Las Cruzadas, la Guerra de los Cien Años o el Asedio de Viena fueron algunos de los acontecimientos bélicos que tuvieron lugar durante la Edad Media. Desde el año 476, guerreros medievales se han batido en combate para defender reinos e imperios, con lealtad y coraje. Pero, qué es un caballero medieval y a quienes servía. ¿Qué distinguía a los bárbaros de los caballeros medievales de la época? A continuación un amplio panorama de las características del código medieval, imágenes y dibujos de guerreros medievales del mundo.
Las sociedades secretas que dominan el mundo en silencio
Los caballeros medievales eran una de las más importantes formaciones militares de la Edad Media. Eran hábiles montando a caballo mientras portaban un largo y rectangular escudo de cuero. Servían a príncipes y caballeros feudales de la época. A principios del siglo IX, llevaban una armadura de cota malla y un abrigo con capucha, guantes y pantalones también de cota de malla para cubrir el cuerpo entero.
Una de las características de un caballero medieval era la sobrevesta sin mangas que usaban sobre la armadura, en ella se llevaban pintada el escudo de armas o los colores de la familia a la cual servían.
Cerca del siglo XIV, empezaron a una usar una armadura de placas entera que ofrecía una mayor protección. Las placas tenían diversas formas y tamaños y se ataban con cordones de cuero, bisagras o remaches.
Fundada en 1198 EC, la Orden Teutónica fue una unidad militar cuya primera misión fue el rescate de Jerusalén en la Tercera Cruzada. El caballero teutónico se distinguía por las cruces negras sobre un fondo o borde blanco en su indumentaria, escudos y banderines. La mayoría de los soldados eran provenientes de tierras germánicas y contaban con un completo equipamiento de armas y un exigente entrenamiento. Se regían por reglas muy estrictas y austeras que combinaban la caballería con el monasterio. No les estaba permitido poseer dinero ni bienes personales, el cabello largo estaba prohibido y la vestimenta ostentosa no era bien recibida. Participaron en las cruzadas contra lituanos paganos y rusos ortodoxos en Prusia y por el área del Báltico.
Los Caballeros Hospitalarios fueron una de las unidades militares más importantes durante los principados cruzados en Siria y Palestina. Conocida como la Orden de San Juan de Jerusalén, se fundó con la idea de ofrecer asistencia médica a los peregrinos a Tierra Santa; sin embargo, se convirtieron en un grupo militar de guerreros medievales que ayudaron en la Cruzadas en Iberia y permitieron extender el dominio católico en tierras europeas.
Sobre la armadura, los soldados llevaban capas con la Cruz Hospitalaria, emblema de la Orden, que era una cruz de paño blanco de ocho puntas sobre un fondo negro o rojo, para identificar quiénes eran los caballeros de esta Orden antigua.
La unidad de piqueros, cuando estaba bien organizada, ofrecía una alta protección al su ejército, al evitar que lograse penetrar la caballería militar pesada del enemigo. En la ofensiva, eran capaces de producir un efecto aturdidor y avasallante. Estos caballeros medievales fueron clave en la famosa victoria de Scott sobre los ingleses en la guerra de 1297 en Stirling Bridge. Entre las debilidades de los piqueros destacaba la vulnerabilidad que presentaban cuando el terreno en el campo de batalla era irregular. Esto les hacía perder estabilidad y cohesión lo que aumentaba el riesgo a ser avasallados por el enemigo.
Los arqueros como otros de los caballeros en la Edad Media, eran considerados los lanzamisiles de los ejércitos de la época. Eran hombres musculosos y con buen ojo que solían ser cazadores. Estaban provistos de una armadura laminar de cuero hervido y un gambesón.
Algunos de estos guerreros medievales llevaban cascos pequeños. Disparaban con un arco las flechas de acero o madera como táctica ofensiva. Unas flechas tenían puntas largas para caballería y otras de doble filo para infantería y distancias cortas. Solían clavarlas al suelo para tener un fácil acceso a la hora del combate pero también lo hacían para infectar las puntas con la suciedad de la tierra.
Aunque el arco largo se inventó en Gales, los ingleses lo incorporaron en su artillería para llevar adelante guerras tan importantes como la batallas del estandarte en 1118 y la de Crecy en 1316. La longitud del arco podía alcanzar un poco más de 2 metros de envergadura y se podían disparar entre 10 y 2 flechas por minuto, una cantidad mayor a la de las ballestas. Los arqueros largos no eran cualquier hombre medieval, ya que requerían un entrenamiento mucho más extenso para dominar la herramienta y alcanzar la precisión en los disparos. El Rey Eduardo I, a finales del siglo XII, ordenaba un estricto entrenamiento semanal a los arqueros en lugares especiales llamados “Colillas”.
Estos soldados formaban parte de línea del frente y comprendían el mayor número en el campo de batalla. Carecían de entrenamiento y llevaban ninguna o poca armadura. Estaban provistos de lanzas y escudos pequeños. Su ataque era en conjunto y marchaban en línea. También podían ir a caballo provistos de una lanza larga o un arma de palo. Entre los caballeros medievales, los lanceros eran parte importante de la infantería de los ejércitos europeos de la época. Las formaciones más famosas fueron las francesas y la alemana.
Durante el sitio de Monteriggioni, por los años 1500, los Arcabuceros sirvieron al papado y a las fuerzas de Cesar Borgia. Era caballeros medievales que, al igual que los ballesteros, no llevaban armas para luchar cuerpo a cuerpo; sino que estaban dotados de un arma de fuego larga llamada Arcabuz para combates a larga distancia. Entre las características del codigo de caballeros de los arcabuces, el color de su vestimenta indicada la infantería a la cual pertenecían. Los soldados de Los Borgias se les reconocía por el color rojo, los franceses se distinguían por el color azul, mientras que los verdes eran los de Viana.
Los ballesteros formaban parte de la unidad de defensa de los ejércitos medievales. Llevaban una armadura de malla y un gambesón. También portaban un Parma o escudo ovalado para protegerse durante el combate. El fácil manejo de las ballestas no requería que los soldados contaran con un gran entrenamiento. Las ballestas de estribo eran armas potentes que podían portarse en la cintura. A principios del siglo XII se crearon las primeras compañías de ballesteros en los reinos cristianos peninsulares, y ya para el siglo XIV estos guerreros medievales gozaban de gran protagonismo en las batallas importantes como la guerra de los cien años.
Uno de los tipos de guerreros medievales más conocidos son los espadachines. Dotados de una espada larga y, a veces, un escudo rectangular o circular, estos terratenientes eran desplegados extensamente en el campo de batalla, después de enviar al escudo de carne para continuar con el duelo, aprovechando su energía y ansiedad. Estos caballeros medievales eran entrenados fuertemente para soportar el stress de la guerra, cumplir órdenes y no desertar en el fragor del combate.
Desde Northumbria en el norte hasta Wessex y Kent en el sur, en Gran Bretaña se formaron las unidades militares conocidas como los Sajones. Se trataba de guerreros medievales musculosos y de pelo rubio que gobernaron Inglaterra y Gales desde el siglo V hasta la 1066.
Entre las armas de los sajones contaban con una pequeña jabalina que lanzaban a las líneas enemigas antes de entrar en la batalla cuerpo a cuerpo. La guardia real usaba el hacha barbuda que requería un alto entrenamiento para su dominio. Aunque contaban con espadas, no eran de las armas mas usadas por su difícil maniobrabilidad.
Los vikingos eran exploradores y marinos escandinavos de Noruega, Suecia y Dinamarca que vivieron durante el siglo VIII al XI. Sin embargo, aunque todos los vikingos eran escandinavos, no todos los escandinavos eran vikingos.
Vivian de la agricultura, el comercio y la pesca. Tenían grandes habilidades de navegación y realizaron expediciones por África, Oriente Medio y hasta América. Fueron conocidos por los asaltos y saqueos en regiones costeras de Europa y llegaron a servir en la Guardia Varangiana del imperio bizantino.
Entre las armas usadas por estos guerreros medievales estaban el arco, la flecha, escudos, cuchillos y espadas; y no solo servían para la guerra sino también para identificar el estatus del guerrero que las poseía.
Conocidos por su gran agresividad en el combate, los Berserker son considerados los vikingos más letales entre los guerreros antiguos. Llamados así por la derivación de la voz germánica berr que significa oso y es uno de los nombres medievales de guerreros más reconocidos.
Apenas medio vestidos con pieles de animales, estos guerreros de la Edad Media acudían al combate semidesnudos y eran implacables, insensibles al dolor y mataban indiscriminadamente en el fragor de la guerra. Estos agresivos guerreros se alejaban de los códigos morales medievales que regían en la época.
Su espíritu guerrero y su comportamiento rabioso y feroz se debía al consumo de plantas y hongos como la amanita muscaria que producían un trance o efectos alucinógenos en los barbaros. Formaban parte del hyrd de los monarcas de Noruega.
En la época del Medievo tardío se hizo más evidente la inclusión de los guerreros medievales conocidos como Billmen en los ejércitos europeos. Los Billmen formaban parte de la unidad de infantería pesada que se desplegaban con el objetivo de desmontar la caballería enemiga. Cubrían de la mitad o las terceras cuartas partes del cuerpo con una armadura de placas continuas la cual se combinaba con un gambesón.
Estaban fuertemente entrenados para hacerle frente a la ofensiva de las caballerías y a desarmar la escudería de las unidades enemigas. Usaban un arma de garfio que les permitía empujar, cortar y desgarrar al ejército oponente para abrirse paso con relativa facilidad en el campo de batalla.
“Ten una sola mente y una sola fe, entonces podrás conquistar a tus enemigos y vivir una vida larga y feliz”, eso decía Genghis Khan, en una de sus más famosas frases de caballeros medievales de la historia. Khan fue un emperador de la Edad Media que fundó la unidad militar de los Mongoles.
Con un duro y estricto entrenamiento que iniciaba a temprana edad, los Mongoles eran uno de los guerreros medievales más famosos. Aprendían arquería, equitación, caza y estrategias militares, que los capacitaba para ir a la batalla individual o colectivamente. Entre las imágenes del código medieval los mongoles era morir por lealtad a su Khan y sus compañeros. Su imperio se extendía desde Oriente Medio hasta Asia Central, incluyendo países como Irak y Corea.
A diferencia de los caballeros medievales europeos, los mongoles llevaban una armadura ligera sobre camisas de seda para facilitar el movimiento en el campo de batalla. Contaban con caballo pequeños que eran más rápidos y resistentes, en los cuales usaban estribos que les permitía a los jinetes ponerse de pie en la montara para disparar las flechas con más eficacia.
La Guardia Varega (hombres de promesa) llegó a Constantinopla en el siglo X y su misión era proteger a los emperadores bizantinos, a quienes juraron lealtad. Eran entre los guerreros medievales de los más salvajes. Se destacaban por su altura y por el uso de devastadoras hachas de doble filo en el campo batalla. Fueron enviados por Vladimir I de Kiev en apoyo al emperador Basil II, en 987, fueron la tropa elite que ayudó a forjar el imperio bizantino. También se enfrentaron a los cristianos en la Cuarta Cruzada. Entre los varegianos más famosos se encuentra Harald Haldrad, quien fue coronado Rey de Noruega posteriormente.
Entre las unidades militares rusas, los Druzhinas eran una de las más importantes. Consistian en una fuerza montada que podía alcanzar grandes distancia. Eran leales a sus príncipes rusos, a quienes acompañaban y servían incluso hasta en el exilio, mostrando una gran moral medieval. Aunque en sus inicios eran una unidad de combate pequeña, los soldados estaban fuertemente entrenados y muy bien equipados. Cuando las tierras rusas crecieron, fueron aumentando el tamaño de la unidad militar. Se componían por dos grupos: los miembros mayores, conocidos como boyardos, y los soldados más jóvenes. Los boyardos asesoraban y aconsejaban al príncipe en temas militares, mientras que los jóvenes se desempeñaban como fieles guardaespaldas.
Conocidos por su estricta disciplina y orden, los jenízaros eran una tropa de infantería de élite que protegían y servían de guardaespaldas del Sultán turco durante el imperio Otomano medieval. El cuerpo militar estaba compuesto por 165 ortas o batallones, con una estricta jerarquía de mando. Se distinguían de otras tropas otomanas por su pintoresca indumentaria, la cual consistía en un caftan abotonado con colores del sultán, un sombrero con una larga pluma de avestruz. Al inicio eran expertos en el uso del arco, pero después de la década de 1440, empezaron a utilizar armas de fuego con gran pericia que les propicio la victoria en el Asedio de Viena de 1529.
Una de las mejores virtudes de los Seljúcidas era su gran habilidad para montar a caballo por las estepas. Eran excelentes jinetes ligeros con dominio del arco en la batalla. El caballo medieval para este ejército ruso era una figura importante. No usaban uniformes ni armaduras para tener mayor movilidad; apenas unas amplias capas llamadas muqaylab y unos cinturones de cuero, donde podían llevar armas y sogas para tenerlas a mano a la hora de atacar.
La cultura de los Housecarls medievales proviene de los países escandinavos y fue adoptada por Inglaterra en el siglo XI cuando el Rey de Dinamarca conquistó territorios ingleses. Los Housecarls eran sirvientes militares que cumplían funciones de guardaespaldas, aunque en algunos casos desempañaban labores administrativas.
Se regían por leyes del código medieval que regulaban su vida personal, las funciones civiles y las labores militares. Gozaban de un importante estatus social y lucharon contra los normandos en la guerra de Hanstings en defensa del Rey Harold en 1066. Este tipo de caballeros medievales desapareció a finales de la Edad Media cuando surgieron las aristocracias militares y las cortes reales.
Los Magiares eran guerreros nómadas que posteriormente se asentaron en Holanda y se destacaban de otros guerreros medievales en el uso de potentes arcos y por sus caballos ligeros. El arma se podía disparar en un tiro recto a unos 70 u 80 metros de distancia, pero en un disparo inclinado podía alcanzar hasta los 200 metros. Además contaban con un arma secundaria que constaba de un sable y una lanza de acometida. Los magiares atacaban en enjambre y se dirigían al enemigo en grupos pequeños; a veces, fingían retirarse para romper las filas del oponente y volver a atacar sorpresivamente.
Entre los guerreros medievales más buscados por sus tácticas y medios de organización se encontraban los mercenarios suizos. Eran una tropa de caballeros antiguos que prestaban servicios militares a ejércitos extranjeros, pero especialmente a los reyes de Francia durante la época medieval tardía. No eran muy apegados a las reglas de un caballero y se especializaban en el uso de la pica y la alabarda cuadrada; aunque también manejaron armas de fuego. Desempeñaron un rol importante en batallas contra los austriacos, como la de Morgarten en 1315 y Sempach en 1386.
Los catafractas eran parte de la unidad de caballería pesada del ejército bizantino durante la dinastía Macedonica. Usaban una túnica larga que le llegaba a los codos y las rodillas, una coraza para proteger el torso y unos faldones en cota de mallas para cubrir las piernas. Estos guerreros medievales contaban con un amplio armamento para no tener que desmontar el caballo cuando las armas se caían o se rompían en combate. Estás comprendía lanzas cortas, espadas rectas y de doble filo y sables curvos. El caballo medieval de los catafractas era fundamental para esta unidad militar.
Los skouatos eran soldados de infantería pesada del ejército bizantino que permanecían en filas apretadas como bastión de defensa del periodo macedonio. Contaban con lanzas largas, escudos redondos y grandes, un yelmo y una espada. Su armadura constaba de una cota de malla o lamelar. Eran caballeros medievales muy potentes, podían resistir fuertes cargas del enemigo y podían montar ataques estratégicos cuando se replegaban y se reagrupaban.
Los guerreros celtas eran extremadamente violentos, llevaban tatuajes en gran parte de su cuerpo o se pintaban el torso y brazos de azul. Algunos de ellos combatían desnudos. No respetaban el código del caballero medieval. Usaban barbas cortas y bigotes abultados. Eran excelentes jinetes y su infantería era tan fuerte como su caballería.
Creían en amuletos y llevaban collares a las batallas. Se hicieron famosos, entre los guerreros medievales, por su fiereza y brutalidad de combate.
Sus armas eran únicas para cada guerrero y constaban de una lanza de dos metros de envergadura, un escudo ancho y hexagonal, una espada larga de doble filo y un casco de hierro con adornos forjados para proteger la cabeza.
Desde finales del siglo XV se originó en Alemania la unidad de combate conocida como Landsknechts, conformados por soldados mercenarios que eran capaces de atacar tanto individual como colectivamente. Fueron considerados entre los guerreros medievales de infantería más efectivos de la época. Vestían trajes coloridos y usaban grandes espadas de dos manos, que eran un arma altamente letal.
También eran hábiles en el uso de picas y arcabuces. Solían luchar en falanges de lucios que formaban un fuerte bloque de pie hombro a hombro. Los miembros de esta unidad provenían de distintos orígenes, desde artesanos, campesinos hasta criminales alemanes. Participaron en las Guerra de Italia, el Asedio de Viena, las guerras de los Campesinos y hasta en la colonización española en América.
Estos caballeros medievales servían como guardia personal del Sultán en la Ciudadela del Cairo, durante los años 1250 y 1517. Estaban sometidos a entrenamientos militares y de equitación de largo plazo y eran capaces de disparar flechas mientras iban al galope. Entre el código de caballería de los mamelucos figuraba el uso del pelo largo sobre los hombros o llevar puestos pequeños turbantes.
En batalla, llevaban cascos de acero de forma cónica, armaduras laminares y estaban dotados de mazas, espadas de doble filo y escudos redondos. Estos guerreros medievales podían combatir tanto como caballería militar ligera como pesada, usando arcos y flechas.
Una de las más poderosas órdenes militares cristianas de la Edad Media fue la Orden del Temple. Con la misión de proteger a los peregrinos hacia la Tierra Santa, fue fundada tras la Primera Cruzada por Hugo de Payns, en 1118. La armadura de los caballeros de la Edad Media constaba de un yelmo o casco de hierro con forma cilíndrica y un visor; una cota de malla con forma de caperuza, elaborada en cuero, para proteger pecho, espalda y cuello; la espaldera que era como un caparazón que cubría la espalda y las calzas que cubrían las piernas. Finalmente, usaban una túnica blanca con el emblema de la Cruz Roja de la Orden del Temple, que era la principal imagen o dibujo de un caballero medieval templario.
En Japón, el feudalismo y la educación caballeresca también estuvo presente en la Edad Media tardía. A partir del siglo XII, una clase de nobles militares conocidos como Samurais gobernaron el Japón feudal de la época. Estos soldados medievales formaban parte de ejércitos privados al servicio de la aristocracia local. En sus inicios se desempeñaban como arqueros a caballo; pero luego se convirtieron en hábiles espadachines dotados de una katana larga y encorvada.
Otro de los tipos de guerreros medievales de Japón son los monjes guerreros. Defendían los templos budistas con táctica militar de la envidia y el recelo de los enemigos y de allí nace uno de los nombres de caballeros medievales más conocidos de la historia: Sohei, que se forma con las palabras budistas So (monje) y Hei (soldado).
Cuando estaban en oración vestían un budista de color zafrán; pero usaban kimonos blancos para ir al combate. Eran buenos con el arco y siempre peleaban con una “naginata”, que era un arma de asta larga con variedad de hojas filosas.
Los guerreros medievales han formado parte importante en la formación de los países y sociedades del mundo. En su legado, no solo han dejado hazañas y técnicas de guerra en el campo de batalla, también han enseñado lo qué es el código medieval de un caballero y sus valores morales. La lealtad, el valor y el coraje son aptitudes que fueron enseñadas a los hombres modernos por los caballeros medievales de la historia mundial.