A lo largo de la historia, las distintas sociedades han implementado diversos sistemas económicos que les permitan el manejo óptimo de los recursos, elevar la calidad y eficiencia de la producción. Entre esos sistemas se han adoptado los referidos a una economía planificada, economía descentralizada o a una economía mixta. ¿Pero, qué es una economía centralizada o planificada? ¿Cuáles son las características de una economía centralizada y cuáles son las ventajas y desventajas de la economía planificada o centralizada? Descúbrelo enseguida.
Economía descentralizada:
Definición, características y ejemplos de mercados descentralizados
Conocida también como sistema económico de planificación central, la economía centralizada es una economía gobernada por el Estado, quien es el encargado de planificar, organizar y ejercer el control sobra todas las actividades económicas dentro y fuera de su territorio.
En un sistema económico centralizado, el Estado es el dueño de los medios de producción; por lo tanto, tiene la facultad de asignar los objetivos, recursos y directrices a las empresas centralizadas, publicas o privadas.
Luego de la Primera Guerra Mundial, la Unión Soviética adoptó un sistema de economía planificada central inspirado en la teoría marxista que, entre otros aspectos, sostenía que los medios de producción debían ser públicos para poder garantizar una distribución equitativa de los recursos.
Posteriormente, este sistema económico fue expandido a varios países de Europa del Este y otros países asiáticos y rigió hasta mediados del siglo XX. Sin embargo, en la actualidad son pocos los países en el mundo que aun conservan una economía de planificación centralizada, como es el caso de Corea del Norte.
Una de las principales ventajas que pueden ofrecer las economías centralizadas es la posibilidad de unificar los criterios de la sociedad y el gobierno para llevar adelante un objetivo especifico; para ello, el Estado puede nacionalizar empresas y dictar normas que garanticen la unidad de visión. De seguidas otras principales ventajas de las economías centralizadas.
En las economías centralizadas el mayor empleador es el Estado por lo que el gobierno regula la contratación y las ofertas de trabajo. En consecuencia, el Estado puede establecer baremos salarias y puestos de trabajo que reduzcan los niveles de desempleo.
La prevención de monopolios o de mercados abusivos es otra de las ventajas de la economía centralizada. Las industrias se encuentran controladas por el Estado que tiene la facultad de establecer el mercado, fijar precios, controlar las publicidades engañosas y las practicas de mercado general.
Un Estado con una economía planificada puede ofrecer una rápida respuesta a los requerimientos sociales de sus ciudadanos, tales como vivienda, educación o seguridad. Estos, por lo general, son accesibles a bajo costo o libres de cargo, debido a que, en la economía centralizada, el Estado tiene como prioridad el bienestar social.
La falta de innovación y la ineficiencia en la producción son algunas de las principales desventajas de una economía centralizada en Estado como único explotador de una industria. Sin embargo, no son las únicas; a continuación, otras desventajas de la economía planificada para la sociedad.
En la economía de planificación central, la libertad y los derechos de los individuos se ven afectados por la intervención excesiva del Estado. La noción de una economía centralmente planificada se relaciona con el comunismo, por lo que el Estado tiene un enorme control sobre el trabajo y las industrias. Las personas no tienen la libertad de elegir sus carreras o tareas, sino que obedecen a la autoridad que se les ha asignado.
Otra de las principales desventajas de un sistema económico central es el fomento que se hace de la creación de mercados negros. Debido a las excesivas restricciones impuestas por los gobiernos con economías centralizadas a los canales de producción, distribución y mercado; la oferta de bienes y servicios se puede ver limitada. En consecuencia, se crean mercados paralelos, fuera de la ley, para fabricar y vender productos o servicios.
La escasez o excesos de productos en los mercados con una economía centralizada planificada se configura como una importante desventaja de estos sistemas económicos. Esto ocurre cuando el Estado no es capaz de adaptarse, de forma rápida y eficiente, a las necesidades de los consumidores, y no se producen los bienes demandados o no se fabrican los suficientes para satisfacer las demandas del mercado
El fuerte control e intervención del Estado en los procesos productivos, el manejo del presupuesto y la asignación de recursos se destacan entre las principales características de la economía centralizada. Pero, existen otros elementos que distinguen y definen qué es economía planificada. Estas son algunas importantes características de la planificación centralizada.
En una economía planificada, el gobierno de turno es quien decide que bienes o servicios se producen y se comercializan. El estado, por tanto, tiene el poder y control absoluto sobre los recursos y materias primas que intervienen en la cadena de producción.
Aunque en una economía planificada pueden coexistir entidades privadas y empresas centralizadas, es el Estado quien tiene la ultima palabra y el pleno control del mercado y de las actividades económicas y el sistema de fijación y regulación de precios de bienes y servicios.
Otra de las características principales de una economía centralizada es el elevado nivel de burocracia en la toma de decisiones. Para la planificación, gestión y ejecución de decisiones económicas, El Estado requiere más tiempo y pasos para su materialización.
Tal como ocurre con la economía planificada, los sistemas económicos descentralizados también cuentan con características particulares que permiten diferenciarlos de otros tipos de economías. A continuación, algunas diferencias entre economía centralizada y economía descentralizada.
Diferencias entre economía centralizada y economía descentralizada |
Economía Centralizada | Economía descentralizada | |
Objetivo de la producción | Maximizar los beneficios y las ganancias | Alcanzar beneficios sociales |
Titularidad de los recursos | Los recursos pueden ser públicos o privados, manejados por particulares. | Los recursos pertenecen en su mayoría al Estado |
Libertad económica | Los trabajadores eligen y cambian de trabajo con facilidad, de acuerdo a sus capacidades | La libertad de los trabajadores está limitada por la voluntad del Estado |
Rol de los consumidores | Las necesidades y requerimientos de los consumidores inciden en la producción | Solo el Estado decide qué y cómo producir |
Una de las principales diferencias entre una economía centralizada y una economía descentralizada radica en el objetivo de la producción de bienes. En el caso de la economía planificada el Estado es quien controla y decide la producción de bienes y servicios con un enfoque social y macroeconómico; mientras en la economía descentralizada el libre mercado es quien lidera la producción de los bienes enfocado en la maximización de las ganancias.
En los países con un sistema planificado centralizado, los recursos se encuentran bajo el dominio del Estado y es el gobierno quien dirige los factores y las cadenas de producción, establece el sistema de precios y asigna las materias. Por el contrario, en un Estado con una economía descentralizada los recursos pueden pertenecen también a empresas privadas y particulares; y el sistema de precios se fija con base en la oferta y la demanda.
Un sistema económico descentralizado le ofrece la libertad a los trabajadores a desarrollar sus capacidades y aptitudes en empleos y trabajos que pueden elegir libremente; mientras que en un sistema de planificación central esa libertad se encuentra limitada y los trabajadores no pueden elegir o cambiar de trabajo con facilidad. En una económica centralizada el Estado decide e impone los salarios para buscar una igualdad de ingresos.
Los consumidores cumplen un rol importante en las economías descentralizadas. En estas, los procesos de producción se ajustan a las demandas del mercado que busca satisfacer las necesidades y requerimientos de los consumidores. En contraposición, en la economía planificada, el gobierno decide cómo y qué producir sin tomar en cuenta las demandas o necesidades de los consumidores.
Con posterioridad a la revolución rusa, y luego de la Primera Guerra Mundial, los países fueron adoptando sistemas económicos centralizados que priorizaban el control del Estado en la explotación de los recursos. Estos son algunos de los casos de economía planifica en la historia.
De los casos más ejemplares de un sistema económico planificado en la historia es el de la antigua Unión Soviética, a mediados del siglo XX. Durante el gobierno de Joseph Stalin, la economía de la Unión Soviética se basó en un sistema comunista, en el cual el Estado controlaba toda la oferta y demanda del mercado, y llegó a expropiar granjas y terrenos de los particulares que pasaron a ser propiedad publica en 1930.
Desde 1954, el gobierno norcoreano ha controlado todos los medios de producción de ese país, estableciendo rigurosas políticas económicas que han causado escasez de bienes, mala inversión y altos niveles de pobreza y hambre en la sociedad. Está considerada uno de los más impactantes ejemplos de una economía planificada en la historia de la humanidad.
Otro de los principales ejemplos de países con una economía centralizada es el caso de Cuba, que se instaló en la isla desde 1959. El gobierno comunista cubano es quien domina la mayoría de las industrias, los hospitales y los sistemas habitacionales. Si bien en ese país, la tasa de desempleo es casi nula; los ingresos de los cubanos promedio no superan los 20 dólares mensuales.
El caso de Libia representa otro de los grandes ejemplos de una economía centralizada. En el país africano el 60 % de la economía es controlada por el gobierno, por medio de empresas estatales que explotan las áreas del petróleo y otros hidrocarburos. De igual forma, el gobierno controla precios, otorga subsidios para controlar el mercado.
En conclusión, las economías del mundo han ido evolucionando y se han adaptado a sistemas que satisfagan las necesidades del mercado, atrás ha quedado la noción de la economía centralizada en un Estado totalitario y poderoso. Salvo algunas excepciones, los países se han apartado de un sistema de economía planificada para abrir los mercados a otras prácticas que garanticen el crecimiento, una máxima eficiencia y la participación de todos los factores de producción, compuestos por el Estado y los particulares.