Si bien la ciencia y la tecnología han avanzado de manera acelerada en las últimas décadas, el universo aún está lleno de misterios inexplicables. Sin irnos más lejos, en el planeta Tierra se pueden encontrar varios fenómenos misteriosos que han dejado a científicos desconcertados.
Entre estos misterios, se encuentran algunos sonidos extraños que han sido captados por diferentes organismos y equipos. La mayoría de ellos fueron capturados en las profundidades del océano, otros en la superficie, y varían de intensidad y frecuencia, pero mantienen en común el misterio de su origen:
Este sonido fue captado el primero de marzo de 1999. Tuvo una corta duración de apenas 15 segundos, pero tuvo un volumen lo suficientemente alto para poder ser escuchado por todos los hidrófonos del Océano Pacífico Ecuatorial.
No se sabe con certeza el origen de este sonido, pero se le atribuye a un iceberg antártico encallado.
Fue capturado en 1977 en el oeste del extremo sur de Sudamérica. Fue un sonido de muy baja frecuencia, pero potente.
Bloop fue escuchado por varias estaciones separadas entre sí por varios miles de kilómetros. El sonido tuvo una duración de aproximadamente 1 minuto, aunque se escuchó en repetidas ocasiones durante el verano, a partir de allí no volvió a detectarse.
El gran misterio que envuelve a este sonido extraño es el hecho de que los científicos consideran que se trata de un origen orgánico, un animal.
Sin embargo, si proviniera de un animal, este debería ser más grande que una ballena azul, el animal más grande de los océanos. Esto quiere decir que la fuente de Bloop podría ser un extraño animal desconocido hasta el momento.
A diferencia de los anteriores, este extraño sonido fue captado en la superficie, en repetidas ocasiones durante los 50 últimos años. No se conoce con seguridad cuando comenzaron, pero empezaron a ser documentados a partir de la década de los 70.
Se trataba de un sonido de baja frecuencia que solo pudo ser escuchado por el 2% de la población presente.
Existen muchas teorías que intenta explicar el origen de este zumbido apocalíptico: dispositivos de comunicación inalámbricos, ondas de radio, temblores de tierra, radiaciones electromagnéticas y aviones no tripulados.
A pesar de todas estas teorías, el origen permanece incierto, lo único que se sabe con certeza es que es producido por la vida de este siglo.
Aunque puede ser un poco atemorizante saber que existen tantas cosas desconocidas en el planeta, también brinda una perspectiva más amplia de la vida, al saber que aún quedan muchos misterios por revelar.