Muchas actrices de Hollywood y mujeres de la política han creado una imagen imponente gracias al trabajo de estilistas y asesores de imagen, quienes tienen un rol fundamental en sus carreras.
Internet y las redes sociales han impulsado la atención sobre los looks que utilizan celebrities y figuras importantes de la escena pública. Esta tendencia ha aumentado hasta tal punto que la figura del estilista se ha convertido en una de las principales de la industria.
Actualmente es una de las profesiones mejor pagadas en Hollywood por su capacidad de llamar la atención mediática y generar ingresos a sus clientes. También por ayudar a alzar las carreras artísticas de algunos de ellos.
Melania Trump, actual primera dama de los Estados Unidos, decidió soltar su melena «para transmitir estabilidad», así lo confirmó a la prensa su estilista. Por su parte, Ivanka Trump adquirió un estilo más elegante y sofisticado orientado por Cat Williams, una reconocida estilista de Hollywood.
La cantante Beyoncé fue proclamada como la mujer del momento tras su actuación en la Super Bowl de 2016, cuando se transformó en una pantera negra gracias al diseño de Dsquared. Su performance fue un fenómeno mediático que estuvo en manos del Atelier Zana Bayne, firma neoyorkina encargada de confeccionar los arneses de las bailarinas. Dicha actuación se hizo viral, al igual que su videoclip de Formation. Los nueve looks costaron unos 100.000 euros.
Comenzando el año 2016 la cantante Lady Gaga transformó su estilo al poner seriedad a su carrera como intérprete y sumarse al glamour de Hollywood. En la 73 edición de los Globos de Oro fue premiada como mejor actriz de miniserie por su papel en American Horror Story: Hotel. En la gala lució un Versace de escote de corazón y terciopelo negro, por un valor de 40.000 dólares, sumándose a la lista de las celebridades mejor vestidas
La lista continúa aumentando, siendo tantos los estilistas de moda en activo en Hollywood que cada vez resulta más complicado despuntar en el sector. Los que lo consiguen, como los nombrados anteriormente, llegan a obtener casi tanta fama como sus clientes de mayor renombre. Algunos, como Rachel Zoe, hasta tienen su propio reality show.