La identidad del hombre en la máscara de hierro es un misterio que sigue sin resolver al día de hoy. Desde el siglo XVII muchos historiadores han generado numerosas teorías sobre la identidad y existencia del famoso prisionero sin rostro de Francia.
El interés por este enigmático personaje, que fue condenado a una terrible forma de prisión, incluso llegó al cine a través de dos películas hollywoodienses, de las cuales la protagonizada por el actor Leonardo Di Caprio tuvo gran popularidad.
Pero, ¿quién fue realmente el hombre tras la máscara de hierro? A continuación revisamos algunos datos históricos y las teorías que se han dado a lo largo del tiempo…
Fue encarcelado y exiliado hasta su muerte
De acuerdo a los documentos oficiales de la Francia del siglo XIV, este hombre fue condenado a prisión en 1669 en en una fortaleza ubicada en los Alpes franceses.
Luego, en 1681, fue llevado a Exiles y, en 1687, vuelve a ser trasladado a otro lugar, la isla de Saint Marguerite. En esta isla se le mantuvo prisionero durante 11 años, hasta que fue enviado a la Bastilla, París, lugar en el que falleció en 1703.
De acuerdo a los documentos, solo dos testigos llegaron a ver al prisionero de la máscara de hierro, además de los oficiales carceleros.
Según los registros, se sabe que el hombre usó una máscara de hierro durante casi toda su condena hasta que estuvo en la isla de Saint Marguerite.
Posteriormente, con el último traslado que tendría hacia la Bastilla, esta máscara es reemplazada por una de terciopelo negro.
Además de tener que usar la máscara como parte de su condena, este prisionero no debía comunicarse con absolutamente nadie, cumpliendo así un voto de silencio impuesto.
Si se le descubría intercambiando correspondencia o dirigiéndose a alguna persona, sería ejecutado. Toda la historia que surgió alrededor de este personaje misterioso ha levantado las suspicacias de los historiadores.
Si este prisionero conocía un secreto muy peligroso para el gobierno, sin duda era mucho más sencillo terminar con su vida, por ejemplo.
Un hermano gemelo del rey pudo haber sido el misterioso prisionero
Los historiadores han elaborado ciertas teorías sobre los posibles personajes tras la máscara de hierro. Una de las teorías principales, sugiere que el prisionero pudo haber sido un hermano gemelo mayor del rey Luis XIV, tal como se muestra en la cinta protagonizada por Di Caprio.
La teoría indica que el rey habría descubierto que este hermano gemelo era el primogénito, por lo que tenía derecho legítimo sobre la corona, pero esto al final solo le valió una terrible prisión para que no se conociera ni su rostro, ni su existencia, que era peligrosa para el rey.
Otros alegan que el prisionero pudo haber sido el verdadero padre de Luis XIV, de quien se supo su identidad al reclamar sus derechos sobre el rey, lo que al mismo tiempo pondría en descubierto la incapacidad para engendrar del rey predecesor, Luis XIII.
Esto daría como consecuencia que Luis XIV estuviese usurpando el poder, al no ser hijo biológico de Luis XIII.
También hay quienes afirman que el prisionero en realidad era una mujer y que esta sería la única hija que tuviese Luis XIII. Al descubrir Luis XIV que no era hijo biológico del rey y que además este tenía una única hija, mandó a encarcelarla.
Por último, otros piensan que el prisionero fue Moliere, un dramaturgo francés bastante crítico de la corona.
Nicholas Fouquet es quien completa la lista de posibles prisioneros, ello porque presuntamente descubrió que Cristo no había muerto en la cruz, sino que había escapado a Francia, dando a pie a un linaje secreto de antepasados directos.
¿Realmente existió este prisionero?
Otros historiadores debaten sobre la existencia real del prisionero, así como el hecho de que no fuese asesinado sino encarcelado.
El hecho de que se le haya perdonado la vida pero pagando el alto precio de su condena, hace inferir que este prisionero tenía una conexión de primer rango con la realeza.
Asimismo, los registros no muestran ningún indicio de su identidad, por lo que el secreto que guardaba este hombre era bastante delicado, pero al mismo tiempo contribuyó a guardar el mismo junto al resto de las personas involucradas.
Finalmente, quienes dudan de la existencia del prisionero se basan en el hecho de que la única manera de no haberse conocido su identidad, obedece al hecho de que sencillamente nunca existió.
En tal caso, esto solo fue una historia o rumor que Francia propagó en aquel entonces para atemorizar a sus disidentes, advirtiéndoles que podrían pagar este tipo de condena.