Tanto la estructura de una novela como la estructura de un libro no es estándar, ¿qué quiere decir esto? Dependerá de la intención del autor y en la forma en la que desee plasmar su escrito y en esta entrada aclararemos todos los detalles.
Desarrollo de personajes:
Definición, importancia, ejemplos y cómo crear una evolución de personajes efectiva
En este punto, todos conocemos qué es una novela y por esa razón nos saltamos ese paso. Ahora, explicaremos cuál es la estructura de una novela y algunas características.
En este apartado nos enfocaremos en las características y estructura de la novela, la primera parte es el “inicio”. Por supuesto, el enfoque principal será desarrollar los personajes e impactar al lector con las primeras líneas.
Así como mencionamos al principio, cada una de las partes de una novela ligera depende, en gran medida, del autor. La recomendación está dirigida a describir la problemática de los protagonistas y dirigirá el rumbo de la historia.
Ten presente que la estructura literaria no es estándar y eso les permite a los creadores dejar volar su imaginación.
Por ejemplo, si la novela está centrada en un ambiente fantástico existen un mundo de posibilidades para el inicio, puedes comenzar con un pensamiento, estar dentro de un libro o, simplemente, jugar con lo real e imaginario.
En el instante que se establece o se define cuál es la estructura de la novela es necesario establecer “fases”, ¿a qué se refiere esto? Es indispensable situar al lector en el tiempo y saber cómo reconocer las diferentes facetas que puedan presentar los personajes.
Después de tener un inicio contundente, la siguiente etapa es la mitad. De hecho, se puede decir que es lo que define novela y le da esa fuerza necesaria para continuar.
En dicha etapa entra la posibilidad de más personajes, mostrar los defectos y las fortalezas del protagonista o los protagonistas, sumado a enseñar las cualidades de intérpretes secundarios.
Desde el principio, la premisa de la novela debe estar clara, pero en la mitad es el momento justo para intensificar ese propósito.
Ejemplo: La protagonista se llama Ana y su propósito es hablar con los muertos, pero en primera instancia a ella le asusta este “don”, puesto que no saber qué hacer con él y se creen un ser malvado… En “la mitad”, la trama cambia y ella empieza a aprovechar esa habilidad para su propio beneficio.
Por esta razón, es importante tener una novela estructurada y lograr que los lectores se “enganchen” con lo que está escrito.
A lo largo de esta entrada, se ha aclarado que existen distintos tipos de estructuras literarias, sin embargo, cada autor decide qué es lo que más se adapta a su concepto.
Dicho esto, si el enfoque es una estructura básica: inicio, mitad y conclusión… Es vital que en la segunda parte no pierda el norte, esto quiere decir que se mantenga el argumento original.
Las “buenas obras”, se separan de las “malas obras”, por sostener un equilibrio, no exagerar y, sobre todo, ser fiel a los deseos del autor.
Entonces, si te continúas preguntando ¿cuál es la estructura de un libro? Repetimos: La estructura de una novela depende de lo que el escritor desee plasmar en su obra.
Una de las novelas más conocidas en América Latina es “Rayuela”, cuyo autor es Julio Cortázar. ¿Por qué esta obra es famosa? Porque no empieza de forma tradicional y tiene un propio orden. Al comenzar el libro, el escritor te muestra un orden que no es cronológico y explica cómo leer la pieza literaria.
Considerada de las obras maestras de las letras hispanas, Cortázar muestra que es posible jugar con las estructuras. Es absolutamente válido.
El final conduce al lector al clímax de la historia, quizás lo más emocionante, dependiendo del punto de vista de cada persona. Ten en cuenta que los elementos estructurales de la literatura deben estar presentes y siempre respetar las leyes gramaticales.
Si el autor lo desea, al final el protagonista puede convertirse en villano o revelar su propia identidad, también está la posibilidad de que haya superado todas las expectativas.
Una buena estructura literaria es una plataforma para tener una introducción de los personajes, un desarrollo y también una conclusión clara, concisa, además de contundente.
Después de explicar una de las estructura de un libro, pasamos al siguiente step: Consejos para usar una estructura de una novela corta.
A grandes rasgos, si se trata de una primera novela es recomendable establecer el tema, los personajes e imaginar los escenarios.
Antes de comenzar con la estructura del libro, piensa en la idea clave. ¿Qué te está motivando a escribir esa historia? ¿Qué hay detrás de lo que puedes mostrar a simple vista? Son preguntas que, tal vez, ayuden a navegar hacia la dirección correcta.
La inspiración está ahí, solo hay que ir detrás de ella. Internet es una buena fuente, la vida cotidiana o la vida de alguien cercano.
Bonus track: Ese tema principal debe ser claro, no divagar y evitar las redundancias.
Claro, dentro de cualquier estructura los personajes son claves. Antes de comenzar a redactar, realiza un arquetipo de los miembros del elenco. Escribe sus nombres, su perfil, su edad y sus motivaciones, estas características te ayudarán a establecer los escenarios idóneos.
Después de tener el tema, o la idea, los personajes… ¡Es momento de definir la trama! De ti dependerá en qué lugar de la estructura lo desarrollas, pero no olvides lo indispensable que es.
Muchos escritores se basan en el romanticismo, otros en los hechos históricos, otros en desgracias o terror. Sin importar las referencias, sé fiel a tu estilo y marca el propio destino.
Por último, revisa cada uno de los detalles. Lee una y otra vez, no existe una mejor manera de superar o mejorar un escrito que leer.
Reúne a las personas a tu alrededor y pide que lean tu escrito, observa sus críticas constructivas ¡y mejora! Un buen escritor no se construye de un día para el otro.
La estructura de un libro o la estructura de una novela forma parte de la creatividad del escritor. Hay algunos que optan por lo simple, mientras que otros literatos por lo complejo, no obstante, la mayoría escribe para personas que son capaces de entender sus intenciones.