Un reciente estudio liderado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) ha revelado un hallazgo de importancia trascendental en el contexto de la actividad volcánica en las Islas Canarias. Los investigadores han identificado dos fallas tectónicas activas en la isla de La Palma, conocidas como ‘Tazacorte’ y ‘Mazo’, las cuales desempeñaron un papel crucial en el desencadenamiento de la erupción que culminó con la formación del volcán ‘Tajogaite’ en el año 2021.
El estudio, difundido a través de la revista científica ‘Applied Sciences’, ha recabado más de 300 datos relacionados con fracturas asociadas a respiraderos efusivos y la actividad sísmica posterior a la erupción. Estas fracturas, algunas de las cuales se manifestaron hasta nueve meses después del evento eruptivo, provocaron daños en viviendas e infraestructuras, generando un impacto significativo en la zona afectada.
Estudios preliminares sugieren que estas fallas podrían ser responsables también de la erupción del volcán de San Juan en 1948
Desde al menos 1980, se ha observado actividad en estas fallas, manifestándose en deformaciones en edificaciones e infraestructuras. Durante el proceso eruptivo, se registraron elevadas temperaturas y anomalías de gas en las áreas cercanas a estas fallas, lo que subraya su importancia en el contexto geológico de la región.
Incluso después de la erupción, en marzo de 2022, se detectaron nuevas fracturas en viviendas que no habían sido afectadas previamente, indicando la persistencia de la actividad tectónica en la zona. Algunas de estas fracturas ya habían sido reparadas en la década de 1980, lo que sugiere una continuidad en la actividad de las fallas a lo largo del tiempo.
Los movimientos registrados han sido intermitentes, sin que los residentes afectados pudieran determinar con precisión los intervalos en los que se producían
Para monitorear la evolución de las fallas, se han instalado hasta 40 puntos de medición en las estructuras afectadas, con el objetivo de mitigar al máximo los posibles efectos derivados de estos movimientos tectónicos.
A pesar de que no se ha observado una actividad sísmica significativa recientemente, los investigadores sugieren que estos movimientos podrían estar asociados a la fluencia sísmica. No obstante, advierten que este estudio se encuentra en una fase preliminar y que se requerirá un seguimiento a medio y largo plazo para comprender mejor la evolución de las fallas ‘Tazacorte’ y ‘Mazo’.