El impacto de la transformación digital abarca todos los sectores económicos, incluyendo el industrial. Los avances en el área de la computación, la aplicación de tecnologías disruptivas y el concepto de las fábricas inteligentes son la base de la Industria 4.0 o “la cuarta revolución industrial”.
Los datos son protagonistas de la nueva era industrial. Para lograr un cambio progresivo y generar valor, los líderes del sector sacan partido al análisis del Big Data.
Con un enfoque analítico y una gestión eficiente de los datos se obtienen importantes beneficios, como la reducción del tiempo de inactividad y el aumento del volumen de producción.
Sin embargo, se deben estandarizar los protocolos de producción para aprovechar al máximo la digitalización. Actualmente, aún existen demasiados usos.
Las grandes empresas, como siderúrgicas y fabricantes de automóviles, eran las que más se beneficiaban de la automatización de procesos. No obstante, en la época de la Industria 4.0 se puede observar cómo evoluciona también el proceso de fabricación de las empresas pequeñas y medianas.
Tras la revolución digital y después de analizar el panorama actual, no es difícil imaginar el futuro de la industria. Se puede realizar una sencilla clasificación de dos categorías:
Fábricas que estarán situadas en zonas industriales, muy bien conectadas con el ecosistema industrial. Será necesaria una gran infraestructura y una excelente logística para entregar los productos.
Las plantas serán sofisticadas y altamente especializadas. Se realizará un control minucioso de los procesos y se utilizarán miles de sensores para obtener datos en línea que permitan la toma de decisiones.
Formarán parte de las ciudades, serán flexibles y proporcionarán productos al consumidor más cercano. Las fábricas urbanas serán compactas, seguras, limpias, eficientes energéticamente y con mínimo impacto ambiental.
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Interesante artículo sobre la Industria 4.0