Al leer sobre la historia del Reino Unido, pueden presentarse dudas acerca de que si Inglaterra, Gran Bretaña o Reino Unido son lo mismo. En el ámbito geográfico, estos términos guardan relación, pero para comprender su conformación y relevancia, es importante leer a profundidad los antecedentes históricos que fundamentan a las regiones administradas por la emblemática monarquía europea, protagonista de sucesos significativos no solo para el devenir del viejo continente, sino de toda la humanidad. Te invitamos a dar un recorrido por la historia de Gran Bretaña y demás localidades dependientes de la regencia de este legendario reino.
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Desde la prehistoria hasta la actualidad
Ya que tienes clara la ubicación de Reino Unido y algunos otros datos de interés, te mostramos un repaso de la historia de UK previa a la concreción de la Unión. Los primeros establecimientos de la isla de Gran Bretaña datan del Paleolítico, congregándose en culturas que, tiempo después, conformarían un dialecto y costumbre específica, como lo fueron los britanos y los irlandeses gaélicos, que conformaban la población de los celta insulares.
Un momento determinante dentro de la historia de Londres resumida fue su fundación entre el año 70 y 700 por parte de los romanos que, años atrás, habían invadido el sur de la isla para fundar la provincia de Britania. Luego del declive del imperio romano, pueblos germánicos hicieron lo propio al reducir el territorio y establecer los reinos anglosajones, los cuales impusieron su propia religión, costumbres e idiomas.
Como acontecimiento clave dentro de la historia de Inglaterra, para el siglo XIII se llevó a cabo la creación de la Carta Magna impulsada por los señores feudales que destacaron durante los reinados anglonormandos, siendo este documento el antecedente directo del sistema parlamentario británico que, más tarde, consolidaría la monarquía parlamentaria.
Dentro de las confrontaciones entre Gales, Irlanda, Inglaterra y Escocia, este último reino se apoyó en Francia, siendo uno de los tantos factores que provocaron la Guerra de los Cien Años (1337-1453) que trajo como consecuencia directa la derrota de los británicos sobre esta posesión territorial.
Este conflicto fue clara manifestación de las confrontaciones directas generadas por las diferentes disputas dinásticas que querían tomar el poder, enfrentamiento disipado con la llegada al trono de los Tudor en el siglo XV, los cuales dejaron un importante legado sobre sus dominios, sobre todo por medio de una reforma protestante que devino en la creación de la Iglesia Anglicana, disposición que quiso ser aplicada a otros territorios, lo que apuntó varios siglos de enfrentamientos políticos y religiosos.
Este forzado paso a la modernidad se vio afianzado durante el reinado de Isabel I, donde se fomentó la práctica de numerosas artes, además del progreso en la industria y el comercio, expandido de forma colonial, fundamento del futuro imperio, el cual se apoyó en el desarrollo de una impecable armada que garantizó el dominio marítimo de la corona inglesa.
La unificación de los reinos de Inglaterra, Irlanda y Escocia se dio luego de la llegada al trono de Jacobo VI en 1603, hecho que provocó una serie de guerras para garantizar la independencia de cada uno de los territorios mencionados. Esto generó la creación de la Mancomunidad de Inglaterra, Escocia e Irlanda, la cual derrocó al absolutismo real hasta que, gracias a la Declaración de Derechos de 1689, se determinó la base de la monarquía constitucional y el sistema parlamentario de acuerdo a la constitución británica.
Esta historia mínima de Reino Unido comienza a partir del 1º de mayo de 1707, cuando se firmó el Acta de Unión entre el Reino de Inglaterra (que dominaba Gales) y el Reino de Escocia. Este hecho vendría a consolidar la predominancia de la Inglaterra del siglo XVIII, que ya estaba dominando diversas colonias de ultramar. A pesar de la unión, la legislación y religión inglesa y escocesa permanecieron separadas, al tiempo que, de forma autónoma, instauraron sus sistemas educativos.
La primera regente del Reino Unido fue la reina Ana Estuardo, que permanecería en el trono hasta la llegada de la Casa Brunswick-Hannover en 1714, concretamente con Jorge I, monarca que inició la dinastía. A partir de ahí, el nuevo Estado soberano ha intervenido en todos los conflictos europeos, comenzando con la guerra de sucesión española, de donde obtuvo Gibraltar, Menorca y Nueva Escocia siguiendo el tratado de Ultrecht.
Inglaterra en el siglo XVIII vivió un importante avance en materia agrícola sustentado en un sistema comercial a la usanza capitalista, transformando así la forma de tenencia de tierras. A su vez, se sentaron las bases tanto de liberalismo económico, impulsadas por Adam Smith, como la de los dos principales partidos políticos, el conservador y el liberal.
A pesar de la escabrosa pérdida territorial sufrida durante la guerra de independencia de los Estados Unidos (1783), ganó importante terreno en Asia, África e India, donde aseguró nuevas colonias para desarrollar su expansión imperial. Valiosos también fueron los aportes dejados por un nutrido grupo de intelectuales ingleses dentro de la Ilustración, lo que permitió la difusión del saber a otras fronteras.
Los inicios de esta centuria resultaron sumamente importantes para la monarquía británica, ya que en 1800, posterior a la sublevación nacionalista de Irlanda, se disolvió el Parlamento de dicho país, el cual se anexó a la unión, que quedó denominada Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda.
Pero el hecho que robusteció el papel de Reino Unido como imperio fue, sin dudas, la Revolución Industrial, que dio sus primeros pasos en 1760 al abolirse el sistema feudal, y que vendría a arraigarse gracias a la mecanización del trabajo, comenzando por la industria textil para luego desplegarse hacia otras industrias, todo por medio de la invención de la máquina de vapor, el uso de combustibles como el carbón y la sustitución de materias primas como la madera por el hierro y el acero.
Este hito histórico significó una importante etapa de prosperidad económica, notables cambios en la estructura social y política, encabezada por la conservadora alta burguesía y la liberal media y baja burguesía.
Otro precedente de esa época fue la obtención de nuevos territorios alcanzados luego de la participación de Reino Unido en las Guerras Napoleónicas, sobre todo a partir de la derrota asestada al reconocido emperador francés en 1815 en Waterloo.
Esto ocasionó que el Estado se proyectase como la potencia más sobresaliente del mundo en el ámbito naval y económico, por lo que siguió involucrándose en otros enfrentamientos bélicos que, tiempo después, fomentaron el descontento social, emergido desde las masas populares y obreras, derivando en un destacado movimiento llamado Cartismo que impactó profundamente en la posterior promulgación de leyes a favor de la reivindicación laboral.
Luego de ser uno de los principales Estados promotores del comercio de esclavos, en 1807 se aprobó una destacada ley que sería el antecedente directo de la abolición de la esclavitud, alcanzada en 1833 en el Parlamento, que en el mismo año publicó la Ley de municipios y las leyes fabriles, siendo estas últimas normativas las que permitieron la formación de sindicatos en las industrias. Estos alcances moldearon lo que fue un sobresaliente movimiento laborista que, años después, hizo participación política en ambas cámaras parlamentarias.
Poder, fuerza y predominio mundial fueron las características del imperio de Reino Unido que trascendieron en su rol como contendor en las dos Guerras Mundiales surgidas en este siglo.
La entrada británica a la contienda se dio en 1914 como parte del bando aliado, cuando el estado soberano declaró la guerra al Imperio Alemán, luego de la ocupación germana a Bélgica, lo que promovió un notable aumento en las fuerzas armadas inglesas producto del alistamiento forzoso.
Otro hecho de interés es que en ese período, la monarquía británica tomó su propia postura, alejándose de sus parientes germanos hasta el punto de que la casa regente de este entonces, la Sajonia-Coburgo-Gotha, cambió su nombre a Windsor, denominación como se le conoce en la actualidad.
Paralelo a la confrontación, emergió un importante movimiento emancipatorio feminista que habría de tener su punto determinante con el derecho al voto de la mujer en 1917. Aunque su bando resultó ganador en la contienda, Inglaterra sufrió un debilitamiento a nivel económico que resultó en una huelga general en 1926, llevada por los laboristas que triunfaron en el ámbito político tres años después.
En ese lapso también se dio marcha a la partición de la isla irlandesa, resultado de una guerra de independencia que dejó al Reino Unido con el dominio de Irlanda del Norte, por lo que el Estado cambiaría una vez más su nombre a Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, manteniéndose hasta el presente.
La Sociedad de Naciones conformada luego de la Gran Guerra, garantizó el dominio británico sobre antiguos territorios otomanos y alemanes. El surgimiento de la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones) en 1931 avaló el rol británico en el ámbito diplomático, política exterior y cooperación internacional.
Una vez más, Reino Unido formó parte de la coalición aliada en 1939, luego de la declaratoria de guerra a la Alemania nazi, en el cual protagonizó un notable despliegue aéreo que impidió el avance germano por toda Europa Occidental. Encabezadas por Winston Churchill, las fuerzas británicas tuvieron un papel sobresaliente en la victoria aliada, que dejó pérdidas a nivel económico que pronto fueron mitigadas gracias al estadounidense Plan Marshall, que conllevó un camino hacia la recuperación.
Para la segunda mitad del siglo XX, Reino Unido vivió un período de bienestar en materia económica y cultural, efecto del carácter multiétnico impregnado por la Commonwealth para la causa británica. Otros alcances fueron su rol como miembro fundador y permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y de la OTAN, además de su adhesión a la Comunidad Económica Europea, predecesora de lo que sería años después la Unión Europea.
Sin embargo, en materia territorial, fruto de las tantas pugnas por preservar su dominio imperial, sufrió un marcado proceso de descolonización en países que se proclamaron independientes, además de la concreción de la autonomía en las naciones constitutivas de la región. El imperio británico había llegado a su fin en 1997.
Para el siglo XXI, el Estado soberano, a través de su primer ministro Tony Blair, apoyó a Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo desde 2001, desplegando sus tropas en Afganistán e Irak hasta 2021.
Otro importante hecho para la unión británica fue la celebración del referéndum para decidir su permanencia dentro de la Unión Europea, a lo que los habitantes de Reino Unido apoyaron en 2016 la salida del Estado, la cual se hizo efectiva en 2020 en un proceso popularmente llamado Brexit.
Hoy, el reino británico, con Isabel II al frente, la monarca con el reinado más extenso de la historia de Gran Bretaña, sigue teniendo relevancia en las decisiones europeas, manteniendo estrechas relaciones con sus anteriores dominios coloniales y con otras naciones del mundo.
A modo de síntesis, resulta fundamental dar a conocer algunos aspectos necesarios para comprender mejor qué es el Reino Unido y su situación en la actualidad.
La denominación oficial de este estado soberano es Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Coloquialmente, es llamado reino de Gran Bretaña, por la isla donde está establecida la mayor parte de su territorio y población; e Inglaterra, que no es más que una de las naciones constitutivas que conforman dicho reino.
En concreto, la localización de Reino Unido se halla en Europa Occidental en forma de estado insular. Esto es notable si se observa un mapa de Reino Unido, donde el estado unitario se encuentra desplegado en la isla de Gran Bretaña (la cual da erróneamente la denominación reino de Gran Bretaña a la entidad administrativa), el norte de Irlanda y los islotes adyacentes.
Ya que sabes dónde se encuentra Reino Unido, puedes estar preguntándote ¿qué países conforman el Reino Unido? El mismo está formado por Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte.
Entonces, ¿cuál es la capital de Reino Unido? La sede de gobierno de este territorio se encuentra en Londres, ciudad que, además, se asienta como parte de una nación constitutiva y un sistema parlamentario, forma de gobierno de Inglaterra actual.
Tomando en cuenta esta información, hay que aclarar si Reino Unido e Inglaterra es lo mismo. Mientras la primera denominación se refiere a la unión de naciones ya descrita, Inglaterra es el país más importante de esta región por ser el de mayor peso e influencia dentro del Estado.
El gobierno local de Gales, Escocia e Irlanda del Norte se maneja de forma descentralizada desde sus capitales Cardiff, Edimburgo y Belfast, respectivamente. Por otra parte, el sistema de gobierno de Inglaterra tiene una legislación que depende directamente del Parlamento británico y del Gobierno del Reino Unido, por lo que su organización es un tanto compleja. Lo cierto es que la regencia del estado soberano se maneja a través de una monarquía parlamentaria encabezada, en la actualidad, por la reina Isabel II como jefa de estado, secundada por un primer ministro como jefe de gobierno.
El número de habitantes de Reino Unido se ubica, según estimaciones, en 67.747.826 personas (2020), las cuales se encuentran desplegadas en una superficie total de 244.820 km², siendo el territorio de Inglaterra el que más extensión ocupa en comparación con las otras naciones; alrededor de 130.000 km², más de la mitad del territorio del reino.
La división administrativa con mayor población de Gran Bretaña es Londres, con más de 12 millones de habitantes. Y ¿cuál es la capital de Londres? Su ciudad homónima, la más reconocida del mundo.
Este repaso por la historia del Reino Unido viene a afianzar lo que ha sido para el mundo la preeminencia del otrora imperio que, tiempo atrás, llegó a ser poderoso en muchos ámbitos, alcanzado incluso el estatus de potencia mundial en siglos anteriores. La historia de Gran Bretaña no ha quedado exenta de acontecimientos destacados y hasta controversiales para la humanidad, demostrando la influencia que ha tenido este reino hasta la actualidad, época en la que sigue siendo un tema de interés para muchos países. Esperamos que esta historia de Reino Unido resumida haya permitido aclarar todas las interrogantes vinculadas a este trascendental territorio que.