En la Universidad de Hannover, Alemania, están realizando investigaciones para determinar la posibilidad de lograr la reparación de nervios y tendones con el uso de tela de araña. Peter Vogt, director del departamento de Cirugía Plástica, ya lleva tiempo experimentando con este material.
Vogt descubrió que al utilizar la tela de araña en una simbiosis con venas de cerdo y células nerviosas de humanos, puede lograr la reproducción de las mismas e insertarlas en personas con lesiones producidas por accidentes.
Pero el estudio del uso de la tela de araña va mucho más allá de lo imaginado. Sus efectos curativos fueron conocidos por los indígenas americanos, quienes las utilizaban para tapar las heridas, dada su gran poder coagulante, cicatrizante y antiséptico. Se ha comprobado la gran cantidad de vitamina K que se encuentra en las mismas, así como su poder antibacteriano. En la actualidad se utiliza en sustitución de la seda producida por gusanos en implantes cerebrales, suturas, reparaciones óseas, regeneración de cartílagos e injertos de piel.
En todos los casos utilizados ha sido mejor el resultado obtenido con la tela de araña, pero la producción de la misma no puede obtenerse de forma abundante, por lo que hasta ahora sólo se ha utilizado de manera experimental en la confección de telas, cuerdas, instrumentos musicales, fibras de vidrio, en sensores ópticos y en chalecos antibalas, además de otros usos que están en proceso de experimentación.
En el laboratorio de Arañas de la Universidad de Nottingham se están realizando estudios para concluir un proyecto en el cual se está tratando de crear tela de araña para inocular antibióticos en los organismos vivos de una manera gradual, aprovechando la facultad biodegradable que tiene este material dentro de los cuerpos, según se conoció por medio de Sara Goodacre, investigadora involucrada en este proyecto.