El embarazo trae consigo una serie enorme de cambios al cuerpo de la mujer, en su mayoría motivados por el gran número de hormonas interactuando con todos los sistemas del cuerpo. Uno de los mitos más famosos es que las mujeres embarazadas presentan una disminución de su iq en el embarazo ¿Qué hay de cierto con ello?
Problemas para concentrarse, menor capacidad de gestión emocional o aprendizaje se suelen asocial al embarazo y todas ellas tienen una explicación científica que te dejaran con la boca abierta
Una gran cantidad de estudios han concordado en que el cerebro de la mujer tiene muchísimos cambios durante el embarazo, entre ellos, una disminución considerable de la materia gris.
En pocas palabras el cerebro de una mujer se vuelve hasta 7% más pequeño durante el embarazo, debido a que el cuerpo readapta el funcionamiento cerebral, sacrificando algunas funciones, para potencial otras que considera más apropiadas para la supervivencia del bebe y la madre.
Todos estos defectos desaparecen por completo pasados los 6 meses de dar a luz.
Durante el embarazo existe una importante disminución de actividad en distintas regiones del cerebro que sugiere son el origen de los “poderes de supermamá” en otras regiones como los encargados de detectar potenciales amenazas en el ambiente.
La poda y reorganización de estas nuevas conexiones cerebrales puede que sean las causantes del estado desorientado, distraído y ligeramente confuso que pueden tener algunas embarazadas durante los primeros días.
Otro factor que tiene relevancia en este caos es la baja de nutrientes habituales hacia el cerebro, producto de que el cuerpo desvía todos los recursos para la formación del feto.
Si bien es cierto que el cerebro femenino presenta una disminución de algunas capacidades durante el embarazo como en la memoria a corto plazo y la ejecutiva, esto no quiere decir que sean menos inteligentes, todo lo contrario.
El cerebro de una mujer embarazada dedica mayor atención a las áreas relacionadas a la empatía, el reconocimiento de los detalles, la memoria espacial y la detección de amenazas, por lo que se distraen con mayor facilidad, pero no son menos inteligentes.
Aunque esto pueda significar una disminución de hasta el 20% en el resultado de un test común de coeficiente intelectual, la inteligencia neta permanece intacta.
De hecho, para sorpresa de los investigadores, las mujeres que daban a luz presentaban un mejor funcionamiento cerebral 6 meses después del embarazo, una vez que el cerebro recuperaba su tamaño y funcionalidad normales.
Después de semejantes cambios no quedaban lesiones o disminuciones de ningún tipo y las mujeres mostraban mejores resultados en los test de inteligencia de manera consistente incluso años después.
Tras la “reestructuración cerebral” que tiene lugar en el embarazo no solo el cerebro se recupera por completo dejando atrás esos días de distracciones constantes, sino que se adquieren nuevas mejoras:
Este proceso es tan natural que puede verse en mujeres que adoptan niños y se debe a las hormonas del vínculo afectivo, únicas en su tipo.