Los que tienen una piscina en casa bien conocen el esfuerzo y el dinero que cuesta su mantenimiento para que esté en perfectas condiciones de uso en épocas estivales, sobre todo, si no se ha seguido un protocolo de mantenimiento correcto durante el invierno.
Con el fin de evitar gastos y trabajos innecesarios, hemos querido resumir en este artículo las acciones de mantenimiento básicas que debería tener una piscina mientras no se esté usando para garantizar la calidad y conservación del agua.
Aunque se trate de una piscina cubierta o de una protegida con lona, recogerá una gran cantidad de objetos orgánicos cuya descomposición echará a perder los miles de litros de agua en su interior. Para prevenir esta pérdida es necesario revisar y limpiar con frecuencia los sistemas de filtrado, y contar con un sistema de depuración de calidad, como las depuradoras para piscinas Athena.
Estos sistemas son imprescindibles para mantener cualquier superficie de agua estancada, especialmente cuando esta está rodeada por vegetación o cerca de ella.
Para dificultar la descomposición del agua y la formación de algas que provocan turbiedad y viscosidad, es conveniente aplicar un tratamiento de cloro y alguicida a la piscina. La frecuencia de uso de estos productos en invierno es muy inferior a la que debe seguirse en verano; basta con aplicarlos una vez justo cuando vaya a dejar de usarse la piscina, y otra vez durante el mes de febrero.
Mantener los niveles de pH del agua de la piscina entre 7.2 y 7.6 no solo va a impedir la formación de algas, sino que va a evitarnos problemas cutáneos como irritación y escamado cuando nos sumerjamos en ella. Para lograr mantener los niveles recomendados será necesario contar con un medidor de pH, o peachímetro, y con sustancias correctoras de la acidez del agua que nos permitan ajustar los valores.
Incluso con las precauciones anteriores, si no se cuenta con una cubierta o con una lona de protección va a ser muy difícil conservar el agua en condiciones óptimas para el baño cuando llegue el sol, lo que provocará tener que invertir en costosos tratamientos de rescate y, en el peor de los casos, en un vaciado, limpieza a fondo de la piscina y de los elementos de filtrado, y nuevo llenado.
Pero no hay que olvidar que los sistemas de cobertura también deben tener un mantenimiento adecuado para que no se deterioren ni deterioren el agua de la piscina. Estos deben ser limpiados con frecuencia para que no acumulan polvo, suciedad o moho, y la limpieza debe hacerse con productos homologados y recomendados por cada fabricante. La dosificación de estos productos es fundamental para no acelerar el desgaste de los materiales y, debido a que son productos químicos, para no perjudicar al medio ambiente.
Lo recomendable es limpiar la cubierta antes de empezar con las tareas de mantenimiento del agua. Recuerda aclararla con abundante agua tras aplicar los productos de limpieza y secarla tras el aclarado para que no queden marcas.
Estas 4 tareas de hibernación te ahorrarán muchos gastos y quebraderos de cabeza. Sabemos que hay que tener mucha disciplina y fuerza de voluntad para hacer este tipo de trabajos mientras no se puede disfrutar de la piscina, pero cuanto más tiempo pase sin hacerlos mayores serán las dosis de esfuerzo y dinero necesarias para disfrutar del verano.