La literatura se define como el arte de alcanzar la belleza mediante las palabras. Todo el que escribe debe dominar ciertas reglas para lograr un texto agradable, pero los escritores que se dedican a la literatura además deben expresarse mediante el lenguaje estético, que también tiene sus principios particulares y determinan la función estética del texto. Por otra parte, es una interrogante el porqué muchos autores se dedican a la literatura, aún cuando la mayoría no logra ser publicado. Al respecto existen varias teorías, pero sobre todo se habla de una gran sensibilidad, que en ocasiones hasta puede degenerar en perturbaciones psicológicas como lo aseveró Freud.
Textos literarios:
Qué son, características, estructura, tipos y ejemplos de textos de literatura
Para entender qué es el lenguaje poético o estético, lo más ilustrativo es compararlo con otros tipos de comunicaciones que no se consideran literatura, por ejemplo los textos comerciales, los científicos, o los ensayos de carácter expositivo o argumentativo sobre distintas materias. Por otra parte, la definición de poética tiene dos acepciones: por un lado se aplica para hacer mención del estudio de las manifestaciones literarias, bien sean en verso o en prosa, y por el otro para referirse al estilo y obra de un determinado autor.
La literatura es un fenómeno que ha sido estudiado desde la óptica de la filosofía y la psiquiatría, ya que ha llamado la atención la fuerza motora que impulsa a los escritores. Por ejemplo para Freud la escritura literaria es la forma en que los autores liberan los impulsos reprimidos, por tal motivo utilizaba los textos literarios como insumo para sus prácticas de psicoanálisis, determinando que muchos escritores sufrían de severos problemas psicológicos. Por su parte, Jorge Luis Borges aseguraba que hacer literatura era una manera de soltar a los fantasmas agazapados en el inconsciente.
La definición de comunicación estética se refiere a la forma que toman todos esos textos que los autores hacen brotar de lo más profundo de su psiquis. Está dirigida a crear experiencias poéticas a través de las palabras, que es la materia prima con la que trabajan los escritores al igual que el pintor utiliza la paleta de colores o el músico el instrumento musical. Pero del mismo modo que los pintores y los músicos, los escritores que hacen literatura siguen algunas pautas y manejan ciertas técnicas.
Al respecto, a continuación se detallan algunos recursos o figuras retóricas de las muchas con que se valen los escritores y poetas para crear la estética en sus composiciones.
Es uno de los recursos más utilizados y se trata de sustituir la descripción de un atributo por un término que transmita la imagen poética. Ejemplos: “A ese amor, a ese pájaro dorado” (Joan Manuel Serrat).
A diferencia de la metáfora, el símil no sustituye sino que establece una comparación entre lo concreto y la imagen que se quiere transmitir. Ejemplo: “Como un ladrón, te acechan detrás de la puerta” (Joan Manuel Serrat).
La hipérbole es otra de las figuras retóricas de mayor uso. Se trata de exagerar una característica y hay autores que se distinguen por su maestría en cuanto a este recurso. Ejemplo: “Érase un hombre a una nariz pegado” (Francisco de Quevedo).
En este caso se trata de lograr un efecto auditivo dándole musicalidad a un texto. Consiste en repetir un mismo sonido en diferentes palabras de la misma oración. Ejemplo: “Solo en la soledad del solitario sur del océano” (Pablo Neruda).
Mediante la sinestesia se transmiten sensaciones. Este recurso atribuye a un sujeto características que no le son propias, dramatizando una cualidad. Ejemplo: “Lágrimas de plástico azul” (Joaquín Sabina).
Con este recurso se enfatiza una imagen o idea escribiendo una afirmación y luego otra contraria que reafirma la situación. Ejemplo: “Yo no tenía ganas de reir. Tú reías para no llorar” (Joaquín Sabina).
Se trata de dirigir palabras a alguien que no está presente, así como a un objeto inanimado o a algún elemento de la naturaleza. Ejemplo: “Si te reencarnas en carne, vuelve a reencarnarte en ti” (Mecano).
Además del uso de los recursos literarios anteriormente descritos, otras de las características del lenguaje estético son las siguientes:
La función poética del lenguaje aplica en todos los géneros literarios y para todos los tipos de expresión. Lo lírico es afín a cualquier clase de manifestación escrita donde se pretenda transmitir emociones o sensaciones. Tradicionalmente existe el concepto de que la función estética de la literatura impide la búsqueda de fines prácticos en los textos, pero igualmente se aplica en cuentos que tienen como objeto educar o concientizar, ya que esta meta se logra mejor haciendo énfasis en las emociones que hablando de manera fría.
La función estética de un poema o relato implica la creación de imágenes que pueden ser visuales, auditivas, olfativas, gustativas o táctiles. Hacer literatura es como pintar un cuadro con música, ya que lo que se dice se debe visualizar y despertar emociones, al tiempo que poseer ritmo, textura y hasta olor. Esta forma de utilizar el lenguaje tiene la peculiaridad de que priva el cómo se dicen las cosas. Vale la pena aquí resaltar cuál es la función estética de un cuento o novela, lo cual se refiere al disfrute de la forma por encima del contenido.
Por definición, la función estética de la lengua se opone a la forma de expresión coloquial, que es aquella que se utiliza de forma cotidiana y natural, incluyendo modismos, argot o jerga. No obstante, muchas obras importantes de la literatura narradas en lenguaje coloquial, o donde sus personajes establecen diálogos de este tipo, también están llenas de poesía. Ejemplos de ello son Don Quijote de la Mancha y Martín Fierro. Por lo general, en la literatura se mezcla la literalidad, lo que quiere decir el mensaje directo, con la literariedad, que es lo poético.
Una de las características más destacadas del lenguaje literario es la búsqueda de la belleza. De hecho, algunos autores definen a la literatura como el arte de lograr la belleza mediante las palabras. La belleza no es absoluta y depende de cada quien definir si algo es bello o no, pero la definición universal aceptada es que la belleza se entiende como todo lo que da placer a los sentidos. Por otra parte, la literatura está sujeta a ciertas reglas y existe una rama de la lingüística denominada estilística que se dedica al campo de la función del lenguaje poético.
A continuación se muestran varios ejemplos, explicando su intención estética y su significado, para ilustrar qué es la función estética del lenguaje en la prosa, específicamente en el cuento.
“El dios Wiracocha era un hombre blanco, alto, que vestía una túnica blanca hasta los pies y recorría todos los caminos con un pequeño pájaro que tenía alas de oro y conocía todos los secretos del universo”.
Este texto, que utilizamos como primer ejemplo acerca de qué es poética o estética del lenguaje, pertenece a un cuento que tiene fines didácticos. El párrafo persigue describir al supremo dios y creador de los incas a través de imágenes y con palabras inspiradoras.
“De repente algo insólito sucede: hay una danza de colores en el cielo ¡Los espíritus están subiendo y los de arriba ya prendieron las antorchas! – grita mi abuela –. Todos salimos para disfrutar del espectáculo que nos ha regalado esta noche la naturaleza: son las Luces del Norte, llamadas también auroras”.
Aquí observamos otro párrafo ilustrativo sobre qué es la función poética y como aplica en cuanto a distintos fines. El texto suministra información sobre las auroras boreales y cómo las interpretan algunos pobladores del norte de Canadá.
“He llegado en avión esta mañana; acudo a ver el mágico espectáculo de las figuras que hace el hielo al quebrarse con el cambio de temperatura, y que son arrastradas suavemente por el agua: bailarinas, aves, osos y formas humanas, esculpidas caprichosamente por el viento”.
Este párrafo es la introducción a otro cuento utilizando imágenes poéticas y haciendo uso de la función estética del lenguaje. Al comenzar la historia se describe el sitio adonde se dirige el protagonista para reencontrarse con su paisaje una vez que regresa a su tierra.
“Caballito Espuma de Mar se despierta y camina de puntillas por los jardines submarinos, moviéndose al suave ritmo de la música que sólo los que viven en estos espacios, y aquéllos que aman profundamente al mar, saben escuchar”.
Éste es el cuarto y último de los ejemplos de función estética. Aquí la intención es ubicar al lector sobre el tema que se va a tratar. El cuento es de contenido ecológico y habla sobre la importancia de los océanos y su ecosistema.
Conocer la diferencia entre lenguaje estético y otras formas de expresión que pretenden ser literatura nos conduce a seleccionar aquellos escritores que nos hacen disfrutar del placer de la belleza y nos permiten entrar en contacto con el arte. Adicionalmente, la función estética del lenguaje despierta nuestra imaginación, haciéndonos soñar, al tiempo que se experimentan vivencias que cambian el modo de mirar el mundo, lo cual es el objetivo último de la literatura.