En un descubrimiento sin precedentes, un equipo de investigadores de la Universidad de Tokio ha revelado que los herrerillos japoneses, una especie de pequeñas aves paseriformes, han desarrollado un sistema de comunicación gestual sofisticado.
Las aves utilizan un aleteo particular para indicar a su pareja que puede ingresar primero al nido.
Durante más de 320 observaciones realizadas en condiciones naturales, los científicos lograron registrar cómo los herrerillos utilizan un movimiento distintivo de aleteo para indicar a su pareja que puede ingresar primero al nido.
En la época de reproducción, cuando los herrerillos japoneses construyen sus nidos en cavidades de árboles, se observó un comportamiento peculiar. Antes de ingresar al nido, uno de los miembros de la pareja, generalmente la hembra, se posaba en una rama cercana y agitaba sus alas de forma deliberada hacia su compañero.
Este gesto inequívoco actuaba como una señal que otorgaba el paso al miembro de la pareja receptor, quien procedía a ingresar al nido mientras el ave que realizó el aleteo aguardaba su turno.
Este comportamiento cumple los criterios para ser considerado un gesto simbólico.
Según los investigadores, este comportamiento cumple los criterios para ser considerado un gesto simbólico, ya que solo se produce en presencia de la pareja y cesa una vez que el receptor ha ingresado al nido.
El investigador Toshitaka Suzuki, experto en lingüística animal de la Universidad de Tokio, explica:
«Observamos que los herrerillos japoneses agitan las alas solo en presencia de su pareja. El gesto lo realizan más a menudo las hembras, tras lo cual el macho entra en la caja nido, independientemente de cuál hubiera llegado primero. Si la hembra no agita las alas, entonces se introduce en ella antes que el macho en la caja nido».
Esta fascinante observación desafía la creencia de que la comunicación gestual es exclusiva de los seres humanos. Los investigadores sugieren que la capacidad de posarse en las ramas, liberando así las alas, pudo haber facilitado el desarrollo de esta forma de comunicación en las aves. Suzuki agrega:
«La ciencia cree que caminar sobre dos patas permitió a los humanos mantener una postura erguida, liberando sus manos para una mayor movilidad, lo que a su vez contribuyó a la evolución de los gestos. Del mismo modo, cuando las aves se posan en las ramas, sus alas quedan libres, y eso puede facilitar el desarrollo de la comunicación gestual».
Este descubrimiento abre nuevas perspectivas en el estudio del lenguaje animal y podría arrojar luz sobre los orígenes y la evolución del lenguaje humano. Suzuki, quien lleva más de 17 años dedicado al estudio del herrerillo japonés, expresa su entusiasmo:
«Seguiremos descifrando de qué hablan las aves a través de gestos, vocalizaciones y sus combinaciones. Este empeño no sólo nos permite descubrir el rico mundo de los lenguajes animales, sino que también sirve de clave crucial para desentrañar los orígenes y la evolución de nuestro propio lenguaje».