La genética es la parte fundamental de nuestra estructura física, fisiológica, inmunológica e incluso social, nuestro cuerpo funciona como un engranaje, donde cada pieza contribuye al buen desenvolvimiento del resto de las piezas, así como SpinCity casino no sería un casino sin juegos de azar y apostadores, ambos contribuyen al crecimiento del centro de apuestas.
Cuando se forma un hogar y la pareja está a la espera de su primer hijo, surgen las típicas preguntas, ¿será hembra o varón?, ¿tendrá los ojos del color de mamá o papá?, ¿será alto o bajito?, y todas las respuestas tienen una misma respuesta, depende de los genes de los padres y cuál sea el gen dominante en el proceso de formación del feto.
Color de piel, tipo de cabello, color de ojos, marcas o lunares familiares no son los únicos rasgos que comparten la genética de los padres, esto también afecta la predisposición a ciertas enfermedades como la diabetes, la hipertensión e incluso el cáncer. Por este motivo analizaremos el impacto genético en nuestras vidas.
Para entender mejor la influencia de la genética en nuestra salud y estilo de vida, debemos comprender que la genética es una ciencia que estudia la secuencia de ADN de un individuo, esta cadena de ADN está formada por nucleótidos, que difieren de posición de una persona a otra, el cual se forma de la combinación de dos seres humanos, hombre y mujer.
La cadena de ADN guarda nuestros más grandes secretos, allí está codificado no solo nuestro aspecto externo, sino también cómo será nuestra personalidad, nuestra capacidad intelectual y a qué enfermedades tendremos mayor predisposición a desarrollar.
Algunos aspectos son modificables por el entorno social, pero el componente de la carga genética está presente, incluso aspectos como la agresión, la resiliencia, las habilidades para las artes escénicas, para las matemáticas u otros, están vinculados a nuestros genes.
La predisposición genética a padecer una enfermedad es una realidad, no es una fantasía de una película de ciencia ficción, por lo general, uno de los dos padres transmiten el gen que lleva la anomalía o mutación responsable de la susceptibilidad del hospedero.
En una familia dónde la bisabuela, la abuela, la madre son hipertensas, notamos que existe una constante, las mujeres “heredan” la enfermedad, ¿qué sucede con la hija?, tiene un elevado porcentaje de padecer la enfermedad, pero con esta información, se puede hacer correctivos en el estilo de vida, para evitar tal padecimiento.
Nacemos con una huella en nuestros genes, pero puede ser frenada por nuestro medio ambiente y los hábitos que vayamos adquiriendo a medida que pasan los años, en este caso el medio ambiente y el entorno juega un rol fundamental.
Otro ejemplo que pasa desapercibido es que los seres humanos tenemos la capacidad de distinguir los colores, habilidad que no poseen todos los animales, pero hay tres genes que actúan en la retina y que favorecen la síntesis de una proteína (oxinas), que son las encargadas de la visión de colores, estas distinguen el rojo, el azul y el verde, así como los matices que derivan de ellos.
Si se presenta una mutación en estos genes, el individuo pudiera tener ceguera de un color, estar ciego o ser daltónico, ¿notas la importancia de los genes en nuestras vidas?
Hombres y mujeres tenemos notorias diferencias fisiológicas, físicas y emocionales, el hombre suele ser más racional, la mujer más emocional, esto se debe a que el hombre y la mujer activan más un hemisferio del cerebro, que el otro.
Los genes tienen un alto porcentaje de definir nuestro comportamiento, los hombres suelen ser más sexuales y las mujeres más emotivas, esto hace que el sentido de permanecer en una relación amorosa difiera para sus integrantes.
Genéticamente, el hombre busca múltiples recursos (parejas) para la reproducción, el hombre solo “siembra la semilla”, mientras que la mujer tiene el proceso de gestación y crianza en los primeros meses, esto sucede incluso en los primates.
Venimos de una sociedad polígama, pero la sociedad y el estilo de vida nos lleva a la monogamia, aunque genéticamente nuestro comportamiento sea otro.
Con esto queremos dar a entender que aunque exista un fuerte componente genético que marque nuestra salud y personalidad, estos los podemos moldear y así cambiar patrones a los que estamos predispuestos.
No podemos culpar de todo a la genética, sería irresponsable, porque de acuerdo a investigaciones científicas, los genes afectan en un 35% la posibilidad de desarrollar una enfermedad o adquirir una conducta patológica (como la agresión o incluso la poligamia), siendo nuestro estilo de vida el que tenga la última palabra.
Si vienes de una familia con historia de cáncer, enfermedades endocrinas, neurológicas o coronarias, lo recomendable es aplicar los correctivos en los hábitos alimentarios y los cuidados personales para reducir la posibilidad de desarrollar una patología.
Los genes pueden definir nuestra vida, pero debemos mantener una buena alimentación y hábitos de cuidado para minimizar su impacto negativo y maximizar los positivos, como son esas habilidades especiales.