El origen del maquillaje es tan rico para estudiar cómo el surgimiento mismo de las civilizaciones antiguas. El imperio egipcio y romano se destacan como pioneros en la construcción de la historia del maquillaje, pero las civilizaciones occidentales y orientales no se quedan atrás y han sumado importantes referencias para entender la evolución de esta industria comercial que, en pleno siglo XXI, continúa transformándose de cara al futuro.
La evolución del maquillaje a lo largo de la historia es un hecho fascinante que se remonta a la Prehistoria. El maquillaje antiguo se limitaba a los recursos que se tenían a la mano como arcilla, pigmentos colorantes provenientes de las piedras y otros productos rudimentarios elaborados a partir de grasas de animales y vegetales. Los investigadores presumen que las mujeres de la Edad de Piedra ya se colocaban mezclas pastosas en su cuerpo y cara para colorearlas, de acuerdo a la interpretación de las pinturas rupestres.
También los hombres eran asiduos al maquillaje de antes. Los que practicaban la caza y la danza en la Edad de Bronce, acostumbraban a pintarse distintas zonas de su cuerpo de color rojo y negro y, además, tinturaban su cabello con arcilla. Los hallazgos arqueológicos han revelado rastros de pastas colorantes a base de grasas y óxido de hierro y magnesio, propios de la era prehistórica, que dan luces de la historia del maquillaje y su evolución.
Y es que el origen del maquillaje narra, también, las características de cada civilización y su cultura de embellecimiento. A través de la materia prima que usaban, los utensilios y pigmentos para acicalar la piel y sus rituales de belleza, cada pueblo antiguo cuenta la historia del embellecimiento corporal y la importancia que tenía en su cotidianidad, de acuerdo a las condiciones de poder y relaciones sociales que se desarrollaban en la época.
Si existe una civilización que aportó un gran legado en los inicios del maquillaje, es la egipcia. De hecho, es referencia obligatoria cuando se habla de quién inventó el maquillaje o qué civilización invento los cosméticos. Ya en el antiguo Egipto las mujeres tenían soluciones para embellecerse gracias al uso de pigmentos con base vegetal y mineral, pastas y ungüentos diversos, además de perfumes extraídos de aceites esenciales.
Realizaban rituales a la hora del baño para hidratar y cuidar la piel con mascarillas elaboradas a partir de tejido vegetal, y contaban además con elixires o fórmulas líquidas de suave aroma que suavizaba la textura del cuerpo.
Aunque no se tiene la certeza de quién es el creador del maquillaje, la cultura egipcia es considerada la primera en documentar su uso en las pirámides y tumbas a través de técnicas pictóricas que reflejan lo que es el maquillaje, y constituyen progresivamente una línea del tiempo de la pintura cosmética y su evolución.
Para los egipcios, el maquillaje era parte fundamental de la cultura, y la evolución de su sociedad determinó cambios significativos en la manera, por ejemplo, de maquillarse los ojos, una zona privilegiada de la cara que, de acuerdo a sus creencias, reflejaba el alma, las emociones y pensamientos.
De esta forma, se ocupaban de realzar la mirada con colores vibrantes en los párpados, especialmente tonos turquesas, cuyos pigmentos eran producto de la pulverización de minerales y, a la vez, definían sus cejas con pinzas rudimentarias para darle una forma más estilizada.
Fueron quienes por primera vez usaron hierro natural y óxido de ocre para tinturar los labios, y pintaban sus dedos de pies y manos con una coloración naranja rojiza que obtenían de la henna. Las mujeres, de forma particular, atendían la zona de su pecho, colocando un toque dorado en sus pezones y acentuando las venas de sus senos con pigmentos azules.
Más allá de determinar quién creó el maquillaje o quién inventó los cosméticos, el aporte de la cultura egipcia ayuda a entender cómo la estética a través del tiempo ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de las culturas modernas.
De la antigua Grecia se ha obtenido muchísima información sobre el maquillaje que ilustra perfectamente cómo los antiguos griegos se ganaron el título de la civilización de la belleza. A pesar de tener como característica de su cultura la naturalidad y el aspecto viril y un poco tosco, se les atribuye la creación de los conceptos de estética, cuidado y culto al cuerpo, y el uso de cosméticos de forma general.
De los griegos las culturas occidentales han recibido la mayor y más importante influencia sobre maquillaje, información que ha sido extendida por toda Europa de la mano de una variedad inmensa de productos de belleza y fórmulas cosméticas que han evolucionado dando paso a innovaciones que se mantienen en la actualidad.
Con la llegada de Alejandro Magno, también llega el maquillaje usado principalmente por cortesanas, quienes se demarcaban el contorno de los ojos y utilizaban oro blanco como polvo para el rostro. En todas las clases sociales de esta civilización se compartía el interés y gusto por la belleza y por todos los productos para maquillarse.
Por su parte, la historia de la cosmetología en Roma refleja la importancia que tenía la belleza en una sociedad donde el placer era fundamental para tener una buena vida. Hombres y mujeres de esta civilización antigua se interesaban por igual en el maquillaje al punto de obsesionarse con su uso, lo que propició un impulso para la producción y distribución de cosméticos.
Era común que los romanos misioneros regresaran de Oriente con grandes cargamentos de perfumes y artículos de belleza elaborados a base de yeso, tiza, harina de habas y carbonato de calcio y plomo. Maquillaban sus ojos con una pasta mezclada que contenía moscas aplastadas y huevos de hormigas, y popularizaron el uso del «Kohl», un cosmético en polvo de origen egipcio que estaba compuesto de un mineral llamado galena y que servía para oscurecer los ojos.
Los griegos dedicaban gran parte de su tiempo al cuidado de la apariencia física y a cumplir los estándares de belleza de la época. Para ellos el cuerpo era un bien que debía verse hermoso para recibir el placer merecido.
La estética a través del tiempo ha cambiado y lo ha hecho también el uso del maquillaje. Con la llegada de la Edad Media se dejó a un lado lo recargado y exuberante del maquillaje romano y se pasó a la sencillez y naturalidad de las pieles pálidas y los colores neutros y suaves. Sin embargo, durante esta época, los labios tenían gran prominencia y se resaltaban con labiales de color rojo, que hacían juego con cejas oscuras.
La influencia de la iglesia católica sobre esta civilización fue de gran importancia para juzgar el maquillaje como un elemento que era utilizado por prostitutas y, en general, por las mujeres para seducir a los hombres. Según la doctrina de esta fe, el cuerpo había sido creado a imagen y semejanza de Dios y no necesitaba de cosméticos para embellecerlo. A pesar de esta posición de la Iglesia, las mujeres continuaron usando maquillaje gracias a su ingenio por crear productos naturales que las hicieran más bellas.
El ideal de belleza dominante en la Europa del medioevo se relacionaba directamente con la literatura de la época y el amor cortés, donde el caballero se emociona de forma sincera y noble por su dama, quien debe lucir como la Virgen María, considerada la mujer ideal. Por ello, la piel pálida, el cabello liso o ligeramente con rulos de color rubio, preferiblemente, era lo que se buscaba. Una apariencia que parecía sencilla, pero que no era fácil de alcanzar por las mujeres.
Pero el maquillaje no era un tema exclusivamente femenino, los hombres solían usarlo para verse más jóvenes y varoniles. Buscaban productos que los ayudaran con la caída del cabello y se lo pintaban para ocultar las canas.
Luego de la época de la Edad Media, donde el maquillaje sencillo predominaba, retorna con fuerza el uso de cosméticos durante el Renacimiento y la cultura italiana se ve impregnada por una estética femenina que vuelve a centrar sus ojos en la belleza.
Los monjes de la basílica de Santa María Novella, en Florencia, crearon en el siglo XVI el primer gran laboratorio de cosméticos y productos medicinales relacionados con la belleza y el autocuidado. La civilización renacentista se caracteriza por alabar el maquillaje e impulsar con auge su uso y producción a gran escala.
Las mujeres de la época, con muchas más opciones que sus antecesoras para escoger, usaban regularmente los ojos delineados con negro y los labios con colores intensos en forma marcada de corazón. Se depilaban la frente buscando más amplitud en el rostro al igual que sus cejas hasta casi hacerlas desaparecer. Los lunares pintados eran muy comunes y se decoloraban el cabello hasta rubio para adornar con grandes tocadas.
En Francia e Italia se redactaron los primeros tratados de belleza y se habló con propiedad sobre lo que hace el cosmético por el bienestar, principalmente de la mujer. Durante los siglos del Renacimiento se escribieron libros muy importantes como “Experimentos” de Catalina de Sforza, donde se recogían múltiples recetas de cosméticos, perfumes, maquillaje y belleza. En París se abre el primer instituto de belleza y se dan grandes pasos hacia la industrialización del maquillaje.
El maquillaje oriental del siglo XVI estuvo fuertemente influenciado por Japón y sus populares geishas. Estos personajes femeninos usaban un distintivo maquillaje que potenciaba sus rasgos exóticos para aumentar su poder de seducción. Su rostro era cubierto completamente con polvo blanco, hasta llegar al pecho y las manos, y se dejaban unas áreas sin pintar con la intención de formar una V o W cerca de la parte posterior del cuello que acentuara esta zona descubierta.
Los labios de las geishas iban delineados en forma de corazón y las cejas y ojos eran resaltadas con carbón negro. Las aprendices, denominadas “maiko», delineaban sus ojos con color rojo. La técnica del “ohguro”, que consistía en ennegrecer los dientes usando una mezcla con hongos y otros ingredientes, se mantuvo hasta el siglo XIX y se reservaba para eventos sociales de gran importancia.
Las mujeres comunes, por su parte, se maquillaban con finos polvos en tonos rosado o naranja y usaban alrededor de los ojos tinta china que untaban con bastoncillos en el párpado inferior. La antigua civilización oriental también experimentó con la pintura de fantasía, definición que se le da al maquillaje que juega con los colores para crear looks divertidos y diferentes, dejando fluir la creatividad y la imaginación.
La historia del maquillaje en Estados Unidos es pieza clave para entender su evolución hasta los tiempos actuales. El maquillaje moderno nace de la mano de la industria del teatro, cine y televisión norteamericana. La llegada de las películas y el boom de la televisión a color, contribuyeron con la producción en masa de maquillaje y su distribución a gran escala.
El cine impulsó que se asociara el maquillaje con una belleza inalcanzable, como la de las actrices de Hollywood, que eran presentadas y vendidas al público como reinas de la sensualidad. Detrás de las películas y la televisión, había millones de dólares en campañas publicitarias para incentivar el consumo de productos de belleza y la elaboración de nuevos cosméticos.
Durante las décadas del siglo XX se pueden diferenciar los cambios en las tendencias. A inicios de siglo, el maquillaje se basa en rostros pálidos y looks románticos con cabello ondulado, ya para los años 20, se usa excesivamente color en el rostro y se agregan accesorios exagerados a la vestimenta. Para finales de esta década, la mujer se incorpora al trabajo y el maquillaje pasa a ser más cómodo y sencillo, pero resaltando los labios.
En los años 30, el uso del maquillaje ya estaba extendido a todas las clases sociales y la industria cosmética había alcanzado un desarrollo abrumador. Las sombras doradas y plateadas se ponen de moda y el delineado de los ojos se hace más visible. Pero llega la Segunda Guerra Mundial y el maquillaje pasa a un segundo plano.
Para la década de los 50, finalizada la guerra, se inicia la recuperación del mercado cosmético que se apalanca en el resurgir de la moda y de las casas de alta costura como Dior y Chanel. Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor popularizan el color rojo en los labios y el maquillaje vuelve a cobrar fuerza a nivel mundial.
El empoderamiento femenino de los 60 y el movimiento hippie marcan nuevas tendencias más libres para el maquillaje. La revolución del marketing también causa impacto y da paso al exceso de colores de los años 70 y el gusto desenfrenado por la piel bronceada. En la década de los 80 predomina el estilo empresarial y la mujer opta por maquillajes más sobrios en tonos monocromáticos, dejando atrás los brillos y colores.
A partir de 1990, se vive una mezcla de estilos anteriores que se popularizan por temporadas hasta el año 2000. Se retoma el aspecto natural y difuminado del maquillaje, los labios brillosos con gloss y se busca principalmente la comodidad y frescura para el día a día.
La historia del cosmético en la actualidad es el resultado de un proceso de evolución que se remonta a la prehistoria y que, durante el siglo XX y lo que va del XXI, ha dado pasos agigantados para consolidar una industria de belleza moderna que mueve miles de millones de dólares anuales y que produce más y más productos de maquillaje cada día.
Conocer algunos datos interesantes y curiosos sobre el maquillaje no está de más, por lo que a continuación se describe una lista de diez, probablemente desconocidos por muchos:
La cultura del embellecimiento nunca ha sido un tema de mujeres exclusivamente y se puede comprobar repasando el origen del maquillaje. Desde la antigüedad, los hombres se valen de recursos cosméticos para cuidarse y verse bien, y la historia del maquillaje así lo demuestra. Aunque los estilos de maquillaje han evolucionado y las formas de usarlo varían de una generación a otra, la estrecha relación que existe entre el bienestar personal y su existencia es innegable.