Alcanzar la eternidad ha sido uno de los temas mayormente discutidos dentro de la sociedad, siendo una teoría profundamente profesada en ámbitos como la religión, la historia, la ciencia y la filosofía, áreas donde se le ha dado diversos argumentos. La vida eterna ha sido analizada desde su relación con la inmortalidad, la temporalidad o la existencia sin límites, como bien la planteó el reconocido filósofo griego Aristóteles o que, desde el punto de vista espiritual, sostuvo San Agustín. Pero ya desde una perspectiva más compleja y ambigua, la teoría del eterno retorno de Nietzsche refleja su razón de ser como una doctrina moral, en el que se busca ir más allá del tiempo lineal para hacer de éste un ciclo eterno. ¿Deseas saber a profundidad qué es el eterno retorno?
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Conociendo qué es eterno retorno
Para entrar en detalle en esta idea, es fundamental conocer de qué se trata el eterno retorno, planteamiento que ha sido dilucidado desde diferentes paradigmas y disciplinas, con el fin de profundizar en esta teoría que busca dar respuesta a una interrogante surgida desde la Antigüedad, como lo es la eternidad del hombre.
Definición de eterno retorno o círculo eterno
Si el significado de eterno hace alusión a lo que no tiene fin, esta idea plantea que la vida está envuelta dentro de una cosmología específica, siendo un postulado compartido tanto por la filosofía oriental como por la occidental, donde el mundo sufriría una constante repetición después de su extinción y posterior creación de forma cíclica y, donde además, se hace referencia a las cosas que se repiten una y otra vez, formando así el denominado círculo eterno.
La diferencia entre ambas premisas es que, mientras en la mirada occidental dicho ciclo se cumple para aniquilar al mundo y sus acciones en medio de un conflicto, Oriente explica que, dentro de este círculo eterno, se busca renovar y perfeccionar todo hecho repetido, para así lograr la perfección universal.
La teoría del eterno retorno y su implicación en la filosofía y la historiografía
Este complejo tema ha sido disertado durante siglos dentro de diferentes disciplinas, pero han sido la historiografía y la filosofía las que continúan sosteniendo esta concepción, dando aportes significativos para su comprensión.
Por una parte, la historia está basada en una temporalidad compuesta por acontecimientos dados de forma cíclica como si de una sucesión se tratara, siendo repetidos posteriormente bajo otras circunstancias, por lo que el fin del tiempo se muestra como algo utópico, hecho que le da sentido al significado de punto sin retorno.
Esta noción será el sustento del pensamiento historiográfico occidental, que tiene como principales antecedentes las teorías de la filosofía de la Antigua Grecia, donde se sostiene a la idea del tiempo como expresión de movilidad de lo eterno, y que contrasta con la mirada oriental, con el tiempo como algo no medible, sino que se trata de un plan divino que busca llevar al humano hacia el progreso y así, lograr un mejor porvenir, y donde la temporalidad carece de sentido cronológico sino que tiene su esencia en la existencia del hombre y sus acciones, las cuales busca perfeccionar para progresar de manera plena para, finalmente, alcanzar la eternidad.
Desde la noción filosófica, la continuidad de la vida ha de estar sustentada de forma infinita en un contexto finito, es decir, no con la constante repetición de acontecimientos, sino con los instantes determinados por decisiones, sentimientos, ideas y pensamientos, sean positivos o negativos, que el hombre ha de aceptar a manera de reivindicación, haciéndolos trascendentales y eternos.
Aquí claramente se nota la relación entre voluntad de poder y eterno retorno que, por ejemplo, el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, planteó en su momento como una doctrina moral que ha de sostener el desenvolvimiento del denominado superhombre. Por tratarse claramente de una crítica a los planteamientos del eterno retorno surgidos desde el dogma religioso, muchos estudiosos la asocian con el nihilismo, pero lo cierto es que se trata de un postulado igual o tan complejo como el anterior.
En todo caso, el eterno retorno ha sido representado a través del antiguo símbolo del ouroboros o uróboros, donde se presenta una serpiente (en ocasiones, un dragón) dispuesta de forma circular buscando comer o morder su cola. Otras referencias clásicas del ciclo eterno son las hechas a través del mito de Sísifo y el de Helios: el primero, donde el antiguo rey de Corinto es condenado a empujar una enorme piedra hacia la cima de una montaña y que, antes de su llegada, rodaba hacia abajo una y otras vez; la otra leyenda reseña al dios romano del sol viajando por el cielo, saliendo a primera hora de la mañana y ocultándose al atardecer.
Teorías más importantes relacionadas con el postulado de la eternidad
No solo la filosofía de Nietzsche relacionada al eterno retorno ha salido a la luz, ya que muchas teorías y corrientes han buscado interpretar este tema. Las más importantes son:
El ciclo eterno según los pitagóricos
Los seguidores del filósofo y matemático griego adjudicaron a la figura del círculo el símbolo de la ley de la armonía donde, sin principio ni final, se refleja la eternidad. De acuerdo al testimonio de Platón, los cambios que dinamizan al mundo buscan restablecer etapas del pasado, en un contexto temporal denominado Gran Año o Megas Eniautos. Al final de este periodo, todo volvería al estado en el que inició.
Planteamiento de Nemesio de Emesa
En plena Edad Media, donde el dogma cristiano condicionaba toda corriente de pensamiento, este pensador neoplatónico, autor del ensayo Sobre la naturaleza del hombre, propuso que, siguiendo el movimiento de los astros, se ha de producir el ciclo de los tiempos, donde se repiten una y otra vez los acontecimientos propios de ese contexto temporal con sus propios protagonistas. Solo una conflagración será capaz de destruir el Universo y después de cierto tiempo, se retornará al orden cósmico inicial.
Teoría del retorno cíclico de la historia
Para el siglo XVIII y de la mano del filósofo napolitano Giambattista Vico, a través de su obra Ciencia Nueva se adjudica a la historia como la ciencia con capacidad de explicar los ciclos de las sociedades. Esta corriente idealista plantea que la sociedad recorre tres etapas, la primera, llamada edad divina, hace alusión al estado primitivo de la sociedad; el segundo estadio refiere al desarrollo de los Estados aristocráticos dentro de una edad heroica y la madurez se alcanza dentro de la tercera fase, denominada humana, donde se establece una igualdad después de abolir todo tipo de privilegios de casta.
Dicho progresismo social va a ir descomponiéndose en el tiempo hasta retornar a la primera fase.
Samsara
Es el círculo de la eternidad planteado por las religiones y filosofías orientales. Según esta noción, el transcurso de la vida está condicionado tanto por el dharma o acciones positivas, y el karma o consecuencias de las decisiones o acciones, procesos que serán repetidos de forma constante por el hombre en su búsqueda por evolucionar.
Ejemplos de la aplicación de la teoría del eterno retorno
El principio de la eternidad ha sido aplicado dentro de muchos ámbitos que buscan dar explicación a tan compleja idea. Entre ellos se encuentran los siguientes ejemplos:
Así hablo Zaratustra. Un libro para todos y para nadie
Se trata de uno de los más claros ejemplos del eterno retorno en Nietzsche, siendo ésta su obra más reconocida. Escrito en 1885 por el filósofo alemán en forma poética para presentar sus ideas principales en torno a la cosmología cíclica, a través de algunos hechos protagonizados por el profeta Zaratustra, que sirve de portavoz para la contraposición de Nietzsche y el tiempo cronológico condicionado por el dogma cristiano, en una manera de juzgar la vida desde un punto de vista moral, basando su filosofía en la voluntad de poder que debe tener el humano para convertirse en un superhombre, capaz de acabar con la moral corrompida por la religión imperante.
Cien Años de Soledad
La afamada publicación del escritor colombiano Gabriel García Márquez refleja claramente el llamado mito del eterno retorno, como bien lo representa el autor en la repetición de nombres de los personajes de generación a generación y, por ende, del comportamiento de los personajes que marcan el devenir de la familia.
La historia interminable
Otro de los aportes literarios que hace referencia al eterno retorno es la reconocida novela infantil del escritor germano Michael Ende, la cual contiene dos historias, la primera contextualizada en un mundo fantástico, y una real, donde un niño lee el relato anterior y se apasiona tanto por él que lo reescribe siguiendo su imaginación.
Como se ha podido observar, la noción de eternidad ha sido interpretada dentro de diversos paradigmas conforme se iba desarrollando la humanidad y donde el contexto específico jugó un papel importante para dar homogeneidad al planteamiento. No fue sino hasta la llegada de la filosofía moderna que, de la mano de Friedrich Nietzsche, la teoría del eterno retorno buscó desprenderse de todo condicionamiento político, científico, religioso y cultural para tener un fundamento moral que sustentara el progreso del hombre.