Los datos revelan una preocupante situación en las aulas: el 86,1% de las enfermeras escolares afirma tener alumnos con diagnósticos relacionados con salud mental, mientras que el 93,3% de los docentes han observado un incremento de estos problemas.
Sin embargo, menos del 30% de los centros cuentan con el asesoramiento o coordinación de un profesional sanitario calificado para hacer frente a estos casos.
Según el estudio «Diagnóstico de la Salud Mental en las Aulas», realizado por el instituto IOInvestigación a partir de encuestas a 1.512 padres, 4.441 docentes y 268 enfermeras escolares, los principales trastornos detectados son el TDAH (81%), la ansiedad (66,4%) y los intentos de autolesión (65,9%).
Incluso, el 62,7% de las enfermeras afirman haber atendido casos de intentos de suicidio en sus alumnos.
Francisco Venzalá, presidente de ANPE, dijo que el profesorado necesita respaldo, muy especialmente en un tema que es tan delicado.
Venzalá también señaló que los docentes se han convertido en esa caja de Pandora donde la Administración deposita esa responsabilidad a la hora de dar respuesta», a pesar de que casi 6 de cada 10 no han recibido formación específica sobre bienestar emocional y salud mental.
Ante esta situación, el 95,5% de los encuestados considera necesario que algún profesional sanitario atienda la salud mental de forma regular e integral en los centros educativos. No obstante, casi el 80% de los docentes aseguran que no hay enfermeros en sus escuelas.
Las enfermeras escolares son vistas como una «figura decisiva» para abordar estos problemas, según la presidenta de SATSE, Laura Villaseñor.
Sin embargo, el 43,8% de ellas afirma no tener protocolos de prevención, detección y derivación, y el 68,3% no puede realizar intervenciones con las familias en materia de salud mental.
Villaseñor ha explicado que las enfermeras escolares desempeñan un papel clave en la prevención, identificando factores de riesgo como el consumo de sustancias, el acoso o los problemas de socialización.
Además, establecen una «relación de confianza» con los alumnos, diferente a la que tienen con docentes o padres, lo que las convierte en un puente fundamental entre la comunidad educativa y el sistema de salud.
No obstante, el 51,1% de las enfermeras considera que su principal función es atender a estudiantes con necesidades de salud especiales, lo que evidencia que no se le da la importancia debida a su labor preventiva y de acompañamiento en el ámbito de la salud mental.
Por todo ello, ANPE y SATSE han reclamado a las administraciones competentes que se apueste por la generalización de la figura de la enfermera escolar a partir del próximo curso 2024-2025.
Según los datos, más del 90% de padres y docentes consideran necesaria su presencia para abordar adecuadamente los problemas de salud mental en las aulas.