Josep Renau (1907-1982) fue muy importante en el desarrollo del arte español en los inicios del siglo XX, pero su persona y su legado han coqueteado con el olvido en los años siguientes, tanto por el deseo del autor de no mostrar sus obras en los museos, como por su relación con el Partido Comunista de España y el compromiso político consecuente, que no dejaría de manifestarse en su producción artística.
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Dividir al Renau artista del Renau político y militante es imposible, tal como veremos en los siguientes apartados, donde se abordan a grandes rasgos su biografía personal, su trayectoria artística y política, sus obras más representativas y los espacios con los que colaboró mediante sus creaciones.
Josep Renau Berenguer en el mes de mayo de 1907 en Valencia, siendo el primogénito de un pintor y profesor académico junto con una ama de casa. Gracias a su padre tuvo acceso a las obras maestras de siempre, y también a procedimientos estilísticos básicos y rudimentarios. Sin embargo, quizá lo más importante que él le inculcó haya sido el amor por el arte, y el objetivo de convertirse en un pintor, cosa que Renau conseguiría con el tiempo.
Renau ingresó a los 13 años en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos en Valencia, misma institución en que su padre daba clases, pero sería rápidamente expulsado por un conato de rebeldía plástica. Como castigo, su padre le obligó a trabajar en la litografía Ortega, aunque no dejaría de lado los estudios de Bellas Artes. Es así como en 1927, a los 20 años, recibiría el Premio Roig de Teoría de las Formas Arquitectónicas y Arte Decorativo y el Premio del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes en Teoría e Historia de las Bellas Artes.
Renau contrae matrimonio en 1932 con Manuela Ballester, una antigua compañera de la Escuela de Bellas Artes. Profesionalmente, este es el año en que Renau dirige el primer taller de fotolitografía en la capital del Turia, y donde también es contratado como profesor en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, la misma de la que fue expulsado y que ahora estaba en las manos del Ministerio de Bellas Artes.
Cuatro años después, a sus 29 años, Renau es nombrado director general de Bellas Artes del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Como director general, Renau organizaría el traslado de varias obras de arte preservadas en el Museo del Prado en vísperas de la Batalla de Madrid, y convertiría a la dirección general en un poderoso núcleo para la propaganda gráfica. En esta posición le ofrecería a Picasso la dirección del Museo del Prado y que Picasso aceptó, aunque más en un tono nominal que real.
Renau saldría de España en 1939 en condición de exiliado al término de la Guerra Civil y la caída de la Segunda República. Él pasaría un breve tiempo en Francia antes de obtener una visa que le llevaría a instalarse en México entre los años 1939 y 1958. Allí, dejaría de lado el compromiso político en pro de la realización de carteles de la vida cinematográfica, y también se dedicaría al muralismo por su propia cuenta y en colaboración con otros artistas, uno de ellos siendo el famoso muralista mexicano David Alfaro Siqueiros.
En una movida marcada por la afinidad ideológica y la falta de claridad de su futuro artístico, Renau abandona México en 1958 para instalarse en Berlín oriental, en plena Guerra Fría. Es aquí donde él termina de editar Fata Morgana USA – The American Way of Life, su obra más célebre y una de las primeras críticas sociales desde el arte. En este periodo de su vida elaboraría murales con un marcado contenido ideológico correspondiente con el modelo político de la Berlín Oriental.
En 1976 regresa a España a beneficio de la amnistía general, once años después de la muerte de Francisco Franco. Esta etapa de su vida se caracteriza por un enfoque retrospectivo hacia su obra, y en un intento por darse a conocer en una España que tenía deseos de recuperar a los artistas y creaciones previas y durante el franquismo. A pesar de lo anterior, Renau seguiría viviendo en Berlín de manera habitual, habiéndose acostumbrado a la ciudad.
Renau es ingresado en un hospital de Berlín en septiembre de 1982 y del cual no saldría a vivo. Tras una última crisis provocada por el cáncer de hígado, moriría en Berlín el 11 de octubre de 1982. Sus cenizas fueron enterradas en el cementerio berlinés de Friedrichfelde.
La política tuvo un rol muy importante en la vida de Renau. Por un lado, le abrió las puertas para colaborar con publicaciones que compartían su orientación política, pero por otro, marcó su recorrido físico en este mundo al llevarlo fuera de su país.
Es en 1928 cuando Renau tiene su primer contacto con la izquierda, específicamente con algunos panfletos anarquistas que circulaban en el Círculo de Bellas Artes. Esto despierta su conciencia crítica, preguntándose cuál era el auténtico sentido de su arte.
En el año 1931 se enroló en las filas del Partido Comunista Español, que en ese entonces solo tenía 10 años de fundado. Un año más tarde fundaría la Unión de Escritores y Artistas Proletarios (UEAP), que fue una organización civil valenciana creada por la izquierda política de la región y que era el capítulo español de la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios en Francia, organización comprometida a combatir al fascismo emergente en Europa. La UEAP fue crucial en el génesis de la revista Nueva Cultura, fundada por el propio Renau.
En el 1933 publica una serie de artículos teóricos en la revista Orto en los que establece su idea de un arte políticamente comprometido, y su perspectiva de cómo el sistema valorativo de la plástica debería recaer en su contenido ideológico, y en cómo sus concepciones pueden y deben ser entendidas en el contexto de la lucha ideológica por parte del Partido Comunista de España frente a la burguesía.
Al llegar a México, en 1939, estaría bajo la orden de Vicente Lombardo Toledano, secretario de la Confederación de Trabajadores de México y director de la revista Futuro, de corte marxista y para la cual Renau diseñó, por lo menos, treinta y siete portadas. En este periodo empezó a desarrollar serie American Way of Life, un producto directo de la Guerra Fría y del acercamiento del artista al estilo de vida estadounidense por una mera cuestión de proximidad física.
A finales de los cincuentas, Renau se trasladaría a la Berlín de la República Democrática Alemana o, en términos básicos, la Berlín Soviética, representando su retorno a la ortodoxia marxista. En el Berlín inmerso de lleno en la Guerra Fría, el arte gráfico era usado como un medio de propaganda y para atacar al enemigo, lo que Renau aprovechó a su favor para poner a disposición del Estado comunista sus talentos artísticos visuales mediante el arte político y los fotomontajes, pinturas murales y películas gráficas.
La trayectoria artística de Josep Renau puede visualizarse y dividirse en distintas etapas que dan cuenta de la evolución de sus propias condiciones de vida, así como de las influencias que recibía de un entorno dinámico y cambiante al son de la política y del hastío del artista. En este sentido, podemos identificar tres grandes momentos: su génesis en su España natal, su exilio en México, y su estancia en el Berlín soviético.
En 1926, con 19 años, Renau ya era un joven artista influenciado en gran medida por el Art Decó gracias a la influencia recibida a través de revistas internacionales como Jugend Kunst, Valori Plastici, The Studio, y otras. Los bocetos que se conservan de ese año dan cuenta de ello.
Es en 1928 cuando Renau expondrá por primera vez en el Círculo de Bellas Artes, recibiendo admiración de tanto la crítica como el público. Su muestra estaba caracterizada por una sensibilidad colorista, temas cosmopolitas y frívolos, y por una suerte de modernidad bella y selecta. Dos años después, se consagraría como uno de los mejores cartelistas valencianos al introducir en Valencia y en España el uso del aerógrafo.
Renau irrumpe definitivamente en el horizonte plástico entre 1932 y 1936. Vemos a un artista ligado con las vanguardistas comunistas de su época y que practica el fotomontaje como arte político. Además, ejerce un papel de renovación del cartelismo español al poner en práctica sus influencias del cartelismo ruso, el diseño gráfico constructivista de la URSS, y el fotomontaje postdadaísta de John Heartfield. Algunas de estas influencias quedarían en los carteles franquistas que empezarían a publicarse desde 1939.
A sus 32 años, el Renau que llegaría a México se dedicaría principalmente al diseño gráfico publicitario para poder sobrevivir. En este ámbito se puede identificar su vocación en la elaboración de carteles cinematográficos y, en menor medida, carteles con una orientación más política e ideológica.
Sin embargo, lo más relevante es la integración de Renau al movimiento muralista mexicano por parte del famoso muralista David Alfaro Siqueiros, que le pidió su ayuda para hacer un mural para el Sindicato Mexicano de Electricistas, el Retrato de la Burguesía. Es así como Renau pasaría a ser un pintor muralista, y sin dejar de ser cartelista ni ilustrador.
En 1946 empezaría a elaborar su pintura mural más conocida, España hacia América. Esta obra no se realizó en Ciudad de México sino en Cuernavaca, específicamente en el Hotel Casino de la Selva, al que Renau se trasladó junto a su familia en 1948 a instancias del empresario de construcción Manuel Sáenz. El mural estuvo listo entre 1951 o 1952, momento en que el artista y su familia regresarían a la capital mexicana.
El periodo berlinés de Renau no fue muy fructífero para Renau en términos de la ilustración gráfica, siendo el lapso breve lapso entre 1958 y 1959 el periodo creativo más importante en este ámbito. Desde entonces, lo más destacado del artista sería su rol como dibujante de filmes gráficos, y después como fotomontador y pintor de murales. Esto obedeció a su propio tedio por el cartelismo publicitario, y también por su salario otorgado por el Estado soviético, lo que permitía dedicarse al arte que le gustase más sin preocuparse por su sostenibilidad económica.
En este periodo termina la creación de The American Way of Life, una serie de fotomontajes que resultaron de su exposición a la publicidad estadounidense durante su exilio en México y uno de sus trabajos más ideológicos. La obra se publicó por primera vez y de manera parcial en 1966, en el libro Fata Morgana USA.
La práctica muralista de Renau en Alemania puede dividirse en dos etapas: la primera, que va de 1959 a 1966, es una época para tanteo y elaboración de obras menores. Más que pinturas murales, diseñó paneles murales caracterizados por sus pequeñas dimensiones y con algún que otro ayudante ocasional, pero que esencialmente eran la obra de un pintor aislado. El primer mural de esta época y el único relevante es La Conquista del Cosmos, que le fue encargada por la Oficina de Proyectos Industriales de Berlín.
Su segunda etapa muralista, de 1967 y 1982, es el verdadero periodo muralista del Renau berlinés, periodo en que pasaría de ser un pintor aislado a director de un equipo de trabajo o colectivo muralista. Dos de los murales más destacados de esta época son Geometría natural y geometría humana y Las fuerzas de la Naturaleza, que se alejaron del imaginario oficialista al resultar de los propios gustos del artista. A este periodo corresponden también El dominio de la naturaleza (1969), Unidad de la clase trabajadora y fundación de la RDA (1971-1972), y La marcha de la Juventud hacia el futuro (1974).
Josep Renau colaboró con varias revistas durante su vida, principalmente en la forma de ilustraciones y fotomontajes. Dichas colaboraciones han permitido conocer más a fondo su desarrollo artístico en el área del diseño gráfico y su interés por dar a conocer sus obras.
A continuación se mencionarán brevemente algunas de las revistas con las que Renau colaboró en su vida, así como el rol que jugó en cada una de ellas.
Revista valenciana que se publicaba ininterrumpidamente entre 1922 y 1937, lo que la convierte en una de las revistas de los años 20 más longevas. Tenía orientación anarquista.
Los fotomontajes de Josep Renau tuvieron su sitio en esta revista, siendo uno de los espacios en los que él desarrolló esta técnica con particular interés.
Revista quincenal que se publicaba en Madrid entre 1933 y 1934 y vinculada con el Partido Comunista Español. Renau aportó algunos de sus dibujos a esta publicación durante su corto tiempo de vida.
Crónica fue una revista semanal que se publicó entre 1929 y 1938. Incluía relatos cortos, contenido de moda, entrevistas, reportajes, crónicas.
Renau también aportó dibujos a esta revista.
Ésta fue una revista mensual publicada en Valencia entre 1932 y 1324 y de orientación obrera. Destacó por su notable variedad ideológica dentro de la izquierda obrera.
Se podían encontrar algunas portadas de Josep Renau en esta revista, y que tenían una visible influencia constructivista. También aportó artículos teóricos que giraban alrededor del arte y su compromiso político.
Revista cultural valenciana de la que se editaron 21 números desde 1935 hasta 1936 o 1937. Consistía de artículos y de muestras de arte visual. Renau fue fundador de esta revista, donde también contribuía con diseños.
Fue una revista especializada en cine que salió publicada en 1934 y que terminó su publicación en 1936 debido a la guerra civil.
Los carteles de Josep Renau encontraron un lugar de acogida en esta revista especializada en un momento en que el ilustrador ya empezaba a realizar carteles para el cine.
Es una revista mexicana de izquierda que sigue publicándose en la actualidad. En líneas generales ha mostrado una preocupación por el trabajador de clase obrera, siendo este parte de su audiencia objetivo.
Renau colaboró con Lux en su época de exiliado en México con algunas ilustraciones.
Fue una revista quincenal de sociología, ciencias y artes de orientación anarquista individualista que tuvo dos etapas de publicación: la primera en Madrid (1898-1905), y Barcelona (1293-1936). Renau contribuyó a esta publicación con ilustraciones.
En orden de ver mejor su genialidad a lo largo de su trayectoria artística, se presenta a continuación una breve muestra con algunas de las obras de Josep Renau que pueden considerarse como justas representantes de su talento artístico.
Uno de sus carteles más representativos, el camino en zigzag característico de la Exposición Guillot parece ilustrar los colores de la bandera tricolor republicana, sugiriendo un contenido político bastante sutil. Tiene influencias del cartelismo publicitario de principios de siglo.
En este célebre cartel, Renau hizo confluir el decorativismo del Art Deco con el vocabulario ruso del constructivismo ruso, dando lugar a una elegante ilustración.
Es uno de sus fotomontajes más representativos, y uno de los más críticos en cuanto al modo de producción capitalista, que es visualizado a través del lente religioso, metáforas y alegorías.
Es una ilustración realizada en pleno contexto de guerra civil española, y que indica cómo Renau pensaba que el pueblo defendería a la república del bando sublevado.
Este cartel comunista es uno de los que más deja ver su compromiso político. También fue realizado en el contexto de la guerra civil española.
Este fue su primer mural en su periodo de exilio en México, y lo hizo en colaboración con David Alfaro Siqueiros. Significó su integración al movimiento muralista mexicano, y la continuidad de su pensamiento político.
Las ilustraciones de esta serie de fotomontajes tenían la función de visibilizar los trece puntos de programa político de Juan Negrín, presidente de la Segunda República Española en el exilio.
Esta pintura representa la desolación y destrucción de la humanidad en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Renau pensó que era una de las obras más importantes de su carrera, por lo que la llevó consigo en su colección personal.
Este mural de 30 metros de longitud expone la historia de España desde la prehistoria hasta su llegada a América. La escena se desarrolla de manera ininterrumpida, presentando cada etapa a detalle y al mismo tiempo con brevedad.
Esta ilustración está fuertemente tematizada por el contexto de Guerra Fría, y representa cómo los líderes contradicen sus palabras con las acciones que sus gobiernos llevan a cabo.
Renau elaboró este panel mural en su primera etapa como muralista en Berlín. Fue un encargo realizado para el Círculo de la Televisión de Berlín.
Este mural se llamaba originalmente La conquista del sol, y pertenecía a un proyecto encargado por la Oficina de Proyectos Industriales de Berlín en 1959.
Este largo mural puede leerse como un compendio de la carrera artística de Renau hasta ese punto al incluir figuras metafóricas, alegóricas y reales.
Es una serie de fotomontajes que exponen un acercamiento de Renau al consumismo y política estadounidenses y, a grandes rasgos, el imperialismo norteamericano entre los sesentas y los setentas. Le tardó 15 años en completar, distribuyendo su realización entre México y Alemania.
Es una obra póstuma que culminó su colectivo muralista terminó 2 años después de su muerte. También se le conoce por el nombre de La naturaleza, el hombre y la cultura, y a grandes rasgos es una simbólico-decorativa que examina la relación del hombre con la naturaleza.
A lo largo de su vida, Josep Renau recibió diversos premios y reconocimientos como confirmación de su calidad artística. Aquí se presentan algunos de ellos.
Se repasan a continuación algunos apuntes de la vida del pintor Renau, así como de su trayectoria en el fotomontaje artístico.
Josep Renau (1907-1982) fue un artista y militante comunista español. En los comienzos de su trayectoria artística estaba fuertemente relacionado con la Segunda República Española, llegando a ser un exiliado político al término de la Guerra Civil y la caída de la república. Durante su vida fue llevado al exilio en México y posteriormente en la República Democrática Alemana, donde continuó con su quehacer artístico.
Josep Renau fue conocido por su prolífica trayectoria artística como muralista y artista gráfico, así como el influjo de su orientación política en su quehacer artístico. También se le conoce por haberle encargado a Picasso una de las obras más representativas del arte español, la Guernica, y también por ordenar el traslado de algunas obras del Museo del Prado durante la Guerra Civil.
Inicialmente, el estilo artístico de Josep Renau estaba fuertemente ligado con el Art Deco, pero a lo largo de su vida recogió influencias del constructivismo ruso y del dadaísmo mediante la obra de John Heartfield. Sus fotomontajes se caracterizaron por el diseño de sistemas visuales simbólicos, mientras que algunas de sus ilustraciones hacían uso de colores brillantes y otras de tonalidades más oscuras y sobrias.
La obra más famosa de Josep Renau es The American Way of Life, una serie de fotomontajes que ilustran temas como el capitalismo, consumismo, violación de derechos humanos, corrupción industrial, y problemas de género. Esta obra se considera como una de las primeras críticas al capitalismo desde el mundo del arte, así como un antecedente de lo que posteriormente sería el Pop Art.
El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) conserva buena parte de las obras de Renau, así como su archivo. Ellas le fueron entregadas por parte de la fundación que lleva el nombre del artista. Generalmente, las obras se conservan en la cámara acorazada de la institución, aunque también han sido expuestas en exposiciones individuales y colectivas.
Con Josep Renau observamos un ejemplo de lo estrecha que puede ser la relación entre arte y política. Desde el fotomontaje para la portada de una revista hasta murales, la obra de Renau es un reflejo de sus condiciones de vida y de una preocupación inagotable por la lucha política e ideológica hacia un estado de cosas con el que estaba en desacuerdo, pero dicha lucha no le impidió refrescar el cartelismo español e introducirse también en el fotomontaje, la pintura y el muralismo. En Renau encontramos a un artista integral, y uno de los máximos representantes del arte español de la primera mitad del siglo XX.