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Luces y sombras en la catedral de León

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El programa iconográfico de sus vidrieras no es solo una reliquia del pasado, es un mensaje que resuena en el presente...

En el corazón de León se alza majestuosa su catedral, conocida como la Pulchra Leonina (la Bella Leonesa), dedicada a Santa María y que comenzó a construirse en el siglo XIII, en plena efervescencia del estilo gótico. Siguiendo el modelo francés, se convirtió en uno de los templos más airosos y luminosos de la cristiandad. Pero más allá de su magnificencia arquitectónica, la catedral fue concebida como un espacio de enseñanza visual.

Viajemos por un momento a la Edad Media. La mayoría de la población es analfabeta, y las imágenes se convierten en un medio fundamental para transmitir las enseñanzas religiosas. Las catedrales, con su grandiosidad y su rica decoración, son auténticas escuelas de fe, donde cada elemento arquitectónico y artístico tiene un propósito didáctico. Y en este contexto, las vidrieras juegan un papel protagonista, inundando el espacio sagrado con una luz coloreada que evocaba la gloria celestial y narrando las historias bíblicas de una manera vívida y accesible.

Las vidrieras forman parte de un programa iconográfico cuidadosamente planificado, donde cada escena, cada personaje y cada color tienen un significado específico y contribuyen a un relato teológico coherente. Los artífices de estas maravillas, maestros vidrieros cuyo nombre a menudo se ha perdido en la bruma del tiempo, eran no solo artesanos habilidosos, sino también profundos conocedores de las Sagradas Escrituras y la teología cristiana.

Antiguo Testamento al norte: en penumbras

La catedral está organizada como un cómic gigante, el lado norte, más sombrío, está dedicado al Antiguo Testamento, mientras que el lado sur, bañado por el sol, nos muestra el Nuevo Testamento. El este, donde nace el sol, representa el nacimiento de Cristo y la promesa de la resurrección. El oeste, donde el sol desaparece, simboliza la muerte y el Juicio Final.

Detalle de las vidrieras de la Catedral de León
Detalle de las vidrieras de la Catedral de León (PxHere).

En el lado norte la luz escasea, como si el sol tuviera miedo de asomarse. Es el reino del Antiguo Testamento, donde los profetas y patriarcas nos cuentan historias de pecado y redención. Las vidrieras nos muestran la creación del mundo, con Adán y Eva mordiendo la manzana prohibida y siendo expulsados del paraíso.

También vemos el arca de Noé, llena de animales de todas las especies, escapando del diluvio universal. Figuras como Moisés, Abraham y David nos cuentan sus aventuras y desventuras. Los profetas, con sus barbas largas y sus miradas penetrantes, nos advierten de los peligros del pecado y nos invitan a la conversión. Estas escenas no solo recordaban los orígenes de la fe judía, sino que también se interpretaban a menudo como prefiguraciones de eventos del Nuevo Testamento. Por ejemplo, el sacrificio de Isaac se veía como un anticipo del sacrificio de Cristo.

La elección del lado norte para representar el Antiguo Testamento no es casualidad. El norte recibe menos luz solar directa. Esto simboliza la falta de claridad y la oscuridad espiritual que, según la teología cristiana, caracterizaba el período anterior a la llegada de Cristo.

El norte también se asocia con el solsticio de invierno, el día más corto del año, cuando la luz del sol es mínima. Esto refuerza la idea de un tiempo de oscuridad y espera. En la iconografía cristiana, el lado izquierdo (norte) a menudo se asocia con lo negativo, lo impuro o lo menos favorecido.

Nuevo Testamento al sur: aplauso de luz y esperanza

En el lado sur el sol brilla con fuerza, iluminando las vidrieras con colores vivos y alegres. Es el reino del Nuevo Testamento, donde Jesús y los apóstoles nos cuentan la historia de la salvación.

Luces y sombras del exterior de la Catedral de León
Luces y sombras de la Catedral de León (PxHere).

Desde la Anunciación hasta la Resurrección, las vidrieras nos muestran los momentos clave de la vida de Jesús. Le vemos nacer en un pesebre, rodeado de animales y pastores. También lo vemos predicar, hacer milagros y sufrir en la cruz. Los apóstoles, con sus túnicas de colores y sus rostros serenos, nos cuentan la historia de la Iglesia primitiva. Además, vemos a los santos, con sus atributos y sus historias milagrosas.

La luz como símbolo de salvación

La Catedral de León no es solo una maravilla arquitectónica, sino también un mensaje eterno esculpido en piedra y vidrio. El Antiguo Testamento al norte, con su espera silenciosa y su acercamiento al sol, nos recuerda el anhelo humano de redención. El Nuevo Testamento al sur, en cambio, celebra el gozo de la revelación y la victoria de la luz.

La Pulchra Leonina es un recordatorio de que la vida está llena de contrastes: luz y sombra, ley y gracia, Antiguo y Nuevo Testamento. Y aunque el Antiguo Testamento no ve la luz del sol es gracias a él que el Nuevo Testamento brilla con tanta fuerza.

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Gargantilla, Pedro. (2025, 26 abril). Luces y sombras en la catedral de León. Cinco Noticias https://www.cinconoticias.com/luces-sombras-catedral-leon/

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Pedro Gargantilla
Pedro Gargantilla
Médico, escritor y divulgador. Jefe de Medicina Interna del Hospital de El Escorial de Madrid. Profesor de la Universidad Francisco de Vitoria.
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