Científicos israelíes descubrieron recientemente que el recuento de espermatozoides en los países desarrollados ha presentado una disminución durante los últimos 40 años, del 1,6% por año, para ser exactos.
Estas cifras hacen recordar la novela de P. D. James The Children Of Men (Los Hijos de los Hombres), ambientada en el año 2021, y narra un mundo distópico en el que ningún humano ha nacido en 25 años.
La investigación podría destapar un problema real que no solo sufren las mujeres: la infertilidad. Los expertos consideran que estas estadísticas deben ser una “llamada de atención” a la comunidad científica, para comenzar a realizar estudios sobre este tema.
No es solo un problema de las mujeres
Estos científicos aseguraron que el conteo de espermatozoides masculinos está llegando a niveles “peligrosamente bajos”. Esto incluso podría afectar los niveles de reproducción de la humanidad, algo que los investigadores califican como preocupante.
Por otro lado, para las mujeres puede representar una buena noticia, pues este problema dejará de verse como algo femenino y comenzará a estudiarse la incidencia que tiene en los hombres.
Existen clínicas que tratan la infertilidad femenina en toda Europa y Reino Unido, pero no hay equivalentes que se centren en el bajo conteo de esperma. Esto constituye un problema en todo el mundo que debe ser estudiado en profundidad. Además, representa una oportunidad para acabar con la discriminación en esta área.
Crisis de la fertilidad masculina
América del Norte, Europa, Australia y Nueva Zelanda fueron los lugares donde se observó una mayor disminución del conteo de esperma en los hombres. Sin embargo, un patrón parecido también fue encontrado en América del Sur, Asia y África.
Hagai Levine, científico de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dijo: “Este estudio es una llamada de atención urgente para los investigadores y las autoridades de salud de todo el mundo, para investigar las causas de la disminución aguda y constante en el recuento de espermatozoides”.
Por ahora, son pocos los recursos o fondos que se han destinado para que los científicos estudien las causas de esta disminución, que ha estado afectando silenciosamente a los hombres durante los últimos 40 años.