Es indudable que la crisis del COVID-19 ha golpeado de lleno a la industria de viajes en general. Con la clasificación de la OMS del brote como pandemia mundial, no es de extrañar que en medio de tal caos; aerolíneas, cadenas hoteleras y hoteles en todo el mundo hayan recortado sus previsiones de crecimiento y estén, incluso, barajando escenarios a más largo plazo.
Con más de 3.000 millones de personas en confinamiento, la brutal caída en los ingresos y la ocupación en las últimas semanas y, en consecuencia, la oleada de cancelaciones que se están llevando a cabo debido al COVID-19, el impacto de esta crisis en el sector de los comparadores de precios está siendo muy alto, y más si tenemos en cuenta que la demanda se está viendo muy influenciada por los medios y la publicidad sobre el coronavirus.
La parte positiva es que, según nuestros datos, casi un 75% de personas tienen intención de volver a viajar como de costumbre para el verano, y un 30% está buscando y planeando sus próximas vacaciones.
Con un negocio global en el que tienen cabida todo tipo de proveedores y al que pueden acceder personas de todo el mundo, circunstancias como la que estamos viviendo en gran parte del planeta a causa del COVID-19 hacen que un comparador de viajes como Sebogo vea su negocio resentido de un modo muy significativo y, a menos que la liquidez sea considerable, la supervivencia puede llegar a peligrar si la situación se alarga mucho en el tiempo.
¿Y qué estamos haciendo desde Sebogo?
En Sebogo nos estamos enfocando en ofrecer toda la información disponible a todas las personas que visitan la web cada día y trabajamos con nuestros cientos de proveedores para estar al corriente de todas las acciones que toman en lo referente a promover opciones más flexibles de reservar.