Si estás pensando en abrir una tienda online para como nuevo negocio o para sacar algo de dinero extra, es probable que tengas muchas dudas y que creas que es necesario contar con conocimientos técnicos y de programación, pero nada más lejos de la realidad.
La historia de internet no es muy extensa, y mucho menos las de las tiendas online, pero sí que ha evolucionado mucho la manera de montar un eCommerce. Hoy en día existen tantas facilidades que lo único que necesitas para montar tu propia tienda online son ganas.
Una vez tengas claro qué vas a vender –e independientemente de que se trate de productos, infoproductos o servicios–, tienes que enfrentarte al reto de montar tu propia tienda en internet.
A continuación te dejamos una pequeña guía paso por paso para que configures tu propia tienda online y empieces a ganar dinero sin salir de casa.
En la actualidad existen muchos software especializados en la creación de tiendas online a través de entornos amigables que permiten tener un eCommerce 100% operativo sin contar con ningún conocimiento de programación.
Podemos encontrar de todo: desde muy básicos, para usuarios principiantes, hasta los más completos, que ofrecen todo tipo de opciones y configuraciones. Las plataformas más populares son:
La mayoría de las plataformas de código abierto son gratuitas, de forma que no cuesta nada crearse un perfil de usuario. Una vez dentro podrás elegir entre plantillas y plugins gratuitos y de pago.
Pero hay determinados casos, como Wix y Shopify, en los que deberás elegir entre diferentes planes disponibles. Como es normal, cada plan tiene sus características, funcionalidades y precios, por lo que es bueno determinar primero qué es lo que realmente necesitas, para no equivocarte a la hora de elegir el plan más conveniente.
Este es el momento de valorar qué opciones da la plataforma para ampliar, reducir o cancelar el plan elegido en caso necesario o si hay condiciones especiales, como tiempo de permanencia o descuentos temporales. Leer la letra pequeña nos permitirá no caer en contratiempos inesperados que puedan afectar al negocio.
El nombre de dominio es imprescindible para lanzar la tienda online y lo más recomendable es que sea igual que el nombre de la tienda (o que lo contenga).
A la hora de elegir un nombre para tu tienda opta por algo atractivo, único y – muy importante– que identifique tu negocio. Lo ideal es que tanto el nombre de la tienda como el dominio sean cortos y fáciles de recordar.
Algunas de las plataformas mencionadas anteriormente ofrecen la posibilidad de elegir el dominio, pero también existen proveedores de dominio con muy buenos precios, como DonDominio (empresa española), Ionos, Arsys, GoDaddy o Namecheap.
Las plantillas o temas prediseñados hacen que el sitio tenga un look and feel atractivo, sin necesidad de saber de diseño de páginas web.
Tanto en Wix, Woocommerce, Shopify, Prestashop como en Magento se pueden elegir temas predeterminados gratuitos y con diseños responsive que se adaptan a dispositivos móviles. Y, por supuesto, existen plantillas de pago que ofrecen todo tipo de diseños y personalizaciones.
Antes de elegir una plantilla, es muy recomendable que tengas claras las características que quieres que tenga tu tienda online, el estilo de tu Home, cómo quieres que se muestren los productos y cómo deseas que los usuarios naveguen por la web.
Una vez seleccionada la plantilla de tu tienda, es el momento de personalizarla.
Aquí es donde empezarás a notar las limitaciones –o la gran cantidad de opciones– que tiene la plataforma y la plantilla que hayas elegido.
Mientras que las plantillas de Wix son muy básicas y están bastante limitadas a cambios como la fuente y tamaño del texto, las imágenes, la paleta de colores…, en Woocommerce, Prestashop o Magento podrás cambiar casi todo lo que te propongas –y seguramente mucho más de lo que necesites en un principio–.
Además de la parte visual, entra en la configuración y en las preferencias de idioma, zona horaria, moneda, nombre de la tienda, dirección, contacto y las configuraciones de pedido y producto y haz los cambios que correspondan.
Según el plan que hayas contratado y la plantilla que seleccionaste, se determinan ciertos límites tanto para la cantidad total de productos a subir, como para el número de opciones disponibles de cada producto y la cantidad de variantes del mismo.
A la hora de subir cada producto, asegúrate de que contenga, como mínimo, un nombre o título, una descripción detallada, una buena foto o galería de fotos y el precio. Cuanto mejor se completen estos datos, menos consultas se generarán por parte de los clientes.
Otro paso sumamente importante es la configuración de los métodos de pago. Este es un detalle que hay que valorar antes de elegir plataforma de la tienda, ya que todas las plataformas ofrecen diferentes vías de pago, como Mastercard, Visa, PayPal, Apple Play o contra reembolso, pero no todas ofrecen todas las opciones.
Los métodos de pago más populares que se ofrecen para las tiendas en línea son:
Otros aspectos a tener cuenta a la hora de configurar las opciones de pago son los diferentes tipos de impuestos a aplicar según la localización del cliente, así como la seguridad de las transacciones, para lo que hay que instalar certificado de SSL.
Cada plataforma de creación de tiendas online viene con diferentes alternativas para los envíos. Aquí hay que tener especial cuidado y asegurarse de que el software nos permite cobrar de la manera más adecuada según nuestro tipo de negocio.
Hay que determinar el importe a cobrar por cada envío y si estableceremos una tarifa plana o si estará supeditado al peso o al volumen de cada paquete.
Por otro lado, debemos delimitar las zonas y localidades de envío, y decidir si tendrán diferentes tarifas en función de la distancia entre almacén y destino.
Una vez listas todas las configuraciones, hay que probar la tienda para corregir cualquier error o fallo de funcionamiento. Revisa si funcionan correctamente las opciones de pago, verifica el contenido, si se pueden realizar pedidos desde el móvil sin problema, prueba la tienda en distintos navegadores y dispositivos, comprueba que funcionan todas las opciones de pago y revisar por última vez la configuración de manera exhaustiva.
Una vez hecho todo esto, vuelve a probarlo todo intentando forzar algún error. Pídeles a tus familiares y amigos que entren y hagan algún pedido, que dejen una consulta en el formulario de contacto y que te den sus impresiones. Pregúntales qué es lo que más les ha gustado y lo que menos. Esto te ayudará a ver las cosas con otra perspectiva y a hacer los últimos ajustes.
No pierdas la cabeza y pretendas tener la mejor tienda del mundo antes de inaugurarla. Eso no sirve para nada. Con que consigas el «Producto Mínimo Viable» ya estás listo para empezar a vender. Y una vez ya estés online, siempre tendrás tiempo de ir haciendo mejoras y modificando cosas.
Vender online no es una empresa fácil, depende de muchísimos factores y la mayoría de ellos no dependen directamente de ti. De todas formas, es un modelo de negocio bastante viable para procurarse unos ingresos extra, especialmente si lo que vas a vender son servicios o productos digitales que no requieran de almacenar stock ni de realizar envíos a través de mensajería.