Una de tantas problemáticas del mundo es el aumento de población y junto con ello la de satisfacer una de las necesidades básicas del hombre que es la alimentación. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, (FAO por sus siglas en inglés), señala que se pronostica un crecimiento de la población mundial para el año 2050 que asciende a 9 mil millones de seres humanos.
Sistema NOVA:
La clasificación de alimentos NOVA y cómo incorporarla a tu dieta
Este pronóstico no solo preocupa a la FAO, sino a muchas otras organizaciones y gobiernos alrededor del mundo. La propuesta que surge como solución a esta preocupante situación es la de adoptar alternativas alimentarias.
Entomofagia es como se denomina a la ingesta de insectos por los seres humanos. Lejos de lo que se cree es un hábito alimenticio arraigado desde hace muchas generaciones, principalmente en Asia, África y América Latina.
En México se practica desde épocas prehispánicas, siendo este país el que cuenta con 504 de las especies comestibles, es decir, posee casi una tercera parte del total mundial.
La Entomofagia es considerada como la mejor opción para suplir la proteína de origen animal, ya que los estudios han demostrado que los insectos poseen cantidades muy similares y resulta un recurso con altas expectativas de desarrollo para las regiones del planeta en donde escasea el alimento.
El índice proteínico promedio de los insectos lo ubican entre los 20 alimentos que aportan más proteínas por miligramo: 32.20 %, un poco menos que el queso holandés, pero sin grasa.
Además de su alto contenido proteínico, los insectos son capaces de aportar a la dieta humana vitaminas, minerales y grasas. Es por eso que muchas agencias especializadas en nutrición ven a la entomofagia como la base de la alimentación en el futuro.
Algunas de las especies de insectos que se consumen en México son:
Estas preferencias varían de región en región y existen diferentes recetas para su preparación ya sea solos o en combinación con otros alimentos tradicionales.
Aunque para algunas culturas los insectos resulten platillos exóticos, la premura por satisfacer la imparable demanda de alimentos obliga a iniciar una culturización para que el consumo se haga popular, impulsando y fomentando su incorporación a la dieta diaria.
La difusión de esta alternativa alimentaria no solo estaría a cargo de las autoridades correspondientes, sino también de los que ya han incorporado insectos a sus comidas diarias.
Todos estarían participando en campañas de radio, televisión, prensa y redes sociales para difundir los beneficios tanto en el aspecto nutricional como en el económico.
El Sistema de Información Cultural México ha intentado rescatar la parte tradicional de la entomofagia dedicando en su sitio de Internet una sección a la gastronomía, relatando un poco acerca del origen y de cómo se incluyen en los menúes diversas especies de insectos.
Chefs internacionales están volteando a mirar los platillos que se preparan en México, encontrando en ellos un aporte interesante a la cocina tradicional.
La FAO ha puesto las manos sobre el asunto. En su sitio web divulga información en diferentes idiomas con la visión de tener un alcance global. Está apoyando diversos programas para fomentar la crianza y consumo de insectos e informando de los beneficios a la salud, a la economía y al medio ambiente que implica la práctica de la entomofagia.