La lectura de las cartas del tarot no es un método tan antiguo como podría creerse. Aunque las cartas ya existían en el año 1400, eran usadas principalmente para juegos, y no para predecir situaciones de la vida en el futuro.
Fue en 1785 cuando se empezó a usar las cartas del tarot para la adivinación.
Se considera que fue el ocultista francés Jean-Baptiste Alliette el que encontró la conexión entre las cartas ilustradas y la astrología. Alliette también incorporó algunos aspectos de la sabiduría egipcia en su interpretación de la baraja.
Un par de siglos después, la actividad había crecido y evolucionado mucho, lo que propició la aparición de hermandades secretas unidas por la práctica de esta forma de videncia, como la ahora famosa Orden Hermética del Amanecer Dorado.
Dos de sus fundadores, MacGregor y Moina Maters, escribieron un libro en el que se explica las reglas básicas del tarot y su poder simbólico. Se llama Book T (libro T).
Alrededor de 1909, Arthur Edward Waite y Pamela Colman, diseñaron y comercializaron una versión de las cartas que interpretaban las enseñanzas de la Orden Hermética del Amanecer Dorado. Esta versión se conoce como Rider Waite Deck.
En 1943 se comercializó otra versión llamada Toth Deck, diseñada por el alquimista Aleister Crowley, quien se consideraba a sí mismo como la némesis de Edward Waite.
Desde entonces, se han publicado muchas versiones de cartas del tarot y resulta difícil escoger una de ellas para iniciarse en la adivinación.
Hay quienes consideran que lo mejor es que las primeras cartas del tarot sean regaladas a la persona que se está iniciando. Otros piensan que pueden ser compradas por la propia persona, que, para elegir el modelo, debe enfocar toda su energía en la baraja hasta notar una conexión. La intuición es un factor muy importante en el dominio del tarot.
Existen cartas de arcanos mayores y cartas de arcanos menores. La principal diferencia entre unas y otras es el tipo de información que aportan.
Los arcanos mayores ofrecen una visión global sobre el camino de la persona. Marcan el principio o el final de un ciclo importante. Las cartas están enumeradas para representar las fases del camino de la persona.
Los arcanos menores son más específicos, pero pueden mostrar información más trivial. Reflejan acciones del día a día que pueden no tener una influencia importante en la persona. Las cartas de arcanos menores también están enumeradas y cada número tiene un significado diferente. El as representa el inicio, y el 10 representa el fin.
En cuanto a los palos, los bastos representan pasión o inspiración, el oro refleja dinero o cosas materiales, las espadas indican intrigas personales, y las copas aspectos emocionales.
Las cartas narran una historia que es interpretada por quien realiza la lectura, atendiendo al significado de las cartas y a lo que éstas transmiten.
Es importante barajarlas siempre antes de la sesión, ya que, según la enseñanza popular, esto permite abrir un camino entre dimensiones espirituales. Mientras se hace, se debe estar concentrado en sentir la textura de cada carta y en visualizar las preguntas a las que se busca respuesta.
Referencias: