio proceso donde se involucra a un equipo de trabajo que tiene como tarea principal la confección del boceto siguiendo las solicitudes y requerimientos del cliente.
Seguidamente, el contrato acordado entre ambas partes debe contemplar importantes elementos de diseño arquitectónico como el estudio topográfico donde se evalúa el terreno que cimentará la obra, la correcta disposición de servicios básicos que consumirán los futuros beneficiarios, la distribución espacial sobre el área elegida, la viabilidad del proyecto en materia económica y financiera y todos aquellos fundamentos técnicos que se buscan contemplar y desarrollar en la construcción.
Hoy en día se hace efectiva la conceptualización del espacio arquitectónico y el desarrollo tecnológico apegándose a las herramientas digitales que, sin duda, facilitan la elaboración del diseño. No obstante, el recurso humano siempre será esencial a la hora de concebir el proyecto pautado, el cual debe cumplirse en las diferentes etapas que describiremos en breve.
Como ya se dijo recientemente, cualquier ejemplo de proceso de diseño arquitectónico, sea de pequeña o gran envergadura, debe cumplirse siguiendo una serie de pasos o etapas que garantizan el buen desarrollo del mismo. De acuerdo con lo planteado por el Instituto Americano de Arquitectos, son siete las fases o etapas presentes dentro de dicho proceso. Estas son:
Es la etapa que da inicio formal al diseño de arquitectura, ya que en ella se hace efectiva la interacción entre el equipo de arquitectos y el cliente para tomar en cuenta sus requerimientos y necesidades para con el edificio a construir. Luego, se realiza un análisis o estudio de terreno para establecer el área donde se desarrollará la construcción, considerando en ésta las ventajas y puntos favorables que ofrezca la zona escogida para llevar a cabo el proyecto.
Logrados estos pasos, se procede a realizar un contrato entre la parte solicitante y el arquitecto, donde se estipulan los términos del proyecto.
Ya en esta fase, el grupo de arquitectos comienza a fijar los primeros criterios constructivos del diseño arquitectónico por medio de la representación gráfica de las ideas que manifestó el cliente para la obra. Es aquí entonces donde se elaborar los bocetos, dibujos, planos preliminares y representaciones esquemáticas en 3D para proyectar cómo se verá la obra y si hay que corregir algunos aspectos de ella.
Todos los ejemplos de diseño arquitectónico al llegar a esta fase requieren del apoyo de un ingeniero estructural, ya que a partir de aquí se realiza la planificación del proyecto incluyendo acabados interiores y exteriores que son presentados al cliente. Hay que acotar que es también en esta etapa donde se puede plantear una estimación de costos más cercana a la realidad, ya que incluye todos los elementos que se espera estén presentes en la estructura.
El proyecto de obra es un hecho, así que para esta etapa, el arquitecto junto a su equipo, realiza al menos dos bocetos o planos donde se expresa cada detalle del diseño final, uno se presenta a la autoridad local a la cual le compete la gestión de permisos de construcción y el otro dibujo permanece todo el tiempo de ejecución de la obra. Asimismo, los aportes del contratista son valorados en esta fase del diseño de arquitectura.
Como ya se mencionó, para llevar a cabo la construcción se deben solicitar una serie de permisos que, normalmente, se contemplan para seguir las leyes locales, municipales y estatales en todo lo competente a este tema, de manera que tanto el proyecto como el equipo de construcción queden amparados ante las normativas estipuladas. Esta fase puede ser la más lenta de todas, dependiendo de la magnitud y la ubicación que tenga la obra en la localidad elegida para su edificación.
Aunque esta fase es opcional, puede que los clientes verifiquen las propuestas de varios contratistas a fin de escoger el ideal para ejecutar la obra. Aquí, los factores determinantes serán las propuestas del empleo de materiales, el plazo de construcción y, por supuesto, el costo del proyecto.
Una vez escuchadas todas las opciones, se aprueba la más factible para poner en marcha el proyecto.
En esta última fase, el arquitecto deja de lado su rol creativo para asumir su papel como gestor del proyecto, encargándose de supervisar la obra a medida de que los ingenieros y los contratistas la desarrollan para que se cumpla al pie de la letra todo lo propuesto en los bocetos. Por otra parte, hay que destacar que, durante la construcción, los costos pueden variar considerablemente, por lo que, muchos tipos de diseño arquitectónico aumentan su costo. Para evitar esto, se debe tomar en cuenta la planificación previa para que este factor no tenga gran impacto al finalizar la obra.
A continuación, describiremos algunos de los principios y valores del diseño arquitectónico que son claves para la efectiva construcción de cualquier obra planificada, sea monumental o para uso funcional.
Si te preguntas qué es funcionalidad en un diseño arquitectónico, este es el principio que consiste en darle a la obra un carácter utilitario, acorde a las necesidades de los clientes y, sobre todo, cómodo. De manera específica, es aplicado para que cada espacio de la construcción tenga una función, de modo de que, en conjunto, sea un edificio totalmente aprovechado. Aquí se deja en segundo plano los elementos ornamentales y se incorporan a su vez materiales que dan la sensación de forma y volumen; queda de parte del arquitecto dar con estos detalles una obra de tal belleza.
Pero a la par de la funcionalidad del diseño de arquitectura debe comulgar una apariencia agradable en la obra para que la misma brinde una sensación de belleza y gusto a todo aquel que quiera apreciar el edificio. Este principio dependerá de la subjetividad tanto del arquitecto encargado del diseño, al utilizar la obra como medio de expresión de su propia percepción creativa, como de la sensibilidad artística del individuo que use el edificio o, simplemente, guste admirar de él.
¿Cómo puede darse movimiento dentro de algo estático, como un edificio? Pues una obra dinámica es el resultado de la unión de diversos elementos como los materiales empleados y su tamaño, forma y color, de manera que estos aspectos simulen el movimiento dentro del edificio sin que éste pierda su integridad estructural.
Dentro del ámbito artístico, el ritmo no es más que la sucesión o repetición de elementos para que éstos formen una secuencia. Esto se ha hecho notable dentro de varios conceptos de diseño arquitectura, al incorporar colores, líneas y otros patrones, así como también en la manera como como se armoniza el volumen y el espacio.
Cualquier diseño de arquitectura se ve influenciado por el contexto espacial donde se construye, por lo que la topografía, el clima, la historia y muchos otros factores inspiran para que se la obra sea armónica con el ambiente en el cual está erigida. Aquí es válido el aprovechamiento de recursos naturales, que son precisamente la base para la arquitectura sostenible, uno de los tipos de diseño arquitectónico más populares de la actualidad.
Con tantos aspectos que se presentan en una obra, es primordial que todos cuenten con un balance equilibrado para que se relacionen entre así y se puedan apreciar de forma agradable. Por otra parte, lograr este equilibrio significa además combinar los principios antes descritos para que puedan proyectarse de forma efectiva en el edificio una vez concluido.
En las siguientes líneas, presentamos todos los métodos del diseño arquitectónico requeridos a la hora de planificar y elaborar un proyecto de construcción. Para alcanzar el objetivo propuesto en cuanto a la obra solicitada, se debe cumplir con esta metodología:
Dentro del diseño de arquitectura han emergido diversos estilos y tendencias que cuentan con sus propias particularidades estéticas y de aplicación de otros principios, siendo además las tendencias que han marcado a toda una época artística. Entre los más conocidos estilos de la contemporaneidad se encuentran:
Este estilo arquitectónico rompió definitivamente con los cánones afianzados durante la arquitectura clásica. Se desarrolló a principios del siglo XX y, hoy en día, sigue siendo uno de los más requeridos para la construcción de grandes edificios. Se caracteriza por el empleo de materiales como el cristal y el acero, propios de la llamada edad de las máquinas, y por ser la tendencia que, por vez primera, incluyó las ventanas de cristal en el diseño.
Asimismo, emplea paletas de colores básicos como el negro, el blanco o el beige, hace énfasis en la construcción de espacios abiertos, iluminados, con ángulos rectos y techos planos.
¿Alguna vez has visto una acogedora casa rural? Muchas personas sueñan con vivir en un ambiente de este tipo, rodeadas de la naturaleza y de la tranquilidad. Esto y mucho más lo ofrece el estilo rústico, vigente prácticamente a lo largo de la historia.
Recurre al uso de materiales naturales como la madera, la piedra y la terracota, empleado en construcciones de poca altura (de máximo dos plantas) con exteriores como jardines, patios y terrazas. En este estilo se presentan colores cálidos como el marrón, el ocre, el amarillo y el blanco y decoraciones que contempla el uso de fibras naturales y estampados florales o vegetales.
Impulsado en países escandinavos como Dinamarca y Suecia durante los inicios del siglo XX, tiene como particularidad la simpleza y funcionalidad de los espacios sin que estos aspectos sacrifiquen el valor estético. En edificaciones de este tipo se pueden ver grandes ventanales que garantizan el paso de luz natural, el uso de madera tanto en los techos como en el mobiliario del edificio y el empleo del negro, gris o blanco como principales colores neutros.
Una tendencia que se hizo presente en tiempos de la colonización europea aún sigue siendo popular en la actualidad, ya que sus edificios ofrecen elegancia, sencillez y simetría. En estructuras de este estilo se puede apreciar el empleo de materiales que dan textura a los espacios, como es el caso del ladrillo, la madera y la piedra.
Aplicando la filosofía de que menos es más, la tendencia minimalista es una de las favoritas dentro de la arquitectura contemporánea. Para ello, se plantea un diseño funcional, dejando de lado prácticamente todo detalle decorativo e innecesario para el aprovechamiento máximo del espacio. Además, espacios de este tipo dan la sensación de orden y pulcritud, y en ellos se pueden apreciar el uso de colores neutros, el predominio de superficies lisas y el empleo de materiales simples como el vinilo o la madera.
Como se pudo apreciar en este artículo, el diseño de arquitectura consta de todo un proceso que debe aplicarse al pie de la letra para que, una vez que la obra sea una realidad, se muestre de forma armónica, funcional y sostenible tanto para los usuarios de ésta como para el público que podría detenerse a admirarla. Por tanto, el diseño arquitectónico se ha convertido en uno de los criterios más significativos dentro de la arquitectura en general, adaptándose a los tiempos históricos y, en muchas ocasiones, marcando hitos en el ámbito artístico. Basta con ver algunos edificios catalogados dentro de los distintos tipos de diseño arquitectónico para apreciar la evolución que esta disciplina ha tenido con el paso de los años, para hoy en día ser la encargada de erigir edificaciones cada vez más acordes a la sostenibilidad y funcionalidad como valores principales.