Mucho se ha hablado de la actitud de los músicos del Titanic, que siguieron tocando sus piezas musicales mientras el barco se hundía. Unos afirman que actuaron así para que los pasajeros no perdieran la calma ni la esperanza, otros para que no se oyesen los gritos de desesperación o simplemente para evitar el pánico (propio y ajeno).
Otra explicación plausible es que, ante lo que la mente cree que es inevitable, se rinde y actúa desconectando de la realidad. No es una actitud nueva en las personas, ni sorprendente.
Existe la leyenda urbana de que los avestruces esconden la cabeza bajo tierra cuando hay peligro, lo cierto es que es una creencia errónea. Pero quienes sí parece que esconden la cabeza ante amenazas graves somos los humanos.
Dice Taleb en el New York Times:
“Lo que aquí llamamos un Cisne Negro (y con mayúscula) es un suceso con los tres atributos siguientes. En primer lugar, es un caso atípico, ya que se encuentra fuera del ámbito de las expectativas regulares, porque no hay nada en el pasado que puede apuntar de manera convincente a su posibilidad. En segundo lugar, conlleva a un impacto extremo. En tercer lugar, a pesar de su condición de rareza, la naturaleza humana nos hace inventar explicaciones de su presencia después de los hechos, por lo que es explicable y predecible.” (fuente Wikipedia)
Según explican en este artículo de La Vanguardia, ejemplos de cisnes negros recientes son: la burbuja inmobiliaria, el Brexit… solo cuando estallaron se identificaron con exactitud todas las señales que estaban allí indicando el problema, pero antes nadie veía o quería ver.
En el mismo artículo explica que la consultora especializada en identificar alarmas tempranas Absolute Strategy Research considera que hay indicadores en los mercados que avisan de que se pueden estar gestando problemas graves con consecuencias para todo el planeta. Aún así, ni los inversores ni las autoridades están dando importancia a esos indicadores.
La revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS) alerta de un grave problema, consecuencia del calentamiento global: Groenlandia se deshace más deprisa de lo que creían los científicos.
A partir de los años 80 se dispara el crecimiento del calentamiento global del planeta y eso es culpa de la contaminación generada por la acción humana.
Hay estudios que indican que, con un calentamiento global de dos grados, se activarían procesos que serían irreversibles. Si el planeta supera esta temperatura de dos grados, se entra en una fase desconocida y no se puede saber cuál sería exactamente el ritmo del deshielo.
Según la comunidad científica, tan solo 12 años es el tiempo que tenemos para cambiar el rumbo y evitar el aumento de 1,5ºC o 2ºC, que son los umbrales que no debemos traspasar. Las consecuencias serán desastrosas.
A pesar de las evidentes señales de alarma del planeta, seguimos haciendo como los músicos del Titanic: tocando la misma música como si nada, con apariencia de normalidad, mientras el barco se hunde, pero, sobre todo, que no cunda el pánico.
¿O quizás esta vez “los músicos” que gobiernan el mundo preparan una solución “alternativa”?
Alex Acero es especialista en ventas, marketing, TIC, organización de empresas y consultor iKoaching (ikoaching.com). Híbrido de comercial y tecnófilo. Formado en ventas, marketing, programación informática, autómatas y algunas cosas más. Apasionado por comprender tanto el código de la comunicación persuasiva como el «pensamiento» de las máquinas. LinkedIn | Web