Cultura

La evolución de la música electrónica y su influencia en la cultura juvenil del siglo XXI

La música electrónica es un género amplio que engloba una gran variedad de estilos que tienen en común el uso de instrumentos y tecnologías electrónicas para su creación. Si bien sus orígenes se remontan al siglo XX, ha sido en las últimas décadas donde este tipo de música ha experimentado una enorme expansión, convirtiéndose en un elemento central de la cultura de los jóvenes.

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Historia y desarrollo de la música electrónica

Los primeros experimentos con la música electrónica se remontan a principios del siglo XX, cuando compositores e ingenieros comenzaron a explorar las posibilidades de nuevos dispositivos como el Telharmonium, ideado en 1897 para generar sonidos musicales mediante señales eléctricas, o el Theremin, uno de los primeros controladores electrónicos creado en 1920 en Rusia.

En los años 40 y 50 surgieron en Europa dos movimientos pioneros: la musique concrète en Francia, que empleaba grabaciones de sonidos reales como materia prima para las composiciones, y la Elektronische Musik en Alemania, centrada en la síntesis electrónica y la modulación de sonido. Ambas sentaron las bases compositivas y estéticas de la música electrónica tal y como hoy se conoce.

Mientras tanto, en Estados Unidos nacían los primeros sintetizadores y ordenadores destinados a la creación musical, como el RCA Mark II o el programa MUSIC I desarrollado en 1957 en la Universidad de Illinois. La invención del MIDI en 1983 por parte de Ikutaro Kakehashi supuso también un punto de inflexión, al permitir la conexión e interacción entre instrumentos electrónicos de diferentes fabricantes.

Avances tecnológicos en la música electrónica

A partir de los años 80 y 90, los rápidos avances en tecnologías digitales como el sampling (muestreo), la grabación y manipulación de audio mediante secuenciadores, o la síntesis y procesamiento de sonido en ordenadores, revolucionaron las posibilidades creativas para los músicos electrónicos, tanto en el estudio de grabación como en las actuaciones en directo.

Por una parte, el abaratamiento de los sintetizadores, cajas de ritmos y otros dispositivos, permitió la experimentación musical fuera de los grandes estudios, dando lugar a innovaciones en géneros como el techno en Detroit, la música house en Chicago o el breakbeat inicial en Inglaterra. La combinación de estilos que se originó en esa época sentó las bases del amplio espectro de subgéneros de la música electrónica contemporánea.

La evolución de géneros dentro de la electrónica

La música disco de los años 70, con sus bases rítmicas electrónicas creadas con sintetizadores y cajas de ritmos, tuvo una enorme influencia en el nacimiento de la música electrónica orientada a las pistas de baile. Temas como “I Feel Love” de Donna Summer revolucionaron el panorama musical, sentando las bases del house y techno posterior.

A mediados de los años 80, nació la música electrónica dance, de la que se derivaron diversos generos. En Chicago surgieron los primeros temas de house de la mano de productores como Frankie Knuckles o Larry Heard. Sus estructuras rítmicas electrónicas de 4×4, tomadas del disco y el funk, rápidamente se popularizaron en las discotecas underground y el clubbing nocturno de la ciudad.

Paralelamente en Detroit, artistas como Juan Atkins, Derrick May o Kevin Saunderson sentaban las bases del techno con temas minimalistas de ritmos hipnóticos creados en sintetizadores y cajas de ritmos. Esta música cruda y futurista caló rápidamente entre la juventud local gracias a un nuevo formato de fiestas llamadas “raves”.

A partir de estos tipos de música electrónica, fueron surgiendo durante los años 90 y 2000 infinidades de subgéneros, desde el dream house de Chicago hasta el hard techno de Birmingham, pasando por el progressive house de Reino Unido o los diversos estilos de trance gestados en Alemania como el psy o el hard trance, por citar algunos.

Ya en los 2000, el garage y 2-step inglés derivó en el dubstep, mientras se diversificaban estilos más duros como el hardstyle holandés o el frenchcore. Hacia 2010 emergió con fuerza el trap procedente del hip hop del sur de EE. UU., que rápidamente se fusionó con géneros electrónicos dando lugar al EDM trap. 

La música electrónica ha dado lugar a una amplia diversidad de géneros, cada uno con sus características rítmicas, melódicas y culturales, en un proceso de ramificación y experimentación constante desde sus orígenes hasta la actualidad.

Expansión e influencia global

El nacimiento de este género musical a finales de los años 80 inició un efecto dominó que se expandió rápidamente desde Chicago, Detroit y el medio oeste americano, hasta alcanzar las costas Este y Oest. Luego saltó a Europa, en donde en países como Alemania, Países Bajos o Inglaterra ya contaba con una incipiente pero entusiasta base de seguidores.

En Inglaterra surgieron nuevos subgéneros como el breakbeat hardcore y posterior jungle, mientras que en Alemania el techno y trance alcanzaron una gran popularidad. Esta expansión continuó durante toda la década de los 90 y 2000, donde la música electrónica fue abriéndose camino en las escenas underground de todo el mundo.

La proliferación de discotecas, raves y posteriormente festivales especializados a escala internacional, han servido de plataforma global para la difusión masiva de este tipo de música, especialmente entre el público joven.

Eventos como el festival de música electrónica Tomorrowland en Bélgica, EDC en EEUU, Untold en Rumanía o Ultra Music Festival en Miami, reúnen a cientos de miles de jóvenes alrededor de los más diversos estilos, configurando toda una cultura y forma de vida para sus seguidores.

A su vez, internet ha tenido un papel decisivo, permitiendo descubrir nuevos sonidos electrónicos a personas de lugares remotos del planeta. Ya en la década de 2010, estilos antes minoritarios como el dubstep, trap, psytrance o techno, cuentan con gran cantidad de adeptos en África, Asia y América Latina, produciéndose incluso variantes regionales de dichos géneros. 

Actualmente, los expertos señalan que la música electrónica tiene presencia a nivel global, habiendo tocado prácticamente todos los rincones del planeta gracias a su capacidad para reinventarse y dialogar con cualquier cultura joven.

El impacto cultural y social de la música electrónica en los jóvenes

Más allá del ámbito meramente musical, este género ha influido profundamente en diversos aspectos de la cultura y sociedad contemporánea, especialmente entre los jóvenes.

Actividades como el baile y el clubbing asociados al house, techno y otras variantes, se han convertido desde los años 90 en una de las formas predilectas de ocio nocturno juvenil, con discotecas especializadas en las grandes capitales de todo el mundo. Para algunos, acudir a raves, festivales y otros eventos de música electrónica se ha transformado en todo un estilo de vida.

Por otra parte, hay que destacar que la música electrónica ha tenido un impacto tanto en vestimenta como en peinados o tendencias estéticas relacionadas con el futurismo y la ciencia ficción. No es difícil encontrar entre los jóvenes, camisetas de festivales electrónicos, ropa con motivos psicodélicos, pantalones cargo, peinados con colores llamativos, gafas de sol retrofuturistas, etc.

El baile libre y desinhibido asociado a ritmos electrónicos les ha servido también para reafirmar esa sensación de individualismo y autonomía respecto a las normas de conducta de generaciones anteriores. No es extraño encontrar hoy en día su imaginario e iconografía impregnando moda, publicidad, cine, eventos multitudinarios, videojuegos o internet.

Para un gran número de jóvenes en todo el mundo, la música electrónica constituye mucho más que un simple estilo musical, configurando toda una cultura y forma de vida con gran peso en su identidad y desarrollo personal.

Escena contemporánea de la electrónica

En apenas dos décadas, géneros antes circunscritos al underground como el techno o el house han conseguido incorporarse al mainstream musical, logrando una gran popularidad incluso en países no occidentales gracias al auge de estrellas globales como David Guetta, Avicii, Calvin Harris o recientemente Martin Garrix, Dimitri Vegas & Like Mike. Sus producciones y conciertos por todo el mundo reúnen a un inmenso público joven de todos los continentes.

Junto a las macrofiestas multitudinarias, también destinadas a un público masivo, se mantiene a su vez un extenso circuito underground en constante renovación estilística y diversificación, gracias a sellos, productores y DJ experimentales, así como party brands internacionales, que abastecen a una sólida escena especializada.

Tanto en este ámbito independiente como en su vertiente comercial, todo apunta a que los distintos estilos de música electrónica seguirán evolucionando y ampliando su alcance e influencia cultural durante muchos años.

Finalmente, se puede decir que la música electrónica ha demostrado ser mucho más que un simple género musical. Gracias a su capacidad para reinventarse y dialogar con los cambios tecnológicos y culturales de cada época, se ha convertido en uno de los principales vectores de transformación de entretenimiento, identidad y valores entre los jóvenes.

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