Uno de los eternos debates en torno a los medicamentos es si es posible consumirlos una vez superada su fecha de caducidad. De esta temática surgen dos cuestiones fundamentales: la primera es si tienen la misma efectividad y la segunda hace referencia a si constituyen un peligro para la salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 1982 que los fármacos tienen un período de dos a cinco años de vigencia, a partir de su fecha de fabricación. Sin embargo, actualmente este lapso se ha reducido a un máximo de tres años.
No obstante, muchas instituciones de salud y médicos en general sostienen que la vida útil de cualquier droga puede ir más allá de la fecha que, por temas legislativos, debe ir impresa en los envases.
Aunque la OMS no recomienda usar medicamentos que hayan expirado, a lo largo de la historia ha habido antecedentes de gobiernos que se preocuparon por demostrar la eficacia de los diferentes ingredientes, aunque ya se hubiese superado la fecha estimada de vencimiento.
Hace más de tres décadas, el propio Departamento de Defensa de los Estados Unidos encargó a la FDA (Food and Drug Administration) que hiciera una investigación para determinar su verdadera duración estimada y, de esta forma, aminorar gastos.
Los resultados del estudio SLEP (Shelf Life Extension Program) fueron contundentes, pues evidenciaron que la mayoría de medicamentos caducados tenían la misma efectividad.
Con el paso de los años se han realizado diversas investigaciones para corroborar esta tesis. Una de ellas fue la de Lee Cantrell y Roy Gerona, que reveló que ocho medicamentos caducados con 15 ingredientes diferentes permanecieron en una farmacia de 28 a 40 años, y muchos de ellos conservaron todas sus propiedades en un 90% de eficacia.
Por otro lado, no se trata de utilizar medicamentos caducados para no gastar unos euros. La revista Jama, de la Asociación Médica Estadounidense, indicó que para que una medicina pueda usarse de forma segura tras su expiración debe conservarse en buenas condiciones, teniendo en consideración la humedad y el calor, además de mantenerlo en su envase original.
Básicamente, todo dependerá del tipo de fármaco y de la forma en que este haya sido preservado.
Referencias: