Antes de empezar con los ejemplos de arquetipos, es necesario explicar qué significa arquetipo. Se puede pensar en significado arquetípico como una plantilla, un molde; pero en psicología, un arquetipo es un patrón de pensamiento heredado inconscientemente por los humanos de años y años de experiencias colectivas. Entonces, el significado de arquetipo viene de la teoría de Carl Gustav Jung, el ilustre psiquiatra que consideró que la mente contiene conocimiento inconsciente de nuestros antepasados, esperando ser activado. Dicho esto, procedemos a enlistar los 12 personajes arquetípicos más populares.
Arquetipos de Jung:
Qué son, tipos y ejemplos de los arquetipos junguianos de personalidad en psicología
Como hemos mencionado al principio, es posible que sepas sobre algunos personajes arquetípicos, puesto que están presentes en el marketing (arquetipos de marca), en el mundo literario, y también en el arte y el cine; pueden ser protagonistas buenos o villanos, mayores o menores. A continuación, estos son los 12 ejemplos de tipos de arquetipos:
Iniciando con los arquetipos de personajes, está el hombre o la mujer que toma las decisiones con base en sus sentimientos. La fortaleza del amante es ser apasionado y muy humanista, hace todo con convicción.
El arquetipo de persona que presenta “el amante” es alguien que le encanta dar y recibir amor, valoran la belleza sobre todas las cosas y prefieren estar en un ambiente agradable. Sin embargo, es ingenuo e irracional, porque tiene de a tomar decisiones desde un punto de vista más emocional y menos racional.
Si analizamos la definición anterior, encaja totalmente con personajes literarios y de películas como Romeo y Julieta, y Bella de la “La Bella y la Bestia”.
Otro ejemplo arquetípicos es “el héroe”. En este caso, el arquetipo del héroe describe a una persona honorable, perseverante, y con la fuerza necesaria para tomar justicia por mano propia.
El héroe tiene una resistencia y vitalidad admirables que le facilitan el camino hacia su cometido. No obstante, puede llegar a ser muy ambicioso, controlador, arrogante, y su exceso de confianza podría jugarle en contra.
Los personajes que se ajustan al arquetipo del héroe son: Aquiles (La Ilíada), Luke Skywalker (Star Wars) y Wonder Woman.
El mago es una figura poderosa que aprovecha cualquier oportunidad que le regala el universo para lograr sus objetivos. Es un personaje revolucionario que está creciendo y transformándose constantemente.
En contraparte, las personas que se identifican con este arquetipo pueden ser arrogantes, corruptos, y existe la posibilidad de que tornen un evento positivo en negativo.
Los personajes que encajan en este perfil son Gandalf de “El señor de los anillos” y Morfeo de “Matrix”.
El rebelde que busca cumplir con las demandas de la sociedad, es independiente, no le gusta deber favores, es transgresor y no vive de opiniones de terceros. Como resultado de su personalidad, al forajido les gusta ir contra la corriente y puede ser algo egoísta.
Aunque está en contra de la discriminación y las injusticias, la desventaja del arquetipo del forajido es que puede cometer crímenes con tal de lograr su cometido; eso también puede llevarlo hacia la autodestrucción.
Han Solo de “Star Wars”, Humbert de “Lolita” y Batman “The Dark Knight” son ejemplos perfectos para este arquetipo.
El explorador es un viajero sin un camino claro, siempre está abierto a nuevas posibilidades y le encanta la aventura. Asimismo, le encanta descubrir lugares y cosas sobre sí mismo, alimentado por la curiosidad y la superación personal.
En contraparte, la desventaja de este arquetipo es que, como está en la contante búsqueda de algo que sea «perfecto», tiende a ser una persona inconforme que le cuesta establecerse en un solo lugar.
Odiseo (“La Odisea”), Huckleberry Finn (“Las aventuras de Huckleberry Finn”), y Sherlock Holmes son los personajes que más se adaptan a este arquetipo.
La teoría de Jung plantea que el sabio puede adaptarse a la figura materna o mentora, pues es un personaje perspicaz, habla de la experiencia y tiene un gran intelecto. El arquetipo del sabio es un pensador libre, busca comprender el mundo y le encanta analizar.
Además, siempre tiene algo para decir sobre un tema, un argumento o una cita. No obstante, sus debilidades también lo afectan; es cauteloso y no está tan dispuesto a unirse a la acción.
Atenea de “La Odisea”, Hannibal Lecter de “The Silence of the Lambs” y El oráculo de “Matrix” son los sabios más famosos.
Otro de los arquetipos de personalidad es “el inocente”. Este es un personaje moralmente puro que, a menudo es interpretado por un niño, así que normalmente es sincero, bondadoso y de buena moral. Con respecto a sus debilidades, es una persona vulnerable, complaciente e ingenua, y rara vez destaca por ser habilidoso.
Los personajes que encajan en este arquetipo son Tiny Tim (“Un cuento de Navidad”) y Cio-Cio-san (“Madame Butterfly”)
Las personas que tienen personalidades como la de “el creador” son visionarias, creativas, tienen gran convicción y fuerza de voluntad. Asimismo, tienen un profundo deseo de libertad, son inteligentes, autosuficientes e inconformistas.
Sin embargo, los creadores pueden obsesionarse en búsqueda de la perfección y evitan los conflictos que pueden ser generados por las opiniones de personas conflictivas. Además, suelen ser personas introvertidas y aisladas.
Zeus de “La Ilíada”, el Dr. Emmett Brown de “Back to the Future” y el Dr. Moreau de “La isla del Dr. Moreau”, son personajes que se ajustan a esta definición.
¿Qué es arquetipo del gobernante? Pues es un personaje con poder legal o emocional sobre los demás y es una persona importante a nivel social. Además, es un líder nato, le gusta poner reglas, órdenes y, por lo general, es una persona estable que busca siempre la excelencia.
El gobernante es uno de los 12 arquetipos junguianos que se relaciona con el liderazgo y el poder, pero el lado negativo de este perfil es que suele ser autoritario y dominante; le gusta tener control sobre las personas y las situaciones. También puede ser indiferente, poco empático e incapaz de hacer contacto emocional con otros.
Tony Soprano de “Los Soprano” y Creonte de “Edipo Rey” son perfectos ejemplos de qué es el arquetipo del gobernante.
En esta lista de arquetipos de Jung también está “el cuidador”, una persona que constantemente hace sacrificios para ayudar a otras personas con tal de verlas bien. En su mente, puede proteger a todos porque tiene fuerza y valentía suficiente; busca a toda costa asegurar la felicidad de los demás.
Pero el resultado de todo ese esfuerzo y desinterés también puede desencadenar una personalidad mártir que recuerda constantemente a todos el sacrificio que ha hecho por ellos. Además, no tiene ambición y carece de liderazgo.
Calpurnia (“Matar a un ruiseñor”), Samwell Tarly (“Game of Thrones”), y Mary Poppins son personajes perfectos para esta definición.
En los arquetipos según Jung, el arquetipo del huérfano también se conoce como el arquetipo del hombre común; es un personaje identificable que tiene una vida marcada por traumas, conflictos, abusos y no tiene sentido de pertenencia.
Aunque puede que el personaje sea decidido y con carácter, tiene que buscar aceptación y afecto de forma constante. También son fáciles de manipular, para bien o para mal, así que pueden caer en engaños fácilmente.
Simba de “El Rey León” y la actriz Marilyn Monroe son ejemplos famosos de lo qué es un arquetipo del huérfano debido a sus infancias llenas de tragedia y tristeza.
Finalmente, está el “bufón” otro de los arquetipos de la personalidad de Carl Jung que describe a un personaje divertido que puede decir verdades importantes. Es cautivador, perspicaz y le gusta disfrutar la vida y hacer reír a los demás.
Lo que define arquetipo es su capacidad de recuperarse fácilmente de las tragedias y que pueden pensar fuera de la caja. En contraste, el lado negativo de esta clase de arquetipos en psicología es que puede ser desagradable, superficial, codicioso y muy perezoso.
Los personajes que se adaptan a este perfil son: Frank y Estelle Costanza de la serie “Seinfeld” y Joey de “Friends”.
Ya que nombramos a los personajes arquetípicos más famosos y enlistamos los ejemplos de arquetipos, ahora es momento de ir hacia el origen de ellos. Y aunque la definición de arquetipo está al inicio, en esta entrada vamos a ahondar un poco más en el tema de los arquetipos de Carl Gustav Jung.
Entonces, ¿qué son los arquetipos de Jung?, ¿de dónde nacen estos arquetipos de Carl Jung? Bueno, básicamente, de todo el estudio del psiquiatra suizo (1875-1961) que se hizo conocido por sus teorías del inconsciente personal y colectivo, y la extraversión e introversión.
A juicio de Jung, la psique humana (o el cuerpo, la mente y el alma) estaba formada por tres partes: el ego, el inconsciente personal y el inconsciente colectivo. De ahí tomó la base para la definición de arquetipo. De acuerdo al psiquiatra suizo, los arquetipos de personalidad están guardados en la inconsciencia colectiva de los humanos. Es decir, son patrones tomados de los primeros antepasados que habitaron la tierra.
Jung identificó doce arquetipos de personalidad, creía que cada ser humano había heredado esa «imagen mental» y aseguró que todos podemos reconocerlos. En síntesis, no aprendemos a adoptar esas “plantillas”, sino que funcionan para ver cómo vivimos las experiencias, las cuales varían dependiendo de las personalidades. A continuación, explicamos los cuatro arquetipos principales descritos por Jung:
La persona, en arquetipos y psicología, es cómo nos presentamos al mundo. Son los distintos comportamientos (o «máscaras») que empleamos en distintos ámbitos de la vida diaria; por ejemplo, cómo somos con nuestra familia, amigos, y cómo somos con nuestra pareja. En este sentido, este arquetipo es una especie de control de ego sobre las «imágenes negativa» que puedan surgir en las distintas situaciones.
Dicho esto, el arquetipo de persona permite que los humanos se adapten a los distintos entornos, pero identificarse demasiado con “la persona” puede generar que la persona pierda el sentido de su verdadero yo.
Como ejemplos de este arquetipo están las diferentes facetas de una persona, es decir, puede ser una madre, un padre, un abogado, una doctora, un policía o una maestra. Cada persona adopta comportamientos distintos en sus trabajos y sus hogares.
En el mundo de Jung y arquetipos, la sombra recae en los instintos sexuales y de la vida. En la sombra está contenido todo el lado negativo que las personas no suelen aceptar: la maldad, los defectos, y todo aquello que desean las personas y que no está en el rango de los buenos principios.
La sombra nace del intento de adaptarnos a las normas y expectativas culturales. En la sombra reside lo que es inaceptable, inmoral, y lo que atenta contra la propia moral y valores personales; la codicia, el odio, los prejuicios y las agresiones son parte de la sombra.
De acuerdo a Jung, este arquetipos de personalidad puede aparecer en sueños o visiones en forma de serpiente, monstruo, demonio, u otra figura oscura y extraña que invada la mente humana. Es el lado más oscuro y desconocido de la psique, y está presente en cada persona.
Un ejemplo del arquetipo de la sombra en la literatura está en “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde” (1886) de Robert Louis Stevenson, en donde se narra la vida del amable Dr. Jekyll, quien explora más allá de su naturaleza y deja ver su lado oscuro: el malvado Mr. Hyde.
Hyde no se dejaba controlar por Jekyll aunque este luchara con todas sus fuerzas y, aunque al final lo venció, las consecuencias fueron mortíferas.
Por otro lado, está Walter White de Breaking Bad (2008) un hombre común y corriente que sacó a relucir los lados más oscuros de su personalidad, para convertirse en Heisenberg, un hombre capaz de todo para lograr sus cometidos.
El ánima es la imagen femenina proyectada la psique masculina y el animus es lo contrario; es un arquetipo que representa al «verdadero yo» y no a lo que vemos en otras personas. De acuerdo a Jung, en cada hombre hay una mujer, y en cada mujer un hombre; ambos vistos como la «figura ideal» que ha sido implantada por la sociedad, y se convierten en estereotipos arbitrarios.
Es por ellos que siempre se está buscando comportamientos, tanto en hombres como mujeres, que dictaminen cómo deben ser según esas imágenes arquetípicas. De esta forma, tienen su propia autonomía y son independientes de nuestra mente consciente, siempre buscando las cualidades ideales en otras personas.
El ánima y el animus, cuando se combinan se llaman “sicigia”(pareja divina), que es sinónimo de unidad y alineación.
Los ejemplos de estos arquetipos se dan en varias etapas de desarrollo en la vida, que van desde lo primitivo y la niñez, hasta lo espiritual, que trasciende de lo ordinario. En este caso:
El yo es un autoarquetipo que explica cómo el inconsciente y el estado consciente de una persona se vuelven uno cuando ha integrado su sombra, el anima/animus, y ha llegado en las zonas más profundas de la psique. A menudo, este arquetipo está gráficamente representado con un círculo, cuadrado o mandala.
En sus teorías, Jung sostuvo que el arquetipo de la totalidad abraza “la conciencia del ego, la sombra, el ánima y el inconsciente colectivo en una extensión indeterminable”, y a esto le llamó “individuación”.
La individuación se logra cuando se dejan de reprimir estos rasgos, se integran y fluyen para emerger de la sombra y coexistir con los rasgos del ego y/o el verdadero yo. En este sentido, el yo es una especie de centro regulador de la psique y también su totalidad. Esto significa que el punto de vista contiene objetividad, aceptación, reconciliación, equilibrio de los opuestos, y sentimientos e impulsos contradictorios.
Para Jung, el yo no tiene fronteras conocidas, porque todavía no sabemos el fin de lo que la mente es capaz de hacer, o lo que la conciencia e o toca, fuera de nuestro despertar.
Explicar su teoría sobre el yo es algo complicado, casi tanto como los demás arquetipos de Jung. De acuerdo al psicólogo suizo, llegamos a familiarizarnos con el yo durante la mediana edad, cuando ya hemos alcanzado la madurez, o al menos eso es lo que se espera.
Entonces, teniendo en cuenta lo cíclico de la vida, en la adolescencia empezamos a concentrarnos en el desarrollo del ego y sus manifestaciones externas: hogar, carrera, qué somos en el mundo, qué nos diferencia de otras personas.
En la mediana edad, se supone que hemos alcanzado la primera parte de nuestra vida, y ahora pasamos a la siguiente tarea en el ciclo. Esto consiste en reintegrar lo que necesitábamos separar durante la etapa de construcción del ego; y así nos encontramos con la sombra, el anima y animus, y vamos internalizando estos arquetipos.
A medida que nos familiarizamos con esas partes de nosotros mismos logramos obtener una visión de la totalidad de nosotros, iniciamos el proceso de realización. Notamos que nada es separado, sino que son parte de un mismo elemento que, a su vez, forman parte de un sistema global que tiene una gran conciencia propia. Todo se resume en: el Yo.
Jung identificó a Jesucristo como la ejemplificación del arquetipo del Yo, pues es el centro de la cristiandad como el yo es el centro de la personalidad de un individuo. El yo se identifica con la unión de los opuestos (como el símbolo del yin-yang), y Jesucristo es el Alfa y el Omega.
Además, Jung vincula el supuesto descenso de Cristo al limbo o al infierno durante el tiempo entre su muerte y resurrección como un símbolo de la integración del inconsciente colectivo.
Evidentemente, la psicología de Jung guarda un misticismo que se quedó plasmado en la historia y, a pesar de que no fue tan difundida como la de Sigmund Freud, sus teorías han servido para explorar varios aspectos de la humanidad. Sus trabajos de investigación tuvieron un impacto positivo en los profesionales modernos, las estrategias comerciales y la industria del entretenimiento.
Hemos concluido con los ejemplos de arquetipos, pero no sin antes hacer un breve repaso del tema, donde explicamos la teoría de Carl Jung, Arquetipos e inconsciente colectivo, y también exploramos a los personajes arquetípicos más conocidos. En síntesis: