El origen de la escritura es el acontecimiento que marca el final de la prehistoria y el comienzo de la historia. Pero, ¿qué es la escritura? Podemos definir escritura como el conjunto de signos visuales, pintados o grabados, empleados para transmitir mensajes en un lenguaje determinado. Ahora bien, ¿por qué surge la escritura? La aparición de la escritura responde a la voluntad humana de registrar mensajes. Ello hizo que surgiera la escritura más antigua, la cual tuvo su cuna en la primera civilización del mundo.
Escritura pictográfica:
Qué es, tipos, características, curiosidades y ejemplos de pictografías de distintas civilizaciones
Resulta entonces oportuno preguntarse ¿cuál fue la primera civilización? La respuesta está clara: es Sumeria, una cultura ubicada en la antigua Mesopotamia, zona de Oriente próximo que actualmente coincide con las regiones no desérticas de Irak y la zona limítrofe del norte-este de Siria.
¿Cuál es y cuándo se inventó la escritura más antigua del mundo? La escritura cuneiforme es la forma más antigua de escritura conocida por la humanidad, ello de acuerdo a la versión científica tradicional más aceptada hasta ahora.
La escritura cuneiforme fue primeramente jeroglífica, siendo este el sistema de escritura más remoto que se conoce hasta la presente fecha.
De hecho, las escrituras jeroglíficas son las más antiguas de las escrituras primitivas propiamente dichas.
El cuneiforme se trata del sistema de escritura conocido más antiguo hasta la fecha y su comienzo ocurrió en la antigua Mesopotamia. Ahora bien ¿qué es la escritura cuneiforme? se refiere a un sistema escriturario cuyo soporte son tabletas de arcilla y ocasionalmente tabletas de metal y piedra. Se llama cuneiforme porque para trasladarla a la arcilla húmeda utilizaban unas cañas biseladas en forma de cuña.
La escritura más antigua consistía en una serie de marcas en tablas de piedra. No tenían letras sumerias, sino que las palabras eran dibujos, así que escribirlas llevaba mucho tiempo porque había un dibujo diferente para cada palabra.
Los sumerios plasmaron en escritura operaciones como multiplicaciones, divisiones y problemas geométricos. Gracias a ello, pudieron desarrollar tanto el lenguaje sumerio como sus conocimientos matemáticos y aplicarlos al desarrollo tecnológico que, posteriormente, exportarían a otras partes del mundo.
Henry Creswicke Rawlinson, soldado de nacionalidad inglesa, diplomático y orientalista, fue quien dedujo que el persa antiguo usaba un alfabeto silábico y lo descifró correctamente.
La teoría tradicional más aceptada coincide en que Rawlinson, fue quién inventó la escritura mesopotámica. Incluso, hizo el descubrimiento más importante de material que contribuyó al descifre final e interpretación de los caracteres cuneiformes, siendo su mayor contribución el descubrimiento de los números mesopotámicos y de los signos que tenían diferentes lecturas dependiendo de su contexto.
¿Qué civilización inventó la escritura? En la región de Sumeria ubicada entre losríos Éufrates y Tigris de Mesopotamia, surgió la escritura cuneiforme en torno al 3.300 a.C. Vale preguntarse entonces duda, la civilización sumeria, perteneciente a la sociedad mesopotámica.
En un primer momento se utilizaron imágenes elementales que fueron también usadas para recoger sonidos. Esta escritura posiblemente precedió a la de los jeroglíficos egipcios y se utilizó hasta el primer siglo después de Cristo.
Pero ¿por qué se inventó la escritura? surgió de la necesidad de las personas de dejar constancia por escrito de los negocios al momento de comercializar entre sí. Las palabras eran dibujos, así que escribir un esbozo llevaba mucho tiempo porque había un dibujo diferente para cada palabra. Los restos arqueológicos con rastros de la escritura origen de los sumerios se corresponden con tablillas de arcilla.
La mayoría de los investigadores coinciden en que la escritura cuneiforme nació en la antigua Mesopotamia, y en concreto en el seno de la cultura sumeria, aunque no está del todo claro en qué año se inventó la escritura, se estima que aproximadamente fue hace tres o cuatro mil años antes de Cristo. Y lo hizo como resultado de la necesidad que tenían los sacerdotes de llevar un preciso registro de cuantas mercancías entraban y salían de los graneros y almacenes de los templos que administraban en nombre de la divinidad, lo que dio origen a los primeros sistemas de escritura.
Como en el resto de escrituras arcaicas, en la escritura sumeria se observa una evolución desde pictogramas que representan palabras y objetos a símbolos sumerios pictográficos que componían un sistema capaz de expresar ideas abstractas.
Sobre el primer documento cuneiforme encontrado, es sensato preguntarse ¿cuál es la escritura más antigua del mundo? la respuesta coincide con el hallazgo del Código de Hammurabi, que fue cincelado hacia el 1700 antes de nuestra era y es considerado el primer escrito de la humanidad.
Se trata del conjuntos de leyes más antiguos que se han encontrado y uno de los ejemplares mejor conservados de este tipo de documentos creados en la antigua Mesopotamia. Fue escrito en piedra en 1750 a.C. por el rey de Babilonia (Hammurabi).
Se fundamenta en la presunción de inocencia y en aplicación de la ley del talión. También destaca el hallazgo de la inscripción de Behistún que data del año 522 a.C. Está inscrita sobre la pared de un acantilado en la provincia de Kermanshah, al oeste de Irán, a unos 100 metros de altura.
La inscripción incluye tres versiones del mismo texto, en tres lenguas antiguas diferentes, empleando escritura cuneiforme: persa antiguo, elamita y babilonio. La importancia de la inscripción de Behistún para el descifrado de la escritura más antigua es equivalente al de la piedra de Rosetta para el descifrado de los jeroglíficos egipcios.
Curiosamente, los niños dominan las formas de escritura cuneiforme con sorprendente facilidad. El British Museum organiza visitas escolares y los niños que conocen la escritura antigua se interesan por ella porque está realizada sobre arcilla en cuñas puntiagudas.
Muchas de las tabletas del British Museum corresponden a ejercicios escolares de caligrafía y ortografía. Este sistema de escritura no es un alfabeto ni tiene letras. En vez de eso utiliza entre 600 y 1.000 caracteres para escribir palabras o sílabas, o parte de ellas.
La historia de la escritura pone en evidencia que a las primeras escrituras (cuneiformes) les siguió la escritura egipcia, donde adoptó la forma de los célebres jeroglíficos, en su origen también pictogramas o dibujos que representaban seres y objetos, para figurar después también acciones y estados y convertirse más tarde en una escritura fonética.
En otros lugares como la China o Mesoamérica, la escritura habría seguido una evolución similar, también ligada de forma inexorable al incremento significativo del volumen de los excedentes agrarios y, desde luego, al nacimiento del Estado. Esta teoría parece ser hasta el momento, la más lógica y convincente, pues resulta coherente con lo que hemos visto hasta ahora.
Se refiere a la escritura jeroglífica egipcia. Se trata de un sistema de escritura pictográfica. La egipcia ha dado lugar al sistema de escritura alfabética antigua. Fue utilizado desde la época pre-dinástica hasta el siglo IV. Los antiguos egipcios usaron tres tipos básicos de escritura: jeroglífica, hierática y demótica; esta última corresponde al periodo tardío de Egipto.
Desde la época del Imperio Antiguo, la escritura demótica fue un sistema en el que se mezclaban logogramas, signos consonánticos (simples, dobles, triples e incluso de cuatro o más consonantes) y determinantes (signos mudos que indicaban a qué familia conceptual pertenece una palabra). Los escritos egipcios eran pictogramas que representaban objetos, personas o paisajes, pero no ideas abstractas.
Después de Mesopotamia, Egipto es considerado cuna de la escritura. Los escritos egipcios más antiguos conocidos se remontan al año 3250 antes de nuestra era. En esa época ya existían varios sistemas gráficos de escritura antiguos: conjuntos estructurados de signos en soportes diversos, como rocas o vasijas.
Los primeros símbolos jeroglíficos de los que se tiene constancia en Egipto datan del 3.200 a.C. aproximadamente. Con la unificación del Alto y Bajo Egipto hacia el 3000 a.C. se considera que se crea un primer sistema de escritura que estaría compuesto por unos 1.000 símbolos jeroglíficos.
La escritura jeroglífica quedó reservada para adornar templos y tumbas mientras que este nuevo sistema de escritura fue adoptado para la vida cotidiana. Muy pocos eran los que conocían la escritura en el Antiguo Egipto y formaban un gremio muy importante, el de los escribas. Valiéndose de una caña hueca, escribían sobre papiro o cerámica y estaban al servicio directo del faraón, que también sabía leer y escribir.
Cabe recalcar que, los primeros vestigios de literatura provienen del Antiguo Egipto con el Libro de los Muertos. Destaca especialmente la historia de Sinuhé, un relato en primera persona sobre el tesorero del rey del Bajo Egipto.
Se estima que los inicios de la escritura jeroglífica ocurrieron hacia 3300 a.C., aproximadamente en la misma época en la que surgió la escritura cuneiforme, un tipo de escritura de Mesopotamia.
Se cree que los jeroglíficos egipcios fueron influenciados por el sistema de escritura antigua de la región de Sumeria y que fue desarrollada antes que la egipcia en una región muy cercana.
Los egipcios se acostumbraron a atribuir un sentido a esos signos gráficos con independencia de su soporte y muchas veces basados en escritura en piedra.
Se consiguió descifrar escrituras egipcias gracias a los descubrimientos realizados por Thomas Young y, fundamentalmente, a Jean-François Champollion, quien logró descifrar el método de su lectura en 1822, 23 años después de ser descubierta la piedra de Rosetta.
Por ello, puede decirse que Thomas Young fue una figura célebre por haber ayudado a descifrar los jeroglíficos egipcios a partir de dicha piedra con el apoyo e intensa labor de investigación del francés Jean-François Champollion.
En la Piedra de Rosetta (bloque de granito enterrado en la región de Rosetta) se encuentran los primeros vestigios que corroboran cómo surge la escritura egipcia. Dicha piedra fue encontrada en 1799 y contenía un texto del antiguo Egipto escrito en 3 versiones: jeroglíficos, egipcio demótico y griego antiguo.
Otros descubrimientos han encontrado los jeroglíficos más antiguos monumentales en la roca en la zona de El Kab (franja que se encuentran suelos pedregosos egipcios) que datan de alrededor de 5200 años.
Los jeroglíficos egipcios podían ser escritos y leídos en diferente orden, todo depende de hacia donde se encuentren mirando los signos. Los mayas y los hititas también tenían un sistema de escritura jeroglífica. Sólo los sacerdotes, los escribas y miembros de la realeza sabían cómo escribirlos y leerlos.
Los caracteres chinos, a veces llamados sinogramas son un sistema de escritura de tipo logográfico y silábico desarrollado por los chinos han en torno al río Amarillo y adoptado por múltiples naciones de Asia Oriental.
El alfabeto de la escritura antigua china es un sistema de escritura ideográfica. Destaca por ser muy diferente al occidental, pero también a otros como el cirílico o el árabe, puesto que se basa en pictogramas e ideogramas, caracteres que, puestos en común, hacen funcionar a toda la frase con un contexto especial en cada momento.
La escritura china consta de miles de símbolos, llamados caracteres. Algunos ejemplos de escritura en chino son: 树 que significa «árbol» y 太阳 que traducido al español significa «sol». En realidad, no se trata de un modo de escritura sencillo de aprender.
El origen de la escritura china se pierde en el tiempo. No obstante, el primer testimonio histórico estaba constituido exclusivamente por las inscripciones realizadas en las conchas de tortugas y en huesos de animales datados durante la dinastía Shang (1600-1046 a.C.) utilizados con finalidades adivinatorias. Estas inscripciones se consideran la forma más arcaica de la escritura china.
Al hablar de la escritura china estamos abordando un sistema de comunicación que surgió hace tres mil años como mínimo, ya que los primeros vestigios de este alfabeto se tienen desde aquella época. Evidentemente, el lugar de nacimiento de este tipo de escritura es China, que en su momento era un imperio aún mayor en extensión de lo que hoy ocupa el actual país.
Los primeros vestigios de la escritura china llegaron sobre el 1.500 AC. en forma de primitivos caracteres tallados en caparazones llamados huesos oraculares. Aquellos primeros vestigios dieron lugar a un sistema de escritura que ha ido evolucionando con el tiempo, y que a la vez, ha servido de base para otros idiomas antiguos asiáticos como el coreano o el propio japonés. Actualmente, eso sí, China es el único país que conserva este tipo de escritura como tal.
La invención de la escritura china, casi como la conocemos hoy en día, se atribuye a Cang Jie, quien se dice que inspirado en las huellas de los pájaros desarrolló un sistema completo de caracteres a petición del legendario emperador Huangdi (2695-2598 a.C.).
Los huesos oraculares, en los que se hallaron inscripciones trazadas, constituyen hasta el momento el registro más antiguo de la escritura china. Los primeros caracteres se escribieron sobre tablillas de madera o bambú, y más adelante sobre seda, más ligera y absorbente, aunque muy costosa. No fue hasta la invención del papel, en el año 150 a.C., que se popularizara la escritura china en forma de libros y documentos, desarrollándose paralelamente el arte de la caligrafía.
La escritura china cuenta con un antiquísimo sistema de representaciones que, aunque parezca increíble, apenas ha variado tras siglos de existencia. El chino es hoy en día uno de los lenguajes más utilizados y aprendidos del mundo.
Por otra parte, la leyenda dice que Cang Jie tenía cuatro ojos y ocho pupilas, y que cuando inventó los caracteres chinos, los fantasmas bramaron. En su época Can Jie, fue celebrado como un héroe cultural por su hazaña de haber creado la escritura china, pero estaba muy lejos de ser el semidiós en el que su leyenda lo convirtió.
Fue siglos más tarde, a raíz de su inclusión en la mitología Taoísta, cuando su figura empezó a imbuirse de atributos mágicos y mitológicos, como los cuatro ojos o la capacidad de escribir desde el nacimiento.
Se trata de la escritura olmeca, considerada la civilización más antigua de Mesoamérica. Incluye tres diferentes tipos de escritura antigua: el primero son los pictogramas, que representaban seres humanos, animales y plantas; el segundo son los glifos ideográficos o ideogramas, que expresaban ideas; y el tercero son los glifos fonéticos o fonogramas, con los que escribían los sonidos.
La escritura de los pueblos mesoamericanos -o por lo menos los sistemas que han podido ser descifrados parcialmente hasta nuestros días- combinan logogramas con elementos silábicos. Sus grafías consideradas escrituras antiguas del mundo, son sumamente icónicas o pictóricas: entre sus signos pueden identificarse elementos del mundo físico o natural, animales, partes del cuerpo o acciones determinadas, entre otros diseños.
Debido a su carácter icónico, a menudo los signos de la escritura de los olmecas, se fusionan con la iconografía que acompañan, llegando a ser difícil la diferenciación entre texto e imagen.
Al igual que en Mesopotamia y China, Mesoamérica es uno de los lugares donde el desarrollo de la escritura tuvo lugar de manera independiente, lo que demuestra la evolución de la escritura a través del tiempo.
Los sistemas de escritura de los mesoamericanos tenían el objetivo de preservar la memoria acerca de sus gobernantes (como los tributos que debían recibir) sus dioses y los ciclos del tiempo. Así, para que estos datos no se perdieran, con la ayuda de la escritura registraban diferentes materiales, como piedra tallada, telas, pieles, maderas, huesos y cerámica.
Aunque no se conoce con exactitud el inicio de la escritura mesoamericana, las diversas inscripciones calendáricas registran fechas anteriores al nacimiento de Jesucristo (primer milenio antes de Cristo) y se refieren a las representaciones iconográficas realizadas por los olmecas.
Los sistemas de esta escritura son creaciones originales de los pueblos que habitaron Mesoamérica durante la época prehispánica que se emplearon para registrar sucesos importantes en el desarrollo de esos pueblos.
Hasta ahora, las evidencias arqueológicas señalaban a los zapotecas como la primera sociedad mesoamericana que utilizó la escritura, hacia el 300 a. de C.
Como la escritura es un ícono de la evolución social de los pueblos del mundo, los pueblos mesoamericanos no fueron ajenos a esta premisa. Ésa es la razón del necesario bosquejo histórico-geográfico previo, que constituye la plataforma donde se asentará la importancia de la Escritura Mesoamericana.
Se estima que en Mesoamérica la escritura fue inventada por la cultura olmeca. Posteriormente los zapotecas hicieron uso de su sistema escriturario.
Los principios de la escritura mesoamericana se encontraron en las piezas de alfarería, en las esculturas monumentales encontradas en La Venta o el yacimiento de San Andrés, y más específicamente, el Bloque de Cascajal, con sus 62 caracteres grabados, representan los testimonios escritos más antiguos de esta región.
Otro de los pueblos que desarrollo la grafía de la cultura mesoamericana, fueron los zapotecos, quienes ejecutaron glifos, de una manera menos fonética, en inmensas estelas como la del Danzante de San José Mogote.
Por otra parte, las culturas maya e izapa dejaron testimonios de un complejo sistema de escritura en las diversas estelas encontradas, tanto en México como en Guatemala.
Los jeroglíficos podían ser escritos y leídos en diferente orden, todo depende de hacia donde se encuentren mirando los signos. Los mayas y los hititas también tenían un sistema de escritura jeroglífica. Sólo los sacerdotes, los escribas y miembros de la realeza sabían cómo escribirlos y leerlos.
Los hallazgos arqueológicos más recientes en torno al origen de la escritura están abriendo un fascinante debate. Estos son los hallazgos más importantes de los últimos años:
El 10 de julio de 2018, el Ministerio de Cultura y Deportes de Grecia, informó sobre el descubrimiento de una placa de arcilla con una inscripción grabada en griego que, una vez analizada en el laboratorio, resultó ser un extracto de la Odisea de Homero: 13 versos del Canto XIV, es decir, la conversación entre Odiseo y Eumeo, su criado y porquero, cuando el primero regresa a Ítaca disfrazado de mendigo y el segundo lo acoge sin conocer su verdadera identidad.
La pregunta es ¿cuándo apareció la escritura? se podría fechar en la época romana y probablemente antes del siglo III d.C., señalaron las autoridades griegas. La losa quizá conserva el extracto escrito de las epopeyas homéricas más antiguo que ha salido a la luz y, más allá de su singularidad, es una gran evidencia arqueológica, epigráfica e histórica en lo que se refiere al lenguaje escrito.
Entre 2003 y 2005 un equipo de arqueólogos chinos descubrió 200 objetos con cerca de 5.000 años de antigüedad. Las piezas encontradas con inscripciones son parte de miles de fragmentos de cerámica, piedra, jade, madera, marfil, hueso y caparazones de tortuga que han servido de base para desarrollo de la escritura china. Las inscripciones han causado opiniones divididas entre los que creen que son palabras y los que piensan que se trata de algo más simple.
En lo que todos coinciden por ahora es que su estudio podría arrojar nueva luz sobre los orígenes de la cultura y la lengua china, que podría resultar –si se llegara a confirmar que esos trazos son escritura china– que se trata de los escritos más antiguos de la historia junto con las primeras escrituras humanas (mesopotámicas).
De igual modo en el año 2007, al norte de China se encontraron más de 10.000 inscripciones en los precipicios de Damaidi, cuyo hallazgo, hoy en día, corre el peligro de desaparecer por encontrarse en un estado lamentable.
En 1999, un grupo de arqueólogos encontró la tabla más antigua de escritura en América. Se trata de la primera evidencia de escritura olmeca. Confirman los arqueólogos que el hallazgo ocurrió en México y que la escritura había permanecido extraviada por 3000 años.
El descubrimiento retrasa el origen de la escritura de esta región unos cientos de años atrás. Es probable que los olmecas, quienes habitaron a lo largo de la costa del Golfo de México, crearan esta escritura sobre piedra.
El redescubrimiento de sistemas de escritura antiguos es uno de los sucesos más inusitados de la arqueología. A pesar del hallazgo, muchos arqueólogos han adoptado una actitud escéptica y no han emitido juicios sobre la importancia de este descubrimiento.
En 1928, Leonard Woolley explorando la antigua ciudad sumeria de Ur, en Tell el-Mukayyar (Irak) coparía las portadas de los diarios mundiales, con el hallazgo de las tumbas reales más maravillosas jamás vistas en Oriente.
Las joyas que Woolley sacó a la luz eran un milenio más antiguas que las de Carter, de alrededor de 2600 a.C. Constituían una especie de libro en código sobre las jerarquías y los rituales funerarios de Sumeria. Este célebre descubrimiento otorgó a su artífice el título oficioso de “Woolley de Ur”, tal como fuera conocido a partir de entonces.
El 1924, se produjo el hallazgo de una nueva civilización de India con la consecuente escritura originaria desenterrada por los arqueólogos. Los inicios de este hallazgo comenzaron en 1921, cuando Daya Ram Sahni inició la excavación de Harappa, y al año siguiente Rakhaldas Banerji hizo lo propio en Mohenjo-Daro.
Sus hallazgos y los de otros, convencieron a John Marshall de que se encontraba ante una civilización desconocida y largamente olvidada: la civilización del Indo. Los sellos inscritos encontrados en Harappa y Mohenjo-Daro eran prácticamente idénticos a las tablas de contabilidad del III milenio a.C. que habían salido a la luz en la ciudad de Susa (hoy en Irán).
La civilización del Indo es un producto autóctono y la de Harapa es una de las primigenias del mundo. Un detalle interesante de la civilización Harappa es que fue identificada con Meluhha, lugar mencionado en diferentes textos mesopotámicos, pero solo durante un período muy concreto y desde luego no muy amplio, entre 2400 y 1700 a.C., aproximadamente. Se trata de una región, la de la cuenca del Indo, donde se conocen asentamientos neolíticos desde el VII milenio a.C.
Cuatro mil años después, estos se habían transformado en otros fortificados y planeados, como el de Mehrgarh. Es la época que se ha dado en llamar “era de reorganización”, el germen del que surgiría la civilización del Indo. A pesar de ser una sociedad alfabetizada y con un sistema de cálculo funcional (de otro modo, no habrían podido negociar sin pérdidas con los mesopotámicos), todavía no podemos leer la escritura del Indo.
Paradójicamente, la que fue una de las primeras culturas históricas del mundo es, a efectos prácticos, una cultura prehistórica.
Se conoce con el nombre de Rongo Rongo a un sistema de lenguaje escrito descubierto en la Isla de Pascua, un territorio de Chile. El sistema escrito se encontraba tallado primordialmente con puntas de obsidiana, en su mayoría sobre tablillas de madera.
Los habitantes nativos de la isla de Pascua la llamaron también kohau rongorongo. La traducción corriente del término kohau es madera que sirve para fabricar el casco de las canoas, y rongorongo es ‘gran mensaje’ o ‘gran estudio’. También fue traducido como ‘líneas de recitación’ o ‘báculos recitadores’.
La estudiosa y publicista francesa Catherine Orliac, del Centre National de la Recherche Scientifique (en París), publicó en 2005 en la revista Archaeology in Oceanía 40:3, el artículo «The rongorongo tablets from Easter Island: botanical identification and 14-C dating» («las tablillas de rongorongo de la Isla de Pascua: identificación botánica y prueba de radiocarbono»), cuyo significado está vinculado directamente con uno de los asuntos más controvertidos del fenómeno rongo rongo: la edad de las inscripciones.
Algunos resultados de su trabajo y la datación realizada en un laboratorio de Miami hicieron saber que la madera de la pequeña tablilla de San Petersburgo tiene datación: 1680-1740. Lo que parece favorecer la opinión que las inscripciones preceden la visita de los españoles en 1770, aunque por otro lado se ven menoscabados por la accesibilidad de la autora a todos los documentos diseminados por varios museos del mundo.
Hay autores que dicen que la forma de escritura rongo rongo es la única escritura estructurada en toda Oceanía y no encaje en el sistema de escritura silábica. Falta todavía un desciframiento fiable para comprobarlo.
A finales de 1946, fueron descubiertos accidentalmente por pastores beduinos los manuscritos del Mar Muerto o Rollos de Qumrán, llamados así por haberse encontrado en cuevas situadas en Qumrán (Cisjordania, Estado de Palestina), a orillas del mar Muerto, son una colección de 972 manuscritos.
La mayoría datan del año 250 a.C. al año 66 d.C., antes de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén por los romanos en el año 70 d.C. Los expertos los consideran uno de los mayores logros de la arqueología moderna y que pueden poner en entredicho las teorías tradicionales del nacimiento de la escritura.
Posteriormente, hasta el año 1956, se encontraron manuscritos en un total de once cuevas de la misma región. Algunos de estos manuscritos constituyen el testimonio más antiguo del texto bíblico encontrado hasta la fecha.
En Qumrán se han descubierto aproximadamente doscientas copias, la mayoría muy fragmentadas, de todos los libros hebreos de la Biblia, con excepción del Libro de Ester (aunque tampoco se han hallado fragmentos de Nehemías, que en la Biblia hebrea forma parte del Libro de Esdras).
Del Libro de Isaías se ha encontrado un ejemplar completo. Otra parte de los manuscritos son libros no incluidos en el canon del Tanaj, comentarios, calendarios, oraciones y normas de una comunidad religiosa judía que la mayoría de expertos identifica con los esenios.
La mayoría de los manuscritos están hoy en el Museo de Israel y en el Museo Rockefeller (ambos en Jerusalén), así como en el Museo Arqueológico de Jordania (en Amán). Otros pocos se encuentran en la Biblioteca Nacional de Francia (en París), o en manos privadas, como la Colección Schøyen (en Noruega). En 2020 el Museo de la Biblia de Washington anunció que los 16 fragmentos que se hallan en el museo Rockefeller son falsificaciones realizadas en el siglo XX.
Los nuevos hallazgos no ponen en duda los miles de fragmentos reales, la mayoría de los cuales yacen en el Santuario del Libro, parte del Museo de Israel.
En resumen, la escritura es uno de los hitos que marca el umbral del inicio de la civilización. De hecho, acertadamente se dice que, cuando apareció la escritura más antigua, prácticamente apareció la historia, ya que, gracias a ella, se conserva el recuerdo de los hechos realizados, reflejando las creencias, los conocimientos y la evolución humana.