Las obras de la literatura argentina y sus autores son una referencia mundial, ya que tuvo gran participación y consolidación en los distintos movimientos y corrientes literarias del mundo. Para conocer el origen de la literatura argentina, sus máximos exponentes y mejores obras, te invitamos a seguir leyendo esta entrada.
Boom latinoamericano:
Historia, características, autores y obras valiosas del boom hispanoamericano
Entender qué es la literatura argentina requiere de un breve recorrido por los primeros pasos de los poetas y escritores argentinos. A continuación, dividimos la información en las etapas de la literatura argentina.
Entre los años 1810 y 1879, los inicios de la literatura argentina se dieron con autores como el conquistador y burócrata paraguayo Ruy Díaz de Guzmán (1558-1629), quien ha sido catalogado como el primer cronista nacido en el Río de la Plata. Entre sus títulos más destacados están La Argentina y Argentina: historia del Descubrimiento, conquista y población del Río de la Plata.
Por otro lado, el discípulo de Góngora y de San Juan de la Cruz, Luis de Tejeda y Guzmán (1604-1680), ha quedado registrado en la historia como uno de los primeros autores de Argentina en cuanto a la poesía, que estaba basada en la literatura del Barroco; algunos de sus trabajos fueron El peregrino en Babilonia y otros poemas, y Coronas líricas, prosa y verso.
Cuando la sociedad avanzó a la época colonial (virreinal), pseudoclásica, barroca y épica, la cronología de la literatura argentina estuvo dominada por autores argentinos de libros como Vicente López y Planes (1785-1856), Pantaleón Rivarola (1754-1821) y Esteban de Luca (1786-1824), quienes tenían una visión más independentista plasmada en sus escritos y manifiestos.
En este paso por la génesis de la narrativa argentina nos topamos con la definición de literatura gauchesca, la cual nació gracias al libro El Gaucho Martín Fierro (1872) del poeta argentino José Hernández (1834-1886); esa forma de escribir fue tomada como referencia y se convirtió en un género literario consolidado con La Vuelta de Martín Fierro (1879).
La literatura gauchesca fue reproducida por otras figuras argentinas como Bartolomé Hidalgo (1788-1822), Hilario Ascasubi (1807-1875) y Estanislao del Campo (1834-1880), quien fue un militar y escritor que lanzó títulos como El Recuerdo y en El Estímulo y Ferrocarril del Oeste, en la Plaza del Parque. Por su parte, Ascasubi escribió títulos como Aniceto el Gallo: gacetero prosista y gauchi-poeta argentino; mientras que Hidalgo creó obras como Cielitos.
En 1837, se constituyó la llamada “generación del 37” durante el gobierno de Juan Manuel Rosas. Los escritos de esta época estaban caracterizados por la ilustración española, el romanticismo francés y los matices populares y medievales; en este tiempo destacaron nombres como el de Esteban Echeverría (1805-1851), el autor de El matadero y La Cativa. Los escritos con tinte intelectual y político empezaron a dominar la escena argentina y aparecieron otros autores como Juan Bautista Alberdi (1810-1884) y Domingo Fautino Sarmiento (1811-1888).
El tiempo transcurrió hasta los años 1800, cuando la primera novela se publicó en 1855 de la mano de José Mármol (1817-1871) con Amalia. La literatura argentina del siglo XIX se convirtió en textos sentimentales y de anécdotas, y pasó a tener presencia de crónicas y relatos de la historia de la nación.
En 1880, autores argentinos de literatura se enfocaron en una literatura más personal, con una teoría y métodos más concretos, apelando a la cultura de Buenos Aires y las características europeas. Algunos de los más destacados del grupo de los 80 fueron escritores como Leopoldo Díaz (1862-1947) Pedro Goyena (1843-1892), Miguel Cané y Carlos María Ocantos (1860-1949).
A finales del siglo XIX, una persona inspiró a que se estableciera una carrera de literatura en Argentina fue Rubén Darío (1867-1916), quien introdujo el modernismo en Argentina.
Este poeta, quien era oriundo de Nicaragua, tenía el título de “el príncipe de las letras castellanas”. Por otro lado, la nueva línea de escritura se caracterizó por ser la voz de la poesía nacional con presencia de simbolismos y eufemismos; por ejemplo, Leopoldo Lugones (1874-1938) hizo el primer cuento de ciencia ficción de Argentina. Luego llegó el criollismo y el simplismo de la mano, junto al realismo de Horacio Quiroga (1878-1937) y Roberto J. Payró (1867-1928), y la poesía simplista de Evaristo Carriego (1883-1912) y Baldomero Fernández Moreno (1886-1950).
Ya en los años 1900, 24 años después surge la Revista Martín Fierro (1924) y se instaura el martinfierrismo, una nueva corriente literaria intelectualista que estuvo liderada por otros autores como Jorge Luis Borges (1899-1986), Raúl González Tuñón (1905-1974) y Ricardo E. Molinari (1898-1996), quien guardaba un estilo más lírico y orientado al clasicismo. Para finales de los 40 y 50 se fueron afianzando cada vez otros escritores como Arturo Cambours Ocampo (1908-1996), un escritor filosófico y restaurador, Olga Orozco (1920-1999) y Julio Cortázar (1914-1984), el popular escritor idealista.
Los cuarenta años siguientes de la narrativa argentina se ha traducido en una evolución, pasando por el neohumanismo, por lo metafísico, la historia, los cuentistas y ensayistas, y en nuevas estéticas intelectuales y experimentales hacia el siglo XXI; también se evidenció la literatura por regiones en la Argentina.
Ahora bien, los mejores escritores argentinos hicieron que la narrativa argentina se edificara mediante varias características que influyeron en los movimientos literarios de Hispanoamérica.
La literatura gauchesca es uno de los elementos principales de la narrativa argentina y latinoamericana que se desprendió de la pluma de José Hernández. Lo gauchesco (el gaucho como personaje principal), esa forma de vivir y de ser, se evidenció en el verso, la poesía y en la evolución de la literatura argentina.
La literatura y libros de Argentina se han caracterizado por su narrativa descriptiva en la que los viajes son protagonistas en el desarrollo de la historia. Los viajes están presentes en el romanticismo como fuente de inspiración y como tradición.
En los libros y novelas argentina, otro de los factores determinantes de su narrativa es el reencuentro de sobrevivientes a través de generaciones para crear nexos en las historias. Por otro lado, libros de literatura también se han apoyado en el romanticismo porque ha sido el movimiento más representativo para la nación; uno de los temas que más dominan los textos de la narrativa argentina es el amor, la relación con Dios y las creencias, sentimientos positivos y negativos, la descripción del ambiente, etc.
Luego de desarrollar algunas de las características de la narrativa argentina, es momento de describir los temas recurrentes que están presentes en los libros argentinos.
Lo usual en la narrativa argentina es que los personajes estén sujetos a señalamientos por sus acciones, buenas o malas; es decir, el juicio por infracciones reales o ficticias es una de las características de las historias de los libros de autores argentinos.
Otro de los temas comunes en la literatura argentina es que el autor muestra la capacidad de los personajes para sobrepasar sus adversidades. Cada día es uno nuevo y de eso se trata sobrevivir en una sociedad en un mundo en el que se debe luchar contra la naturaleza humana.
Asimismo, en los libros y novelas argentinas es usual encontrarse con la lucha entre el bien y el mal, la paz y la guerra. Los escritores buscan un equilibrio entre el blanco y el negro, todo el proceso que hay detrás de los días de sanación y los agitados. En este contexto también se evidencia el heroísmo, porque los personajes principales pueden embarcarse a tareas de gran valor para resolver los conflictos en la historia.
También es común encontrarse con temas de amor en literatura romántica, en la que quedan expuestos los sentimientos. El amor, el desamor, la duda, la certeza, los miedos y sufrimientos internos y externos son populares en las historias y novelas argentinas.
Por supuesto, explorar los sentimientos también implica hablar de la vida. Los escritores argentinos han proyectado el nacimiento (inicio) y la muerte (fin), pero la inmortalidad también forma parte de la narrativa argentina. De hecho, muestran cómo es difícil crecer, desarrollarse y empezar una vida en el camino a la madurez.
En esta sección hacemos un repaso por los famosos escritores argentinos que han edificado la narrativa argentina. Estos son ocho de los tantos autores de libros de Argentina.
Hernández, a quien nombramos en la historia de la literatura argentina, es uno de los responsables del auge de la narrativa argentina, gracias a su poema nacionalista El Gaucho Martín Fierro, de donde se originó la literatura gaucha. Asimismo, José Hernández es impulsor de la alta literatura; entre sus obras más prolíficas podemos enlistar La Vuelta de Martin Fierro, La Vida del Chacho y Poemas Clásicos Para Jóvenes.
Adolfo Bioy Casares es otro de los grandes escritores argentinos que ganó el Premio Nacional de 1940 por su novela La Invención de Morel. En sus días de oro, Casares se posicionó como un excelente escritor de relatos fantásticos, policiales y también de ciencia ficción; su trayectoria le valió el Premio Miguel de Cervantes de 1990, y otras obras que creó fueron La Trama Celeste e Historias Fantásticas.
Otro escritor famoso de Argentina es, por supuesto, Jorge Luis Borges, el autor de Ficciones de 1944; aunque esta fue la obra que impulsó a Borges hacia la literatura universal, el autor también cosechó títulos como El Jardín de los Senderos que se Bifurcan, La Biblioteca de Babel y El Aleph. Ha ganado premios como el Premio Miguel de Cervantes y Premio Mundial de Fantasía a la Trayectoria.
Seguidamente, Julio Cortázar, el autor de Rayuela (1963), fue otra de las figuras argentinas que marcó un antes y un después en la narrativa argentina y difuminó las líneas divisorias entre lo fantástico y lo real. Cortázar ha recibido galardones como el Premio Médicis Extranjero y el Honour Konex Award; además, escribió títulos notables como La Noche Boca Arriba, Todos Los Fuegos el Fuego y Las Armas Secretas.
Silvina, desde su infancia, siempre tuvo interés por la poesía y el ambiente literario, y con estudios y preparaciones se estableció en la escena de la literatura argentina en el círculo de Adolfo Bioy Casares, Jorge Luis Borges, entre otros. Su narrativa fantástica no pasó desapercibida y se ganó el reconocimiento con galardones como el Premio Municipal de 1954 y el Premio Nacional de Poesía de 1962. Además, escribió obras notables como El pecado mortal, Los días de la noche y Antología de la Literatura Fantástica.
Desde la Pampa, Olga Orozco representó a la literatura argentina de los primeros años. Experta en Filosofía y Letras, la autora de textos como Desde lejos, Los juegos peligrosos y La oscuridad Es Otro Sol, se afianzó en el género con su tendencia surrealista, y pudo acumular reconocimientos como el Primer Premio Municipal de Poesía, el Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes y el Premio Gabriela Mistral de la OEA.
Desde su juventud, la escritura fue la pasión de Luisa Valenzuela y se empapó de la literatura norteamericana, latina y europea para dar paso a sus creaciones. Algunas de las más famosas son El gato eficaz, Como en la guerra y la Realidad nacional desde la cama, entre otras; toda su experticia en la narrativa argentina se tradujo en premios como el Kraft Award de 1965, Premio del Instituto Nacional de Cinematografía de Guion (1967) y el Premio Astralba de 2004.
Otras de las representantes femeninas más importantes de la literatura argentina fue Angélica Gorodischer, quien se especializó en Filosofía y Letras (aunque por corto tiempo) y logró ser reconocida por títulos como Cuentos con Soldados y En verano, a la siesta y con Martina, y constituyó espacios para la literatura femenina como el Encuentro Internacional de Escritoras, que tuvo tres ediciones. Por sus obras fue galardonada con el primer Premio del Club del Orden de 1965, el Premio Sigfrido Radaelli, Club de los XIII de 1985 y el Premio Mundial de Fantasía a la Trayectoria de 2011.
A continuación, en este listado presentamos los 10 libros más importantes que nacieron de la literatura argentina.
Esta contranovela de 1963 centra su historia entre París y Buenos Aires de la década de 1960. Rayuela es un libro con mucha profundidad de emociones, mantiene buen ritmo poético y, además, deja de ver su potencial surrealista y experimental; el usuario se topa con reflexiones, con la iluminación del pensamiento y con Horacio, un argentino en París que se enamora de una misteriosa mujer llamada “La Maga”. La obra se puede leer en el orden que el lector desee.
Antes de avanzar con Borges, lo recomendado es leer cualquier título de Casares y, de hecho, con La Invención de Morel (1940) es una obra “perfecta” que cuenta la historia de un hombre que se ha fugado y busca las formas de sobrevivir en una isla remota en el Océano Índico. Este libro es el ejemplo perfecto de la narrativa argentina aunque no está ambientada en la nación; es una historia inquietante, con presencia de sentimientos y de esperanza.
El escritor famoso argentino, Jorge Luis Borges se encargó de hacer su nombre en la literatura universal del siglo XX, y con este libro de 1952 ofrece al lector la oportunidad de encontrarse con cuentos entretenidos que se alejan del criollismo. Asimismo, lleva al lector por un viaje hacia pensamientos filosóficos, como la realidad, el futuro y la civilización.
Este libro de 2009 es una obra contemporánea y a la vez histórica. Viajero del Siglo, que trata sobre Hans, un hombre que hace parada en un pueblo antes de llegar a su ciudad y se da cuenta de que al amanecer nada es como el día anterior. Esta obra se ganó el Premio Alfaguara en ese mismo año con su historia con toques filosóficos, literarios y con un poco de romanticismo.
Los Pasajeros del Jardín (1915) se centra en una pareja de la mediana edad que vive en la felicidad hasta que una triste noticia les da un golpe de realidad y no quieren estar uno sin el otro; cuando al marido le diagnosticaron cáncer, su mujer es invadida por los deseos de morir a su lado. Aunque es una novela corta, el elector podrá encontrarse temas como el sexo y la inteligencia.
Esta obra de 1929 en ocasiones es descrita como una “novela urbana” porque en ella predomina un lenguaje coloquial, primitivo y de la jerga callejera, es decir, es una novela con tinte criollo que muestra la realidad de una nación. Además, aborda temas como la angustia, la frustración, el humor negro y la desesperación. El autor también quiso plantear la historia desde una perspectiva existencialista.
En Cae la noche tropical (1988), Puig se encarga de entretejer tramas a partir del diálogo de los personajes con una historia con bases en coloquialismo para contar una historia en la que el lector quedará sumergido en un mar de las intrigas, pasiones y secretos de los personajes; buen dominio del suspenso y del drama recordado a través de rememoraciones. Es una obra de ficción que vale la pena leer.
La poesía de Orozco quedó plasmada en 1991 cuando publicó esta obra en la que el dominio de las prosas es muy distintivo, juega con la realidad y las apariencias. Los misterios con tintes renacentistas, apelando a las incógnitas y a la ceguera de estar en la oscuridad. Esta historia está finamente contada, de forma interesante y sensual a pesar de las inseguridades que la rodean.
El libro de 1982 es uno de esos libros argentinos que tocan las fibras más profundas de todo el ser de una persona. En Cambio de Armas Luisa Valenzuela se apoya en el dolor que no se ve para expresar cómo el cuerpo puede enfrentarse a los horrores de los años de dictadura. Asimismo, aborda otros temas como las luchas de poderes, el rol femenino y masculino, y la represión política.
La novela de 1983 de Gorodischer narra la historia de un legendario imperio sin nombre que ha tenido altas y bajas, pero sigue ahí. Es una obra que evoca cuentos de hadas, pero también tiene matices políticos. En esta historia los pobres se vuelven gobernantes y las democracias se convierten en dictaduras; por su puesto, la autora da una visión a los conflictos sociopolíticos de una nación.
Los autores y libros que hemos enlistado en esta entrada son piezas claves en la inspiración de cualquier escritora o escritor argentino actual de la literatura argentina y, sin lugar a dudas, la narrativa argentina se convirtió en una gran influencia para la literatura latinoamericana que abarca países como Chile, Colombia y Venezuela.