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El escándalo de Watergate: historia de un capítulo muy oscuro para la política estadounidense

La política mundial ha estado envuelta en diversos capítulos polémicos, y más cuando en éstos se presentan ciertos asuntos ilegales, todo por asegurar el poder y doblegar a cualquier adversario. Tal fue el caso del escándalo de Watergate que provocó toda una controversia en la década de los setenta y en el que estuvo implicado nada menos que Richard Nixon, presidente de Estados Unidos de ese momento, y que tuvo que renunciar a su cargo después de las investigaciones pertinentes y del revuelo mediático que se generó en torno a su figura. Conoce más sobre el caso Watergate por medio del siguiente artículo.

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Breve resumen del caso Watergate

En toda biografía de Nixon siempre estará detallado qué fue el Watergate. Y es que su participación directa dentro de este polémico caso dio y sigue dando mucho de qué hablar en la política mundial, y en el caso concreto de Estados Unidos, se tornó como una de las muestras más fehacientes de la eterna confrontación entre republicanos y demócratas. A continuación, detallaremos qué fue Watergate, el contexto histórico donde se generó este caso y los acontecimientos previos al mismo.

Conoce ¿qué es el Watergate?

El escándalo de Watergate fue una controversia de nivel político suscitada en EEUU a partir de la madrugada del 17 de junio de 1972, cuando las autoridades policiales detuvieron a cinco hombres que pretendían entrar a la fuerza en las oficinas del Comité Nacional del Partido Demócrata en Washington D.C. El significado de Watergate viene precisamente del nombre del complejo de edificios donde tenía su sede dicha tolda política.

Lo que parecía ser un simple robo en estas oficinas, terminó siendo un grave caso de espionaje y otras irregularidades dirigidas y manejadas por altos funcionarios del gobierno estadounidense, organismos policiales y de inteligencia como la Agencia Centra de Inteligencia (CIA), la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y el Servicio Secreto, entre otros entes.

Por otra parte, se determinó la implicación directa del presidente Nixon en el escándalo Watergate, entre otras cosas, porque se demostró que el mismo tenía en su poder un sistema de cintas de grabación con conversaciones hechas en el Despacho Oval de la Casa Blanca que, tiempo después, sirvieron como evidencia para develar que Nixon dirigía las operaciones para espiar y sabotear cualquier avance de la oposición política.

Asimismo, el vínculo entre los supuestos ladrones y el Comité para la reelección del presidente (gestionado por el Partido Republicano) comenzó a ser tema de interés desde el mismo momento en el que se llevó a cabo el allanamiento, cobertura que se dio ampliamente por algunos periodistas en Watergate, destacando el rol de los reporteros del Washington Post Carl Bernstein y Bob Woodward quienes, tiempo después, pondrían a la luz pública toda la trama de corrupción y de abuso de poder que llevó a Nixon a dimitir en 1974.

Contexto político en el que surgió el caso Watergate

El escándalo de Watergate se dio en medio de la campaña electoral para la presidencia estadounidense a celebrarse en noviembre de 1972, que para ese entonces era disputada por el presidente Nixon, quien buscaba la reelección, y el aspirante propuesto por el Partido Demócrata, George McGovern.

Por tanto, se determinó que la relación del presidente Nixon en Watergate era totalmente directa, ya que el mismo, conjuntamente con el Partido Republicano y haciendo uso de los organismos de seguridad que lideraba, buscaba permanecer en el poder político estadounidense por medio del sabotaje y espionaje a su oposición política.

El plan se fue fraguando desde inicios del año en cuestión, propuesto en ese entonces por el asesor de finanzas del Comité para la reelección del presidente, G. Gordon Liddy y aprobado dos meses después. La idea comenzó con el espionaje telefónico y la supervisión de llamadas a figuras importantes del bando demócrata.

Inicio y desarrollo del escándalo Watergate

La planificación del espionaje a los demócratas inició en mayo de 1972, cuando se designaron para la operación al ex agente de la CIA, E. Howard Hunt y al ex agente del FBI Alfred C. Baldwin III, quienes se instalaron en un motel al otro lado de la calle de los edificios Watergate para llevar a cabo la misión. El primer allanamiento se hizo el 28 de mayo, donde se colocaron con éxito micrófonos a dos teléfonos de las oficinas del Comité Demócrata. Sin embargo, miembros de este Comité creyeron que estos dispositivos ameritaban reparación, hecho que llevó a los agentes a hacer un segundo allanamiento.

No obstante, los cinco “ladrones” que incursionaron en la oficina fueron detenidos la madrugada del 17 de junio: Bernard Barker, Virgilio González, Eugenio Martínez (nativos en Cuba y exiliados en EEUU), Frank Sturgis (que realizó operaciones encubiertas a favor y en contra del régimen castrista) y James McCord, entonces coordinador de seguridad del Comité para la reelección del presidente. Más tarde, serían acusados de intento de robo, intento de intercepción de comunicaciones telefónicas y otros cargos, sumándose a Liddy y a Hunt quienes fueron condenados en septiembre de ese año de robo, conspiración y violación de leyes federales de escuchas telefónicas.

Todo esto apuntó a que los medios investigaran a fondo el nexo de Nixon con el caso, y más cuando algunos funcionarios de su confianza se encargaron de encubrir este hecho. Este aspecto fue confirmado cuando se encontraron evidencias de registros bancarios donde se mostraba el aporte de dinero de la campaña de reelección a algunos implicados del caso, una indagación que llevó a señalar incluso a John Mitchell, quien había ocupado el puesto de procurador general, además de otras importantes figuras del FBI, la CIA, el Departamento de Justicia y la Casa Blanca.

Las averiguaciones periodísticas protagonizadas por los reporteros Bob Woodward y Carl Bernstein fueron respaldadas por una fuente anónima que fue apodada como Garganta Profunda. Pero, ¿quién era Garganta Profunda en el caso Watergate? En 2005 se confirmó que se trataba nada menos que de William Felt, subdirector del FBI durante la época en la que estalló el escándalo.

Contrario a los señalamientos negativos, Nixon resultó reelecto como presidente en noviembre, no obstante, esto no impidió que disminuyera la cobertura de la prensa con relación al caso, ampliada aun cuando en enero de 1973 se condenó a prisión a los cinco implicados directos al allanamiento de Watergate, no sin antes, al sentirse traicionados, revelar que el presidente Nixon grababa las conversaciones de la Casa Blanca.

Estas declaraciones motivaron al Congreso y a la Corte Suprema de Justicia a solicitar a Nixon las cintas, a lo que éste se negó, generando así una profunda crisis institucional. Finalmente, el presidente se vio forzado a entregar las grabaciones, las cuales desvelaron un oscuro plan que buscaba doblegar totalmente al Partido Demócrata.

Desenlace y consecuencias del caso Watergate

La revelación de la existencia de las cintas de grabación motivó a que el 7 de febrero de 1973, el Senado estableciera un comité especial para investigar el allanamiento de Watergate. Las audiencias promovidas por esta instancia fueron televisadas entre mayo y agosto de ese año, aumentando aún más la controversia mediática ante el caso.

El encubrimiento de Nixon lo llevó a ordenar en octubre de ese año el despido del fiscal especial Archibald Cox, que había citado previamente al presidente para entregar las grabaciones. Aunque negó en reiteradas oportunidades su participación en la controversia, ya comenzaba a ser señalado como co-conspirador del escándalo, aspecto que se profundizó cuando en abril  de 1974 un gran jurado instalado en Washington D.C acusó a siete ex ayudantes de Nixon de obstaculizar las averiguaciones del caso.

Finalmente, la Casa Blanca decidió publicar las transcripciones de las cintas en medio de un discurso del presidente televisado el 29 de abril; a partir de allí, la imagen pública de Nixon se deterioró, y los medios de comunicación, partidarios políticos y la población en general pidieron su destitución o renuncia.

Ya para ese entonces, el Partido Republicano había retirado su apoyo a Nixon quien, viendo que toda la revuelta generada por el escándalo de Watergate provocaría la apertura de un proceso de destitución o impeachment en su contra por parte del Congreso de los Estados Unidos, se vio obligado a renunciar a la presidencia el 9 de agosto de 1974, siendo sustituido por el vicepresidente Gerald Ford que, el 8 de septiembre concedió el perdón al exmandatario.

Como consecuencia del caso Watergate, alrededor de 69 personas fueron acusadas y encarceladas, de las cuales 48 pertenecían al entorno cercano de Nixon. Asimismo, la labor periodística llevada a cabo por Carl Bernstein y Bob Woodward fue galardonada por el premio Pulitzer, al mismo tiempo que los llevó a publicar sus investigaciones a través del libro “Todos los hombres del presidente”, del cual derivó una película homónima en 1976.

Repercusión del escándalo de Watergate en EEUU y el mundo

Como era de esperarse, el caso Watergate dio de qué hablar a diversos dirigentes políticos tanto de Estados Unidos como a nivel internacional. En la esfera nacional, el escándalo afectó los resultados de las elecciones para el Senado y la Cámara de Representantes celebrada en 1974, donde los demócratas lograron alcanzar importantes puestos en ambos escenarios. Por otro lado, el otorgamiento del perdón a Nixon por parte de Gerald Ford le jugó una mala pasada en la elección presidencial de 1976, donde fue derrotado por Jimmy Carter.

Considerando toda la controversia generada por el asunto de Watergate en EEUU, el Congreso de ese país aprobó una legislación con el fin de regular la financiación de las campañas, así como de exigir los movimientos financieros a funcionarios gubernamentales, entre otras medidas. Además, se dice que la práctica de grabar conversaciones dentro de la Casa Blanca terminó después de los sucesos de Watergate.

En el ámbito mundial, los Jefes de Estado de diversos países, a pesar de dar sus respectivas opiniones, aseguraron que era un asunto interno que fue maximizado por los medios y que el mismo no repercutía en las relaciones exteriores de Estados Unidos.

Las conclusiones del caso Watergate dejaron al descubierto todo un entramado de espionaje en lo que parecía un simple robo a la sede del Comité Nacional del Partido Demócrata de EEUU, pero que, posteriormente, se determinó la participación de agentes del Servicio Secreto bajo la anuencia del presidente Nixon, provocando así una grave crisis institucional que, finalmente, motivaría a la primera y única renuncia de un Jefe de Estado en la historia política estadounidense. El escándalo de Watergate ha sido recordado con el tiempo tanto en el ámbito político mundial (por medio de controversias de igual magnitud) como en la cultura popular, llegando incluso al cine en 1976 con “Los hombres del presidente”, una película del caso Watergate y, específicamente, de las investigaciones periodísticas que destaparon esta polémica.

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