La inteligencia emocional es la disposición que le permite al trabajador o colaborador tomar las riendas de sus impulsos emocionales, comprender los sentimientos de sus compañeros de trabajo y manejar amablemente sus relaciones laborales.
Con su libro Inteligencia Emocional, publicado en el año 1995, Daniel Goleman tuvo una gran repercusión, al difundir los beneficios de la inteligencia emocional en el trabajo y, entre ellos, destacó que la habilidad de influir en las emociones del equipo laboral es la clave del liderazgo, la popularidad y la eficiencia de cualquier empresa.
Hasta entonces, específicamente en la década de los 90, la inteligencia emocional en el ámbito laboral, era una noción que había pasado desapercibida. No obstante, tres décadas después, ha crecido el interés por la importancia del manejo apropiado de las emociones en los entornos de trabajo, lo cual avivó la popularización de este concepto.
Un equipo de trabajo liderado y conformado por personas con inteligencia emocional es el idóneo para establecer relaciones laborales armoniosas, eficaces y productivas. Hoy en día, está científicamente demostrado que las personas con inteligencia emocional en el trabajo son individuos capaces de influir positivamente en los demás y, sobre todo, persuaden con su ejemplo a los integrantes de su equipo.
De hecho, hay quienes consideran que el nuevo paradigma laboral trae como consecuencia que la inteligencia emocional sea más determinante que los índices de coeficiente intelectual.
En el mejor de los casos, el coeficiente intelectual parece aportar tan solo un 20% de los factores concluyentes del éxito de la entidad de trabajo. Entonces, de poco le sirve al individuo un cerebro brillante y un elevado coeficiente intelectual, si no logra comprender ni percibir las emociones propias y ajenas.
Sirve para evitar estallidos emocionales injustificados de ira, frustración, rabia, abatimiento y otros sentimientos inquietantes y nocivos tanto para el individuo, como para su entorno laboral.
Cabe mencionar que la inteligencia emocional en el entorno laboral le permite al ser humano interactuar de manera apropiada con sus compañeros de trabajo. Solamente las personas que dominan y gestionan de forma apropiada sus emociones son capaces de interactuar de manera positiva con los integrantes de su equipo de trabajo.
Aquí la persona identifica y entiende lo que siente y por qué lo siente. La persona logra comprender cómo el entorno le afecta de manera emocional.
En esta etapa, la persona logra manejar productivamente lo que siente y lo que piensa. Para poder gestionar de manera conveniente sus emociones, la persona debe tener previa consciencia de ellas.
En esta etapa la persona aprende a percibir cómo sienten y piensan las personas que forman parte de su entorno. También se preocupa por el comportamiento de su equipo de trabajo, para evitar que esas emociones comprometan su desempeño laboral.
En esta fase, la persona adquiere plena consciencia de las emociones de los demás, lo que le permite ser capaz de influir positivamente en ellos.
Es la capacidad que tiene toda persona de conocer cómo funcionan las emociones en su interior. Se trata de una habilidad inherente a la condición humana.
Si la persona es capaz de reconocer y entender cómo funcionan las emociones en su organismo, estará en capacidad de reconocer e identificar emociones negativas, como el estrés o la frustración, y, de este modo, impedir que afecten su rendimiento laboral.
Es la capacidad de que tiene el ser humano de reconocer, examinar y vigilar las emociones que experimenta para, con ello, lograr evitar que dichas emociones le superen o sobrepasen.
El autocontrol resulta fundamental para estar alerta ante cualquier emoción negativa que sienta cualquier persona dentro del ámbito organizacional. Cuando la persona perciba ira, rabia, frustración o abatimiento y tenga la destreza de autocontrol activada, estará preparada para gestionar correctamente esas emociones y no admitir que las mismas se desborden en perjuicio de sí mismo y de su entorno de trabajo.
Es la capacidad que tiene el ser humano para seguir adelante ante situaciones adversas y mitigar la manifestación de emociones negativas y dolorosas. Las personas que desarrollan automotivación tienden a ser más productivas en las actividades laborales.
Vale destacar que la automotivación es muy importante ante escenarios de incertidumbre, puesto que se ha determinado que el cerebro humano ha evolucionado para evitar situaciones dolorosas y acercarse a situaciones de bienestar.
Es la capacidad que tiene toda persona de ponerse en el lugar de los demás. Una persona empática tiene la habilidad de descubrir fácilmente los estados anímicos de los demás.
Las personas empáticas son capaces de sintonizar o conectarse mejor con las emociones y necesidades de las personas de su entorno. La empatía le proporciona al ser humano una información excelente para descubrir los sentimientos de sus compañeros y, sobre todo, para ser más comprensivo y tolerante con su equipo de trabajo.
Entrenar la mente para que se enfoque en el presente. Es lo que se conoce como atención plena.
Se refiere a la habilidad que tiene todo ser humano de concentrarse en el momento presente, dejándose de identificar con la mente y entrenarla para que concentre los cinco sentidos en este preciso instante, comprendiendo que la clave de la inteligencia emocional en el trabajo no es más que vivir concentrado en el presente, sin prestar atención a momentos que pertenecen al pasado o al futuro.
Cabe destacar que las empresas más famosas del mundo reconocen que la clave de su éxito es la inteligencia emocional de su capital humano. Incluso demuestran que su triunfo se atribuye al hecho de haber destacado por esmerarse en construir entornos laborales sanos, cómodos y productivos, que los convierten en los mejores lugares para trabajar.
Y una vez que se conocen los pasos para cultivar la inteligencia emocional en el trabajo, pueden hacerse extensivos y aplicables a cualquier área de la vida. De hecho, corresponde al ser humano ponerlos en práctica para conseguir el éxito, no solo en el ámbito laboral, sino también en cualquier otro ámbito de su vida.
“Cuida tus pensamientos porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos porque se convertirán en tu destino.” –Mahatma Gandhi.