Teniendo en cuenta que más del 50% de la corteza cerebral trabaja para la visión, las ilusiones ópticas podrían influenciar más de lo que se cree en el nivel de percepción de cada individuo.
Esa sección del cerebro ha sufrido de ilusiones desde la época de los antiguos griegos (350 a.C.) hasta nuestros días. Actualmente, la Neurobiología Teórica es la ciencia que mejor explica el funcionamiento de las ilusiones ópticas y cómo juegan sus trucos con la mente.
Las ilusiones ópticas demuestran cómo cada individuo percibe el tiempo y el espacio, a la vez que denotan su nivel de conciencia. Por ende, en muchos casos, lo que los individuos dicen o piensan que ven, no es necesariamente real.
Las primeras ilusiones ópticas de las que se tiene registro datan de 350 a.C., cuando Aristóteles hizo referencia a un efecto denominado “efecto posterior al movimiento”, o la “ilusión de la caída de agua”.
Lo que descubrió Aristóteles fue que, si se mira fijamente una catarata o caída de agua, específicamente las rocas debajo de ella, estas parecerán moverse en una dirección opuesta a la de la corriente de agua.
En el siglo XIX surgieron las ilusiones ópticas primitivas como la de “Ponzo”, en la cual, líneas de la misma longitud pueden parecer de diferentes tamaños, cuando se colocan entre líneas paralelas convergentes.
Luego, en el siglo XX, las ilusiones ópticas fueron el debate predilecto entre artistas y científicos. Del lado de los hombres de la ciencia, David Hubel y Torsten Wiesel descubrieron que algunas neuronas de la corteza visual del cerebro se activan solo cuando los objetos son orientados en ciertos ángulos.
Por otro lado, el artista Victor Vasarely realizó sus obras bajo el estilo “Arte Óptico”, usando la teoría de ilusión de cuadrados anidados, la cual sugiere que el cerebro identifica las formas a través de ángulos.
Recientemente, en el siglo XXI, surge la Neurobiología Teórica, que afirma que el cerebro siempre se encuentra en modo predictivo. Esto para compensar la brecha que existe entre un evento real y la percepción de la conciencia respecto del mismo.