Debido a terremotos, al aumento del cauce de un río, o por la acción directa o indirecta del hombre, son muchas las iglesias sumergidas que han quedado olvidadas bajo el agua.
En el caso de España, aproximadamente unos 500 pueblos, muchos de ellos pueblos medievales con un valor histórico incalculable, fueron inundados por el agua de los pantanos y embalses que se construyeron en su mayoría durante la época franquista. No obstante, en temporadas de sequía, cuando baja el nivel del agua, las iglesias de esos pueblos vuelven a ver la luz del sol, y, con cada una de ellas, emerge un pedazo de historia.
Esta es la historia de las 10 iglesias sumergidas más espectaculares del mundo.
El pueblo de San Román de Sau (Barcelona) fue anegado en el año 1962, cuando se construyó el embalse de Sau. El abandono del pueblo provocó tal conmoción mediática que incluso se rodó una película que relata la historia: Camino cortado.
De las aguas del pantano emerge el campanario de la iglesia románica del siglo XI, que ahora sirve para calcular el nivel del embalse. Cuando hay sequía, la construcción llega a quedar completamente descubierta, junto con otros restos del pueblo.
La iglesia parroquial de San Román fue construida en el año 1061 y la consagró el obispo de Vic, Guillem de Balsareby. La tipología de la iglesia es lombarda, con una sola nave, y el campanario cuadrado tiene tres pisos de altura.
Durante una remodelación efectuada en el siglo XVIII se eliminó el ábside y el campanario se cubrió con un techo piramidal.
En la provincia de Bolzano (Italia) existían dos lagos naturales, el lago de Curon y el lago de Resia, pero en el año 1950 se creó un lago artificial mucho mayor al unir ambos con la construcción de una presa, sepultando bajo sus aguas el pueblo de Graun y 523 hectáreas de tierra en la que los habitantes cultivaban.
El único superviviente fue el campanario de la iglesia de Santa Caterina, la antigua iglesia de Graun, cuya parte superior emerge de las frías aguas del lago de Resia, originando una estampa insólita y extraordinaria. El campanario se construyó en el 1357 y es de estilo románico.
El pueblo se estableció a varios kilómetros del lago, aunque adoptó otro nombre: Curon Venosta. Sus habitantes cuentan la leyenda de que, en invierno, hay ocasiones en las que se pueden oír las campanas de la vieja iglesia, aunque es imposible porque se retiraron de la torre en 1950, antes de que se inundara el pueblo.
La belleza del paisaje y la historia de la iglesia atraen a muchos turistas y familias, que hacen senderismo o practican kite surf en el lago.
Durante el invierno, las aguas se congelan y muchos viajeros intrépidos caminan sobre el hielo hasta el campanario. También suelen practicar el esquí de fondo y el patinaje sobre hielo.
El Templo de Quechula, también conocido como Templo de Santiago, emerge de las aguas cuando hay escasez de lluvias y el nivel del embalse Netzahualcóyotl desciende veinte o veinticinco metros.
La antigua población de Quechula y su iglesia quedaron sumergidos después de que se construyera la presa de Malpaso en el año 1966.
Un grupo de frailes dominicos dirigidos por Fray Bartolomé de las Casas construyó esta imponente edificación en el siglo XVI.
La fachada se conserva en relativas buenas condiciones, y permite admirar la riqueza arquitectónica de la antigua construcción colonial, que tiene 55 metros de largo y 12,8 de ancho.
La primera vez que la iglesia fue visible, en el año 2002, los indígenas zoques de la población celebraron una misa para honrar al pueblo de Quechula, que fue un bastión de la evangelización por parte de los españoles. En aquella ocasión bajó tanto el nivel del embalse que los visitantes podían acercarse caminando hasta la iglesia.
Cuando en época de sequía las ruinas del templo quedan descubiertas, cosa que ocurre de forma periódica, los pescadores de la región se convierten en guías que llevan en sus barcas a los visitantes que desean contemplar la iglesia.
El templo de Quechula se suma a la extensa lista de construcciones mexicanas envueltas en misterio, actualmente liderada por la imponente ciudad de Teotihuacán, con más de 2.000 años de antigüedad y cuya construcción parece obra de extraterrestres.
Construida en el siglo XVIII en estilo barroco, la iglesia de la Natividad de Cristo fue sumergida bajo las aguas del lago Blanco, junto al pueblo de Krokhino, a principios de la década de 1960, cuando los soviéticos crearon la Hidrovía del Volga-Báltico.
Aunque en la actualidad está muy deteriorada y parcialmente derruida, en su arquitectura se sigue apreciando la belleza que tuvo en su mejor momento. Lo más probable es que en pocos años se produzca un colapso de la estructura y la iglesia desaparezca en el fondo del lago.
Sus restos se han convertido en una atracción turística y muchos viajeros navegan por el río Sheksna para contemplarla más de cerca e inmortalizarla con sus fotografías.
El pueblo de Potosí, en el estado de Táchira, fue desalojado en 1985 tras la construcción de la presa de Uribante Caparo. Potosí desapareció bajo las aguas y como único testigo quedó la cruz del campanario de la iglesia, que asomaba sobre la superficie del embalse de Uribante.
A partir de 1998, los pescadores y turistas que navegaban por el pantano empezaron a darse cuenta que la cruz de la iglesia iba elevándose sobre la superficie del agua, como si quisiera alcanzar el cielo.
Lo que ocurrió es que el nivel de las aguas empezó a descender debido al cambio climático y a la sequía, hasta que en el año 2009 la iglesia de Potosí llegó a quedar completamente descubierta, junto con otras ruinas del pueblo y un cementerio cercano.
La iglesia, construida en el siglo XVII, es de estilo gótico, como las principales catedrales de Londres. La fachada está todavía en buenas condiciones y sigue reflejando su belleza arquitectónica. Sin embargo, el resto de la construcción ha sufrido daños más importantes.
El Parque Nacional de Mavrovo no es muy conocido fuera del país, pero es un destino vacacional muy popular para los macedonios aficionado al senderismo y al esquí.
Toda la región tiene una belleza natural impresionante, en especial, a orillas del lago Mavrovo.
En el año 1953 se construyó la presa Radika y se creó el lago artificial, quedando sumergida bajo sus aguas la iglesia de San Nicolás. Solo estuvo en funcionamiento 153 años desde su construcción.
Cuando baja el nivel del agua del lago, lo que suele ocurrir durante los veranos más secos, el viejo edificio con el techo hundido y cubierto de vegetación queda atascado en el barro de la orilla, pero con su campanario erguido, desafiando el paso del tiempo.
En el año 1946 se construyó el embalse del Ebro y dos terceras partes de la localidad de Las Rozas de Valdearroyo (Cantabria) quedaron inundadas, junto a otros cuatro municipios: Quintanilla, Quintanilla de Bustamante, La Magdalena y Medianedo.
Las aguas también cubrieron la iglesia de San Roque de Las Rozas, de cual, actualmente, solo queda en pie el campanario, conocido en el lugar como «La Catedral de los Peces».
Cuando el nivel del pantano está bajo, es posible acceder a la impresionante torre por medio de una pasarela de madera que tiene 54 metros de largo y cumple la función de puente. También se puede ascender por el interior a través de una escalera de caracol.
Son muchos los visitantes que suben hasta lo más alto del campanario para utilizarlo como mirador y disfrutar de las espectaculares vistas que ofrece del pantano, que se extiende durante 22 kilómetros y está rodeado de montañas, bosques y prados.
El enclave tiene una gran relevancia ecológica y forma parte de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Cantabria.
La historia del pueblo de Churumuco narra la lucha constante contra la adversidad y la destrucción. A principios de la guerra de la independencia de México, en el año 1810, desapareció gran parte de su población, convirtiéndose casi en un pueblo fantasma.
En el año 1930 se había recuperado y contaba con unos 1.300 habitantes, por lo que obtuvo la categoría de municipio. Sin embargo, 35 años después volvió a golpearle la desgracia cuando se construyó la presa de Morelos Infiernillo y las aguas cubrieron todo el pueblo, su iglesia y las áreas cultivables. Los habitantes se establecieron en otro lugar, al que llamaron Nuevo Churumuco.
La parroquia de San Pedro Apóstol sigue en pie, emergiendo de las aguas, y se ha convertido en todo un espectáculo turístico.
Fue construida en el siglo XVIII y es un exponente de la historia de México, ya que en ella ofreció misas José María Morelos y Pavón, el religioso, político y militar mexicano que lideró el movimiento independentista.
Unas fotografías aéreas que realizaba el gobierno en el año 2014 revelaron la existencia de la estructura de una iglesia bajo las aguas del lago Iznik.
Los arqueólogos de la Bursa Uludag University están trabajando actualmente en las ruinas, que se encuentran a 50 metros de la orilla y a una profundidad de solo 3 metros.
Se trata de una basílica cristiana de estilo bizantino consagrada al mártir San Neófito, que fue ejecutado en aquel lugar en el año 303. El templo fue destruido algunos siglos después por un terremoto, en el 740.
Sin embargo, lo más relevante del descubrimiento es que en esta basílica cristiana tuvo lugar el Primer Concilio de Nicea, presidido por el emperador romano Constantino I en el año 325, donde se estableció, por ejemplo, la fecha de la Pascua. Por eso las ruinas del templo son un enclave muy importante para la cristiandad, y han sido buscadas durante mucho tiempo.
A orillas del río Volga se encontraba la ciudad de Kalyazin, la cual alcanzó un importante desarrollo a partir de la construcción del monasterio Makarievski en el siglo XV.
La abadía comprendía varios edificios de gran interés histórico, siendo uno de ellos la magnífica catedral de San Nicolás, construida en el siglo XVIII.
Sin embargo, Stalin ordenó en el año 1940 la construcción del embalse de Úglich, y el emblemático monasterio fue demolido, con la excepción del campanario de la catedral de San Nicolás, que sigue erguido sobre las aguas del estanque Úglich.
La ciudad de Kalyazin fue trasladada a un lugar más elevado.
La belleza del campanario ortodoxo dividido en cinco pisos se ha convertido, con el tiempo en el principal objetivo turístico de la región. Por este motivo, el gobierno decidió apuntalar la estructura y construir a su alrededor un islote artificial, en el que pueden atracar las pequeñas embarcaciones.
Durante el invierno, cuando el estanque se congela, es posible caminar sobre el hielo y acercarse hasta el campanario para visitarlo. Además, una vez al año se realiza en su interior una ceremonia religiosa.
Pese a la erosión y a las condiciones adversas, estas iglesias sumergidas siguen manteniendo una buena parte de su belleza arquitectónica, y son heraldos de historias que emergen del agua para no ser olvidadas.
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Woooo eso es sorprendente quisiera ir la iglesia undida de venezuelA a visitarla