El hallazgo, detallado en la revista Current Biology, se basa en la observación de murciélagos frugívoros egipcios en su entorno natural, pertenecientes a una colonia del Centro de Investigación Zoológica de la Universidad de Tel Aviv.
La investigación se centró en varios aspectos de la cognición avanzada, como la memoria episódica, la capacidad de viajar mentalmente en el tiempo, la planificación anticipada y la gratificación diferida.
Estas habilidades, que anteriormente se creían exclusivas de los humanos, ahora se atribuyen también a estos mamíferos voladores.
El profesor Yossi Yovel, de la Facultad de Zoología de la Universidad de Tel Aviv, explicó que durante muchos años, las capacidades cognitivas para recordar experiencias personales y planificar el futuro se consideraron exclusivas de los humanos.
Sin embargo, cada vez más estudios sugieren que varios animales también poseen estas capacidades, aunque casi todos estos estudios se han realizado en condiciones de laboratorio, debido a la dificultad de llevar a cabo investigaciones de campo sobre estas cuestiones.
Los investigadores teorizaron que los murciélagos frugívoros, que dependen de los árboles frutales para su supervivencia, deben desarrollar la habilidad de rastrear la disponibilidad de alimentos tanto espacialmente (ubicación de los árboles frutales) como temporalmente (momento en que cada árbol da fruto).
Al navegar por paisajes con numerosos árboles frutales y nectarívoros, necesitarían rastrear mentalmente estos recursos para volver a ellos en el momento adecuado.
Para poner a prueba esta hipótesis, los investigadores equiparon a los murciélagos con pequeños rastreadores GPS de alta resolución, documentando sus rutas de vuelo y los árboles visitados durante varios meses. Los datos obtenidos fueron exhaustivamente analizados, revelando resultados sorprendentes.
La primera pregunta de la investigación fue si los murciélagos forman un «mapa del tiempo» en sus mentes.
Para explorar esta cuestión, los investigadores impidieron que los murciélagos salieran de la colonia durante periodos de tiempo variables, desde un día hasta una semana.
«Queríamos ver si los murciélagos podían darse cuenta de que había transcurrido el tiempo y comportarse en consecuencia. Descubrimos que después de un día de cautiverio, los murciélagos regresaban a los árboles visitados la noche anterior. Sin embargo, cuando había pasado una semana entera, los murciélagos más viejos, basándose en la experiencia previa, evitaban los árboles que habían dejado de dar frutos en el intervalo», explicó el doctor Lee Harten, de la Escuela de Neurociencia y coautor del estudio.
Este comportamiento indica que los murciélagos pueden estimar cuánto tiempo ha pasado desde su última visita a cada árbol y saben qué árboles ya no valen la pena visitar. En contraste, los murciélagos jóvenes e inexpertos no pudieron hacer esto, lo que sugiere que esta es una habilidad adquirida que debe aprenderse.
Mientras que la primera pregunta de la investigación se centró en experiencias pasadas, la segunda se ocupó del futuro: ¿los murciélagos exhiben comportamientos orientados al futuro? ¿Son capaces de planificar el futuro?
Para abordar esta cuestión, los investigadores observaron la ruta de cada murciélago hasta el primer árbol de la tarde, posiblemente indicativo de planes hechos antes de abandonar la colonia.
El coautor Chen Xing señaló que por lo general, los murciélagos vuelan directamente a un árbol específico que conocen, a veces a 20 o 30 minutos de distancia.
Al tener hambre, vuelan más rápido cuando ese árbol está más lejos, lo que sugiere que planifican hacia dónde se dirigen.
Además, concentrados en su objetivo elegido, pasan por otros árboles, incluso por buenas fuentes visitadas ayer, lo que indica una capacidad para la gratificación retrasada.
Los primeros murciélagos que abandonan la colonia suelen elegir árboles con frutos ricos en azúcar, mientras que los murciélagos que se van después buscan proteínas.
Estos hallazgos sugieren que los murciélagos planifican su búsqueda de alimento antes de abandonar la colonia y saben exactamente dónde están volando y qué tipo de alimento están buscando.
Este estudio proporciona nuevas perspectivas sobre la capacidad cognitiva de los murciélagos y sugiere que estos animales poseen una comprensión avanzada del tiempo y la planificación, similar a la de los humanos.
Estos hallazgos no solo amplían el conocimiento sobre la cognición animal, sino que también pueden tener implicaciones importantes para la conservación de los murciélagos y otros animales con habilidades cognitivas avanzadas.
El equipo de investigación, que incluyó a científicos de diversas disciplinas, subraya la importancia de realizar estudios de campo para comprender completamente las capacidades cognitivas de los animales en su entorno natural.
La colaboración internacional fue crucial para el éxito de este estudio, demostrando la importancia de los esfuerzos conjuntos en la ciencia moderna.