La depresión que pueden desarrollar 13 de cada 100 madres después del parto no es exclusiva de ellas. También los padres pueden sufrir ansiedad, irritabilidad y desestabilización mental como producto de la falta de sueño y del estrés que genera mantener y cuidar a los bebés.
Una reciente investigación realizada por Elisa Psouni, del departamento de psicología de la Universidad de Lund, ha puesto en evidencia que la Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo (EPDS), utilizada tanto para mujeres como para hombres para detectar la depresión postparto de los padres, no es tan precisa en el caso de los hombres.
Según su investigación, se producen niveles más altos de depresión en los padres porque tuvo en cuenta valores que afectan a los hombres, como agitación, irritabilidad, ira, trabajar horas extra y beber más alcohol.
Aumentan los casos de depresión postparto en hombres
Psouni afirma que en los últimos 10 años se han incrementado los casos de depresión masculina durante los primeros 12 meses de vida de los bebés, puesto que más hombres están luchando con la transición hacia la paternidad. Esto genera depresión posnatal entre el 4% y el 10% de los casos.
En los 447 padres voluntarios en Suecia, el porcentaje fue mayor: un 28% de los hombres mostraron síntomas por encima de la depresión leve. La investigadora reveló que menos de uno de cada cinco padres deprimidos buscaron ayuda, y un tercio de ellos pensó incluso en hacerse daño.
¿Qué hacer?
Psouni cree que los padres enfrentan los mismos dilemas que las madres al tratar de compaginar el nacimiento de un hijo con el estrés laboral. La falta de sueño, tener gemelos y conflictos en la relación se suman a la ecuación. Si la mujer sufre depresión, su pareja tiene mayores posibilidades de desarrollarla.
Un padre deprimido jugará y sonreirá menos a su hijo. Esto puede desatar problemas de conducta en los niños, más visibles a los 7 años.
La psicóloga advierte que la terapia conductual cognitiva y los antidepresivos pueden ayudar a los papás deprimidos. Atacar la enfermedad desde el principio es clave. Psouni añade:
«Una de las cosas más terribles para los padres deprimidos es darse cuenta del problema un año después, cuando ya pasó el primer año de vida del hijo”.