Habitualmente, se suele pensar que el tema sexual no se debe hablar hasta que entramos a la adolescencia, pero lo cierto es que no es así. Piensa que los seres humanos somos unos seres sexuales. No es propio de una edad en concreto.
Todo padre con hijos pequeños puede ver que le hacen preguntas, pues también los niños tienen erecciones desde bien pequeños y tienen la lógica curiosidad a este respecto, por lo que siempre es importante hablar con ellos y acompañarlos en su desarrollo desde el principio.
Aprovechando la necesidad que antes o después tenemos de calcular el seguro de salud para la familia, es bueno saber las etapas en las que merece la pena tener unas coberturas u otras. Todo ello hace que nos demos cuenta de que la edad en los niños es fundamental para saber sus necesidades en todos los campos, incluido el sexual y más para saber la cobertura que debemos elegir en cada caso.
Los niños aquí aprenden bastante sobre su propio cuerpo, las partes del mismo, los nombres o incluso las sensaciones que les van a transmitir. Pensemos que no existen las diferencias en cuanto a género.
Se toma conciencia del cuerpo, así como de las diferencias en la anatomía de los niños, donde incluso pueden empezar a tocarse los genitales por mera curiosidad. Es algo que es normal.
La curiosidad aumenta y ellos también tienen curiosidad por la sexualidad de otros niños y en saber cómo se hacen los bebés. No debemos mirar su comportamiento desde la óptica adulta, puesto que los niños se están desarrollando.
Hay que responder siempre a las preguntas que se hagan, para que así haya un marco de confianza. Si evitamos los temas o no hablamos de ello, van a creer que la sexualidad es mala o un tabú.
El hogar tiene que ser un sitio de confianza en el que se pueda llegar a hablar de todo lo que queramos.
No debes mentir y tampoco necesitan los niños que seamos expertos en la materia. Antes las preguntas que hagan los hijos en muchas ocasiones, hay que tener un buen tono y ser abiertos respecto a ello, que realmente vean que queremos hablar del tema, aunque no vayamos a saber la totalidad de detalles que nos vayan a preguntar.
Siempre puede pasar que lo que nos vayan a preguntar pueda sorprendernos o violentarnos, pero es la pregunta que hará él y estará siempre relacionada con los sentimientos y las dudas.
Usar eufemismos no tiene lugar. Cada cosa tiene su nombre, además de que hacerlo puede hacer que piensen que es algo malo.
Así que ya sabes, naturalidad y confianza al hablar de estos temas. Seguro que en el futuro tu hijo te lo agradecerá.